
En Isidro Casanova se encuentra un grupo independiente llamados “Perros del Mal”, formado en 2012 y que realiza campañas de castración a bajo costo en la zona.

En la localidad matancera se puede ver diariamente muchos problemas con los animales que hay en la calle, y la sobrepoblación de perros y gatos. Por ese motivo, tanto este grupo como otros se conformaron para dar una respuesta en ausencia del Estado.Diario NCO pudo hablar con Érica, que pertenece al grupo “Perros del Mal”, y contó como eran las campañas de castración. “Una fundación nos enviaba un veterinario y nosotros organizábamos la campaña”, comenzó.
Luego, agregó: “Para cubrir la castración de animales callejeros o con dueños ausentes, nosotros juntábamos el dinero para pagar sus cirugías”.
Esta modalidad, que también se pudo replicar en la Villa San Alberto, ya no existe más, ya que actualmente no tienen más a un veterinario enviado por alguna fundación, y para que esto suceda, los miembros de “Perros del Mal” tienen que conformar una fundación, así tienen un respaldo legal. Según Érica, eso está en los planes “pero para más adelante”. Por este motivo, siguen llevando animales a castrar a veterinarias privadas, pero con dinero juntado por los miembros o colaboraciones de vecinos.
“En nuestro país tenemos una superpoblación animal tremenda y creemos que la única manera ética, acorde a nuestra época y a una sociedad empática y respetuosa de la vida de los demás seres, es la esterilización”, reconoció Érica. A su vez, añadió que “se puede rescatar y se pueden crear mil refugios, pero si no se esteriliza, es una historia sin fin. Es imposible que todos los animales tengan un hogar responsable”.
¿Quiénes los apoyan?
“A pesar de ser un momento complicado para todos y de que aparecen animales en riesgo todo el tiempo, la gente colabora con dinero, alimento, traslado o lo que tenga para ayudar”, comentó.
Además, agregó que “la difusión y acompañamiento de la gente es vital para los grupos como el nuestro. Creemos firmemente en que cuando se quiere, cada uno puede aportar cosas diferentes a la causa”.
Pero no todo se soluciona con generosidad, también tiene que haber una política de Estado, y para Érica, hay un “estado ausente en cuanto al cuidado y a la superpoblación animal”.
“El panorama es desastroso, pero si no hubiera tantas ONGS, fundaciones, grupos independientes, refugios y gente que labura sola sin ningún tipo de apoyo, la situación seria aún peor”, sentenció.
Por eso, uno de sus pedidos es que haya campañas masivas y gratuitas, sostenidas en el tiempo, y a lo largo y ancho del país.
En el 2013, tras un corte en ruta 3, en La Matanza se firmó un convenio de castraciones gratuitas. “En el convenio participaban tres partes. Por un lado, estaba el municipio, que era quien les pagaba las castraciones a los veterinarios. Por otro lado, estaban las fundaciones, que enviaban a los veterinarios y, por último, estábamos los grupos independientes de La Matanza, que éramos quienes organizábamos los operativos”, explicó.
Hoy en día esto no está vigente, pero Érica confirmó que “depende de que el municipio lo vuelva a firmar y ponga la plata” para que vuelva a estar en funcionamiento.
“En este momento no se si por una cuestión de protocolo sería factible que el municipio firme para hacer campañas, porque en cada operativo se castra un promedio de ochenta animales. Por lo tanto, sería juntar a más de ochenta personas en un lugar, y no sé si estaría autorizado”, reflexionó.
Hospital público veterinario, ¿si o no?
A nivel provincial o municipal, los grupos dedicados a rescatar animales piden por hospitales públicos veterinarios, y “Perros del Mal” no es la excepción. En esa línea, sentenció: “Creo que debería haber un hospital veterinario gratuito en cada municipio”.
Además, Érica pensó que “eso no les quitaría trabajo a las veterinarias privadas, ya que hoy en día hay millones de animales en riesgo que no van a ser posibles clientes nunca. Si hubiera hospitales veterinarios gratuitos, muchísimos tendrían la chance de sobrevivir o al menos transitar una enfermedad y morir con atención y dignamente”.
¿Cuál es el rol de Zoonosis?
En el único Zoonosis que hay en el partido de La Matanza, al lado del Cementerio de Villegas, la gente abandona animales. “Muchos no entienden que no es un refugio”, sentenció Érica.
Igualmente, el rol de Zoonosis es, para la miembro de “Perros del Mal”, deficiente. “Deberían salir a vacunar por los barrios todos los días y no sucede. No hay voluntariados ni programas de reinserción y adopción. El sistema actual de entrega de turnos para castración es lamentable, son muy pocos turnos para tanta población. Tienen móviles para salir a hacer campañas itinerantes y no los utilizan como deberían”, comentó. Cabe agregar que el único Zoonosis que acepta voluntariados externos es el de Lanús.
En el corte de ruta 3 en el año 2013, se lograron diferentes reformas en Zoonosis, que depende de la municipalidad, como la construcción de caniles externos amplios, y así los perros tengan una vida digna si no son adoptados. Además, Érica contó que “se habló de poner una sede en González Catán, pero quedó en la nada”.
¿Qué necesitan?
Empezó un nuevo periodo otoñal, que predice al invierno. Por ese motivo necesitan cuchas, mantas, sábanas, lonas, abrigos, toallones y colchonetas.
Además, como a veces hacen tránsito de animales en sus casas, necesitan alimento balanceado, insumos hospitalarios, pipetas, cura bichera y desparasitantes.
Pero su alma gentil no termina acá, ya que ayudan a muchos animales que no son rescatados de ellos, como también a personas que cuidan de los animales de sus barrios.
Por último, Érica también contó que “recibimos tapitas y piezas de bronce, que las vendemos a una recicladora y con ese dinero vamos cubriendo los gastos que surgen”.
¿Cómo ven el futuro?
“El plan a futuro es volver a organizar campañas de castración en Isidro Casanova, seguir concientizando, seguir ayudando a los animales en riesgo que se nos crucen en el camino. Siempre con el deseo de que un día un grupo como el nuestro no sea necesario”, confesó.
Luego, agregó: “Eso significaría que hubo un cambio como sociedad, más respetuosa, más empática, mas consciente de que nos guste o no, debemos aprender a convivir con otras especies”.
“Significaría que la superpoblación actual ha bajado y que millones de animales ya no están en riesgo”, concluyó Érica.
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