
Luego de la dura caída frente a Santos por la Copa Libertadores, el xeneize se repuso frente a Banfield y consiguió el segundo título de la era Miguel Ángel Russo tras consagrarse en la Superliga 2019/20.
Este partido era una prueba de fuego para un plantel que venía golpeado tras no poder acceder a la final del torneo que lo tiene como prioridad y obsesión y en una clara muestra de querer borrar la pálida imagen mostrada días atrás el equipo titular sufrió varios cambios, con los ingresos de Cardona y Mauro Zárate, de lo mejor de los últimos partidos.
En la primera mitad se vio un partido muy táctico de ambos equipos, en el que ninguno quiso regalar un metro de diferencia para generar desequilibrio en su planteo. Con su clásico 4-1-4-1 Banfield tenía bien poblado el mediocampo y trataba de ser punzante por los costados. Boca, por su parte, puso un 4-4-2 flexible, ya que Cardona arrancaba por la izquierda y encaraba hacia el medio como enganche.
El que más peligro arrimó, aunque con algunas aproximaciones sin tanto peligro fue Boca, que no salió a “comerse” a Banfield como se esperaba, sino que fue más cauteloso y buscó atacar cuando encontrara los espacios. El más lúcido del primer tiempo fue Cardona, que repartió el juego con criterio e hizo circular la pelota en un equipo con poca creatividad para atacar.
Segundo tiempo: golazo de Cardona, milagro de Banfield sobre la hora
En el complemento la final se empezó a parecer a un partido definitorio ya que ambos equipos salieron con más voracidad para llevarse el triunfo que le diera el trofeo en disputa. Sin embargo, el que pegó primero fue el xeneize: cuando no pasaba nada, Cardona agarró una pelota desde la izquierda y encaró hacia el medio y cuando se encontraba en la medialuna del área sacó un bombazo tremendo que dejó sin chances a Arboleda.
La mala para Boca fue que su figura luego de hacer el gol pidió el cambio por lesión, por lo cual salía la usina de fútbol que hacía jugar a todo el equipo y el ingreso de Salvio por él no hizo más que desnudar el bajo nivel que viene mostrando hace varios partidos y que hizo que pierda su titularidad indiscutida.
Ya con el resultado a favor, el equipo de Russo se replegó y buscó cuidar la ventaja conseguida y con los ingresos de Alan Varela por Ábila, de flojo partido, y de Tévez por Zárate, puesto por puesto, desnudó esta tendencia a refugiarse en su propio arco. Banfield “olió” que Boca le cedió el terreno y metió todos los delanteros que tenía a disposición.
Tres centrodelanteros y dos extremos fueron los jugadores de ataque que plantó Sanguinetti para el tramo final del partido. Para colmo, Emmanuel Mas se hizo echar faltando cinco minutos para terminar el juego e hizo replegarse aún más a su equipo.
Y cuando parecía que el título era para Boca y a falta de 50 segundos para terminar el partido, un centro llovido desde la derecha terminó en un doble cabezazo en el área del xeneize, en el que Luciano Lollo lo desvió para igualar el marcador. Delirio de todo el banco verdiblanco que festejó con el alma el empate. El título se definía desde los doce pasos.
Boca perfecto, título y redención
Con el empate sobre la hora, el ánimo del xeneize se vio disminuido y debía definir el título por penales. Russo eligió a los jugadores de experiencia para esta instancia definitoria. Tévez arrancó pateando y definió fuerte y cruzado, inalcanzable para Arboleda.
Luego fue el turno de Sebastián Villa, que fue cuestionado en las redes sociales en los últimos días, y tampoco falló, con un remate fuerte, a la derecha y en el techo del arco. El tercero estuvo en los pies de Salvio, que remató fuerte y esquinado para meter tres de tres.
El desequilibrio en la tanda de penales fue por Jorge “Corcho” Rodríguez, que le dio con demasiada potencia y su tiro reventó el travesaño. Ya con la ventaja en el marcador, Carlos Izquierdoz puso el cuarto penal para Boca y finalmente Julio Buffarini, con un remate fuerte y a la derecha de Arboleda cerró la definición y el campeonato para el xeneize.
Un trofeo que sirve más por lo anímico que por el campeonato en sí. Tras una durísima derrota, la tropa de Russo supo reponerse a tiempo y vencer nuevamente en el torneo doméstico. De ahora en más vendrá un tiempo de descanso para los jugadores y luego la planificación del plantel que afrontará la temporada 2021, con la Copa Libertadores nuevamente como la gran obsesión.
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