
En esta segunda parte de la entrevista con el periodista Ricardo Ragendorfer sobre el supuesto “uso irregular de información” por parte de Ejecutivo de CABA, el profesional reflexionó sobre las implicancias del tema.
En el marco de la nota que realizó Diario NCO con el escritor, periodista y especialista en policiales, Ricardo Ragendorfer sobre el presunto uso irregular de datos biométricos por parte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
En esta segunda parte de la entrevista, Ragendorfer reflexionó sobre las implicancias de este tipo de prácticas con uso de datos y de esta manera planteó que “este tipo de prácticas, y específicamente el sistema biométrico y su uso sobre cualquier tipo de ciudadanos es un secreto a voces”.
“Es una cosa casi obscena que pocas veces el Gobierno de la Ciudad desmiente o justifica. Ellos dicen ‘buscamos prófugos’ y para buscar prófugos tienen que tener un universo de entre siete y diez millones de personas. Es una ridiculez ante la cual pocos ciudadanos reaccionan y esa es, creo yo, una de las razones por las cuales se mantiene”, manifestó el periodista.
Asimismo, el entrevistado agregó que “hay un mantenimiento de un sistema de impunidad mucho más orgánico que tiene su epicentro en la Justicia. Así los primeros casos de espionaje que hubo por parte del macrismo datan de época en la cual Macri era jefe de Gobierno de la Ciudad cuando salta el asunto del espionaje telefónico.
En relación con lo planteado, Ragendorfer continuó con su ejemplo y recordó: “Macri estaba procesado y había sido ya indagado y salió bien librado del asunto porque en 2015, ya instalado en la Casa Rosada, fue bendecido con un oportuno sobreseimiento”.
Privacidad de datos y sociedad
Por otra parte, en cuanto a las implicancias de este tipo de casos para las sociedades, el especialista en policiales consideró que “vivimos en una sociedad distópica y esta necesariamente tiene que contar con la anuencia, la complicidad o al menos la pasividad de un gran sector de la sociedad”.
“Muchos ciudadanos piensan que esos son quilombos propios del poder y que como ellos no pertenecen al poder este o más bien son los perjudicados por el poder, estos casos en particular no los afecta tanto”, reflexionó Ragendorfer.
Por otro lado, el periodista analizó las posibles consecuencias de este tipo de acción en términos tanto sociales como políticos y al respecto brindó una serie de consideraciones.
En ese aspecto, el comunicador comentó que “la utilización del sistema de reconocimiento facial para prófugos, que repito, no se aplica tanto para los prófugos como para la sociedad en su conjunto son, desde luego, forma de espionaje”.
“En cada movilización, en cada calle, en cada estadio, en cada cine, en cada fiesta hay una camarita que escracha las características biométricas de las personas para saber dónde están, con quiénes se reúnen, etcétera y eso depende de la necesidad específica de quienes los espían”, deslizó el entrevistado.
¿El ojo que vigila?
En relación con lo expuesto anteriormente, el entrevistado continuó con su análisis y así mencionó que “en dicha generalidad entra tanto alguien que va a a una cancha de fútbol como un político que se reúne con personas las cuales están bajo el radar, por alguna cuestión, del poder de turno”.
Asimismo, el profesional especializado en temas policiales señaló y subrayó: “El universo de las víctimas de este tipo de situaciones o mejor dicho de este tipo de sistemas es muy extenso y variado”.
Finalmente y para concluir, Ragendorfer manifestó y consideró que “este sistema o situación es efectuada, desde luego, por los mismos perpetradores que desde el poder ejercieron ese tipo de espionaje extorsivo sobre la sociedad”.
Fuente fotografía: factorcapitalhumano.com y rpdnoticias.com
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