
Poética. Una lectura del libro ‘Habría de abrir’ de Rolando Revagliatti
Por María Rosa Maldonado
Y si se abriera, qué habría en el abrir, cuando la condición de abrir va con delicadeza impensada y, sobre todo, sin abrirse?
Decir sin decir o decir para negar. O negar para afirmar.
En todo caso, en estos poemas algo se desliza de su sitio, se disloca. Esa idea, esa que debería abrirse, sugiere un no-mostrar. Sin cerrarse, tampoco se difunde. Susurra al oído el secreto desarreglo de los saberes. Disloca lo que siempre ha estado dislocado. Un mundo creado por el pensamiento. Poco confiable.
Y la dislocación de la idea se corresponde con la dislocación del lenguaje. Lo que estaba aquí, ahora está allá. El predicado se hace sujeto. El sueño, lo real.
“No le enseñaron a denominar sueños / a lo que él tiene”
Los poemas de Habría de abrir implican una forma de búsqueda de la verdad, filosofal, mediante la aceptación y el rechazo del mismo concepto. Cuando lo que muta es el sujeto el mundo muta con él.
No se trata aquí de una reducción al absurdo. El absurdo, tanto como la nada, también son in-ciertos. La dialéctica va y viene entre dos opuestos. La realidad excede toda lógica. El autor no pretende un pensamiento esencialista. No encontraremos por aquí las ideas platónicas. Lo múltiple no hace referencia a lo uno. Simplemente lo que es se manifiesta en la mutante fragilidad de los entes.
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El ser humano no está frente a lo pavoroso (ominoso?), pertenece a lo pavoroso. Es su modo de ser-en-el-mundo.
“Ni me asomé / y mucho menos me caí // Mi pertenencia a él / y en él mi residencia ininterrumpida”.
Encontramos en estos poemas de Revagliatti expresiones o frases, como ya indicamos, que contienen o implican contradicciones. Y la afirmación persuasiva de un no-saber.
Este no-saber es un planteamiento de ruptura con respecto al “saber” establecido por el sistema que se rebela como vacío o preñado de ideología. El autor aconseja:
“Que no lo diga todo / que se cuide // que todo lo que diga / sea lo no todo / que podría decir // y sea lo no todo / que podría / diciéndolo / no decir”.
He aquí un disimulador. Pero qué es lo que disimula? O lo que no disimula al disimular. Lo que Habría de abrir, abre una estética original y persuasiva: La ironía, disimulo o ignorancia fingida, expresa algo muy distinto o incluso lo contrario de lo que se dice o escribe, oposición entre el mensaje aparente y el que el autor pretende transmitir. Pero para que se esclarezca el sentido del sinsentido hace falta compartir implícitamente una serie de valores o conocimientos. Un modo de participar en la búsqueda.
“Llegaré hasta donde / no hay más // No lo cubriré / sin embargo / todo // No lo sepultaré.”
Queda para el lector la reconstrucción de lo abierto en lo que aparece como cerrado, leer más allá de las palabras. Ese es el poema.
*‘Habría de abrir’, Editorial Leviatán, Buenos Aires, 108 páginas, septiembre 2023.
*
Muestra poética de ‘Habría de abrir’.
Caen o recogen
Al coloquialismo
se le ha caído
una camelia
al suelo
y la recoge
con prisa
Es mucho después
cuando cae en la cuenta
de que mucho antes
había sido recogido
en la calle
por una camelia.
*
Nos hemos quedado en el camino
Nos hemos, camino, en vos quedado
En vos nos hemos, camino, quedado
Ignoramos el número de veces
Atesoramos
en la neblina
del camino
esa ignorancia
En vos quedado nos hemos camino.
*
Las trampas se tienden
Este verano nos tendió su trampa
Cautivos
es como extenuante
la certeza
la continuidad
Nos recordamos deseándonos
sin esperanza.
*
E insomnes
Los ansiosos
del Universo
confluimos
inercialmente
como pandilla
de zaparrastrosos.
*
El hombre que volvió de la muerte
Soy todo cicatrices
Lo que de mí volvió
solamente a ustedes
les incumbe.
*
Repercusiones
No tengo tiempo
para esperar
a la remisa
posteridad.