
El viernes, un joven fue condenado a prisión perpetua por el femicidio de su pareja, que ocurrió en marzo del 2018, en una casa de la localidad de Pontevedra, en el partido de Merlo.

Por unanimidad, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) número seis de Morón sentenció a Leonardo Bladimir Cabral, de veintitrés años, por el delito de “homicidio agravado por resultar la víctima con quien mantenía una relación de pareja”. Los jueces Mariela Moralejo Rivera, Cristian Toto y Alejandro Rodríguez Rey coincidieron con el pedido de la fiscal Paula Hondeville, quien encabeza la Fiscalía de Violencia de Género del mencionado Departamento Judicial.
La sentencia descartó la hipótesis de la defensa de Cabral, que había argumentado que no había “certeza” en cuanto a la mecánica del hecho y que todo estaba basado “en presunciones”, ya que siempre sostuvo que la propia víctima se prendió fuego.
“Si el derrame del alcohol hubiera sido desde la cabeza, habría una mayor impronta en la misma y en los hombros y no estaría tan afectado el pecho -como lo es en el caso-“, afirmó el TOC número seis al contradecir a la defensa del condenado.
Para llegar a dicha conclusión, los jueces tuvieronen cuenta los informes efectuados por la División Investigación Pericial de la Superintendencia Federal de Bomberos y el testimonio de uno de los expertos que mostraron las “múltiples contradicciones” en el relato de la defensa.
A su vez, los magistrados recordaron las pericias psiquiátricas que se le hizo a Cabral, que determinaron que el joven era “proclive a la violencia que puede ser un exabrupto o hasta un homicidio”.”El imputado posee una manera más impulsiva respecto a otras personas, denotando signos de irritación y agresividad, evidenciándose también una marcada tendencia a descalificar a la que fuera su pareja”, indicó el fallo.
Leonardo Cabral atacó a su pareja durante una pelea, la roció con alcohol y la prendió fuego. Según las investigaciones realizadas, la pelea comenzó en la casa que ambos compartían en Pontevedra con su hijo de tres años, cuando Cabral se enojó porque no le gustó la comida que ella había cocinado.
La defensa del femicida fue que la misma joven se prendió fuego y que luego quiso apagar las llamas debajo de una canilla del patio de la vivienda, donde estaba su hijo jugando.
El lamentable deceso de la joven sucedió la mañana del siete de marzo del 2018, luego de permanecer cinco días internada en el Hospital Eva Perón de Merlo, con quemaduras en el noventa por ciento de su cuerpo. Anteriormente, había sido trasladada desde el Hospital de Pontevedra.
Fuente imagen: Twitter Mauro Szeta.