
En esta segunda parte de la entrevista realizada con uno de los referentes de la iniciativa, Simón Carpman, el profesional reflexionó sobre las implicancias de estos dispositivos.
En el marco de la nota que Diario NCO llevó a cabo con el ingeniero mecánico Simón Carpman, el entrevistado describió y brindó más detalles con a la realización del proyecto “Un Respiro” una serie de respiradores que fueron desarrollados durante la pandemia y sirvieron para atender casos derivados del Covid y afecciones respiratorias.
En ese aspecto, el especialista también dio cuenta de la manera en la que esta iniciativa permitió mejorar la calidad de vida de los y las pacientes, cómo así también se consolidó como una herramienta que contribuyó a qué el tratamiento brindado por los y las profesionales de la salud resultará más dinámico.
Mientras tanto, el ingeniero mecánico explicó, durante la conversación que mantuvo con este medio, el funcionamiento de los respiradores y también celebró los beneficios que supuso lo cual llevó a qué otras instituciones educativas y científicas de la Argentina y del resto del mundo lo produjeran para así ayudar a salvar más vidas.
En esa línea, en esta segunda parte de la nota y ante la consulta de este medio, el entrevistado continuó con el análisis sobre las implicancias de “Un Respiro” y destacó el trabajo de quienes participaron en el proyecto.
Composición del dispositivo
En lo que respecta a a cómo está constituido el ventilador de transición, el documento al que se pudo acceder expone que “el equipo fue fabricado enteramente con piezas nacionales, fáciles de conseguir en Argentina y otros países, salvo la pantalla”.
En este sentido y vinculado a la composición del prototipo, Carpman comentó y agregó: “El problema son las válvulas y sensores específicos de industria médica que son importados y todos los países están celando”.
“A raíz de la hipótesis planteamos diseñar y fabricar un respirador con elementos industriales de grado sanitario que abundan y pasada una semana teníamos el primer prototipo funcionando, luego vino una etapa de depuración del producto”, añadió y remarcó el ingeniero mecánico.
El logro de un trabajo en equipo
Por otra parte, en relación a los y las profesionales y las instituciones que formaron parte del proceso de creación del respirador, además del trabajo conjunto de la Universidad Nacional de Rosario con la compañía Inventu, también se unieron otras instituciones educativas.
En este sentido, el documento facilitado a este diario por parte del equipo de prensa de la empresa Inventu, se contó con la colaboración de la Universidad del Gran Rosario “desde la cual se aportó el conocimiento de kinesiólogos expertos en respiración mecánica”.
Además, el documento expone que “también fue parte de las revisiones la Asociación Rosarina de Anestesiología aportando médicos, instalaciones y tecnología para garantizar ensayos y simulaciones que permitieron confrontar el ventilador con situaciones de conflictos respiratorios”.
Análisis de los beneficios para pacientes y para profesionales de la salud Carpman se refirió a la manera en que el ventilador de transición permitió mejorar las condiciones de las personas afectadas por el Coronavirus y explicó:
“El objetivo de todo respirador es ventilar al paciente para mantener la oxemia
en valores aceptables”.
En línea con lo detallado por el especialista, el informe sobre el dispositivo denominado “Un respiro” arrojó como conclusión que el mismo: “Significó un soporte clave para la fase aguda del Covid-19 al permitir resolver el 50 por ciento del tratamiento necesario”.
En cuanto a la forma en la que el respirador puede beneficiar al personal de la salud, el ingeniero analizó y planteó “El monitoreo por aplicación no lo tiene ningún respirador del mercado y no solo baja la exposición del médico sino que permite el seguimiento remoto con afecciones respiratorias”.
No obstante y en relación al diseño del ventilador de transición Carpman señaló a modo de conclusión que “como fue y es de código abierto hubo muchas iniciativas que lo estuvieron produciendo e incluso interactuamos con otras entidades gubernamentales y universidades que lo trabajaron”.
Fuente fotografías: agencia en Argentina de Sherlock Communications.
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