
En Agustín Ferrari, en la localidad bonaerense de Merlo, se encuentra Liliana Lauría que, desde muy chica, soñó con tener un refugio de animales para poder conseguirles una vida digna a aquellos que más lo necesitan.

“Era una mañana de domingo, mi padre lavaba el auto y yo estaba en la vereda girando con los brazos extendidos. Abruptamente paré, miré a mi papá y le pregunté ´¿quién es la reina de los animales?´, a lo que respondió ´Es una chica que los ama, los protege, los asiste, los rescata de la calle, les busca un lugar, ¿quién será entonces?´, y si dudarlo grite ´¡yo!´”, contó Liliana en su libro llamado “La señora de los perros”.
A esto le agregó, en conversación con el Diario NCO, que “soñaba con tener un predio grande, con una casa pequeña para albergar a los animalitos que veía en la calle”.
Como todos los refugios del conurbano bonaerense, “El refugio de Liliana” no está exento de las problemáticas que conlleva. Es por ello por lo que, como los demás, necesita de alimento balanceado, arroz, fideos, polenta, pulguicidas, cura bichera, elementos de limpieza, trapos y aportes económicos para abonar las campañas de castraciones en los barrios más humildes. Además, hay puntos de donaciones en los barrios porteños de Villa Urquiza y Palermo.
“Recogemos perros y gatos, los esterilizamos y buscamos adoptantes. También hacemos castraciones gratuitas en el barrio donde estamos ubicados”, señaló Liliana.
En este último punto, reconoció que “la gente del barrio me para por la calle y me pide turno. Tenemos pocos recursos”. Como bien dijo, cuando logran conseguir algunos aportes, organizan las campañas de castración, que son cada quince días aproximadamente, y se esterilizan diez animales por cada una de ellas.
“Sería maravilloso que volvieran las castraciones barriales y gratuitas, como supimos tener.Es fundamental la injerencia del Estado, es la única manera de terminar con tantos perros en la calle”, sentenció. A su vez, agregó que las castraciones “deberían ser obligatorias. Se terminarían los refugios, que hoy por hoy estamos colapsados”.
Liliana, además, agradeció a todas las personas que aportan y a los voluntarios, aunque su mayor agradecimiento es para Andrea Tejero, que la acompaña desde hace ocho años. “Me ayuda con la difusión y las adopciones”, concluyó.
La tarea de difundir sus acciones es a través de las redes sociales, como en su Instagram, que se llaman “elrefugiodeliliana”; en Twitter, que se encuentran como “@refugio_liliana” o en Facebook, como “El Refugio de Liliana”.
Fuente imagen: Facebook “El Refugio de Liliana”.
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