La ONG Ciudad Sin Techo, que trabaja con ciudadanos y ciudadanas en situación de calle, realizó un registro que, en medio de la pandemia, refleja la realidad que el Estado no quiere ver ni hacerse cargo.
Si le preguntaran a cualquier persona qué es una autopista o una calle, ninguna respondería “un lugar para vivir”. Entonces, ¿por qué la sociedad y el Estado miran para otro lado?
Lo que es más, no solo tienen que pagar el precio de estar fuera del sistema sino que para algunos son objeto de su odio: la semana pasada quemaron y mataron a una persona que se presume que vivía bajo la Autopista 25 de mayo, en el barrio porteño de Constitución, y otra mujer embarazada en la Ciudad de Córdoba.
En este sentido, la coordinadora de Ciudad Sin Techo, Claudia Enrich, definió a la autopista como “el techo más grande que hay en la Ciudad de Buenos Aires”. “No se los tienen en cuenta en ningún tipo de muestreo ni nada. Así que nosotros hicimos una suerte de relevamiento en abril, uno hace quince días y en unos días más haremos el tercero y último”, detalló.
Asimismo, Enrich, en su diálogo en Radio Provincia, planteó que el objetivo del informe es dar cuenta y presentar al gobierno que preside Horacio Rodríguez Larreta todos los datos cuantitativos y cualitativos.
“Hay gente que vive allí, que no tiene donde comer, que no tiene documento, que no tiene partida de nacimiento, que no tiene puerta para cerrar y que no tiene agua potable para poder lavarse las manos. Tampoco alcohol en gel, como para sintetizar”, describió la coordinadora.
El coronavirus, el invierno y la calle
Se ha dicho mucho que el Covid-19 no discrimina y “ataca” a todos y todas por igual. Sin embargo, la única “vacuna”, hasta ahora, es quedarse en casa. No hace falta agregar mucho más para descartar ese razonamiento.
Para enfrentar este problema, el gobierno de la Ciudad dispuso de paradores para alojar a las personas que se encuentran en esta situación. Además, sigue en vigencia el subsidio habitacional que, si es alguien que está solo es de $ 5.000, y, si tiene familia, de $ 8.000. Sin embargo, los hoteles que están a disposición cuentan $ 12.000 la noche, según el registro de la ONG.
En relación a los paradores, que la Ley 3.706 indica que deberían ser centros de integración, Enrich aseguró que son “terroríficos porque están hacinados” y contó el caso de un centro que “pertenece a la Iglesia” y tiene “74 contagiados en un solo dispositivo”.
“Nosotros no podemos más que escucharlos, por lo pronto, lo primero que yo hago es empezar a llamar a la gente de la Legislatura porteña de nuestro frente, el Frente de Todos, para que nos den algún tipo de respuesta, pero eso es con la insistencia que hacemos nosotros y otras organizaciones”, sostuvo.
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A la crisis económica se le suma la pandemia
“Nunca vi tanta cantidad de gente en situación de calle desamparada como ahora”, enfatizó Enrich y agregó que, de todas maneras, siempre “es mucha más de lo que uno se imagina”.
Según la ONG, las últimas cifras que ellos relevaron 7.251 personas en la calle ya no pueden ser tenidas en cuenta porque son de mayo de 2019, es decir, previo al coronavirus. “No había tampoco la cantidad real, porque delante nuestro se llevaron gente para que no la censemos”, analizó Enrich.Actualmente, estiman que son más de 10.000.
Respecto de esa denuncia, la dirigente social contó que “fue terrible” lo que sucedió, en esa oportunidad, “en la Plaza de los Tribunales” pero que seguramente pasó muchas otras veces.
“A las tres de la mañana se acerca un colectivo de la policía Federal, bajan los muchachos con sus palos, los despiertan violentamente a 80 personas durmiendo en situación de calle y los sacan de ahí, delante nuestro, diciéndoles que si no se iban de ahí no sabían lo que les iba a pasar”, recordó.
No obstante, no quiso dejar pasar la oportunidad para destacar la contracara de esta situación: la solidaridad. A pesar del frío, muchas organizaciones sociales realizan ollas populares y dan abrigo, escuchan y ayudan para, al menos, estar donde el Estado no.
¿Qué hacer si querés ayudar?
Lo primero y principal es escuchar. Parece algo simple pero, a veces, es lo que más se necesita. Lo segundo, es llamar al 108 para registrar a la persona teniendo en cuenta: pedir el nombre de quien atienda, el número de reclamo y llamar posteriormente para confirmar que lo reciban en algún centro.
“Lamentablemente tenemos que seguir llamando al 108, que no tienen, ni siquiera ellos, suficiente cantidad de personal ni personal capacitado. Porque están precarizados, eso también está pasando. Y no tienen suficiente cantidad de camionetas, pero tenés que pasar por esa instancia sino no lo toman”, explicó.
De todas formas, la dirigente recomendó que, teniendo en cuenta todos los cuidados por la pandemia, “si encuentran a una persona en situación de calle, den su oreja”. En este sentido, fue contundente: “El hecho de sentirse persona, que alguien lo escuche, es más importante que cualquier otra cosa a veces. Es un ser humano”.
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