Número de edición 8481
La Matanza

Laferrere: la pandemia del COVID vista desde una sala de salud

Laferrere: la pandemia del COVID vista desde una sala de salud.

Durante estos casi 6 meses que lleva la pandemia en nuestro país está instalada en la agenda pública, en los medios de información masivos, la situación de las instituciones hospitalarias y de sus trabajadores; se habla de las camas y respiradores, de los preparativos para enfrentar la emergencia, de los contagios crecientes en los trabajadores, de su heroísmo, por lo cual han recibido aplausos de la población, pero siguen esperando un mayor reconocimiento por parte de los gobernantes, a su sacrificio.

Poco se habla de otra parte del sistema sanitario que también pelea contra el COVID. Las salas de salud o centros de atención primaria, la primera barrera contra las enfermedades en el territorio.

Para conocer qué pasa en esas instituciones sanitarias barriales, durante estos tiempos de pandemia, visitamos la sala Dr. Néstor Chino Oliveri, del Barrio María Elena y hablamos con Hugo Pololla, psicólogo social, representante de la misma.

El hospital público acapara toda la información sobre el sistema de salud durante la pandemia del COVID 19, y se habla poco o nada de la atención primaria, es decir de las salas de salud, las instituciones sanitarias territoriales. ¿Cómo están viviendo la pandemia?

Así es. La pandemia ha puesto blanco sobre negro varias cuestiones de salud en la Argentina. Y una de ellas es que ha revelado la falta de sanitaristas en el país, es decir aquellos profesionales de salud que tienen la capacidad de prevenir y abordar situaciones de salud para poder mitigar las emergencias sanitarias, como es el caso de esta pandemia del Coronavirus.

Y eso que vos decís de falta de información pública sobre nosotros, tiene que ver con que no se ha implementado el uso estratégico de la salud territorial, como son las salas.

En el país tenemos un poco menos de 7 mil, diseminadas por el territorio argentino y más de 50 en nuestro Distrito. Pero debemos decir que en la estrategia para enfrentar el COVID, no se ha tenido en cuenta las salas barriales como vehículos de transmisión de información a los vecinos para poder ayudar a cómo enfrentar la pandemia, con determinados hábitos de cuidado, información sobre los síntomas y con preparación y protocolos para quienes trabajamos en ellas.

¿Como ves la política sanitaria municipal en cuanto al tratamiento de la pandemia?

Para tener una idea de cómo estamos en política sanitaria en el Distrito, quiero relatar una anécdota que me conto un trabajador de salud esta semana, muy enojado con la forma en que se estaba trabajando y me decía que una directora de salud de un servicio, no sabía dónde estaba el Hospital Teresa Germani.

Esa es la situación con algunos funcionarios al atender la salud de la población de La Matanza.  Si para muestra alcanza un botón, puede servir el ejemplo de nuestra sala; a pesar de todo el esfuerzo que hemos hecho, como dividirnos en equipos, achicar los horarios, medidas necesarias para reducir a la mínima expresión la posibilidad de contagios, para que no decaiga el funcionamiento de la sala, hemos tenido 22 compañeros con situaciones de contagio, 5 positivos y los demás por contacto estrecho, lo que indica lo peligroso del virus.

Debemos decir que el Municipio reconoce solo 16 trabajadores en nuestra sala con diferentes grados de precarización laboral, pero aquí trabajan 38 personas sin contar los que colaboran en un merendero que tenemos de lunes a viernes.

Tenemos, fuera de esos 16 reconocidos por el Municipio, los agentes sanitarios formados en la Sala que colaboran, algunos con un plan social de la CCC y otros voluntarios, si no fuera así no podríamos haber mantenido la sala abierta como lo hacemos durante todo este tiempo de la pandemia, lo pudimos hacer por nuestra historia de inserción en la comunidad y no por las políticas de las autoridades de salud municipales en esta emergencia, ya que no ha habido ninguna medida extraordinaria, seguimos con las mismas carencias que teníamos en la época prepandemia.

Los trabajadores de salud también son blancos del virus, la CICOP informa que hasta el último día de agosto había cerca de 16.000 trabajadores de salud contagiados en la Provincia, lo que implica que se caen servicios y se debilita el sistema.  Vos mencionabas que alrededor del 50% de los que trabajan en la sala han tenido situaciones de contagio.  Se habla de camas o respiradores, pero también lo urgente es el recurso humano. ¿No te parece?

Sí. Pero no ha habido incorporaciones de personal para cubrir las bajas por los contagios o aislamientos, por lo contrario, hay funcionarios de salud que han hecho propuestas hace meses, de listas con nombres de trabajadores de salud para incorporar y se encuentra cajoneadas en el Municipio.

Durante el tiempo de pandemia han renunciado alrededor de 15 médicos e inclusos bioquímicos, pero no se hacen nombramientos para reemplazarlos. Otra situación grave fue que se tuvieron que enfermar casi la mitad de los choferes de ambulancias para que se les entregaran equipos de protección, pues hasta la mitad de la pandemia se los compraban ellos.

El intendente Espinoza, difunde en los medios un discurso disociado de la realidad que vivimos en salud en nuestro Distrito. Si se quiere saber lo que sucede, los medios o el gobierno tienen que bajar al llano y hablar con quienes trabajamos en salud y van a conocer -por ejemplo- que se rompe un móvil sanitario y todo lo que se programa una semana para hisopar en domicilios, se pierde porque no hay otro para remplazarlo. Esa es nuestra realidad en salud en La Matanza.

Los hospitales por estar abocados a la atención del COVID no están atendiendo las patologías clásicas o de base, ahí se acentúa en este momento el rol de los centros de atención primaria. ¿En qué áreas han tenido mayor demanda?

Ha aumentado la demanda obstétrica, porque los maternos están abocados a COVID y han dejado de atender los procesos de embarazos y los derivan a las salas.

Pero al mismo tiempo se transfieren obstetras de las salas a los hospitales o a los operativos detectar. La política de la secretaria de salud municipal no apostó a las salas, todo lo contrario, desarrollo una política sanitaria centro hospitalaria que ha tenido como consecuencia enfermar a decenas de compañeros de las salas de atención primaria.

También aumentó Ginecología notablemente, y casualmente tenemos al ginecólogo en aislamiento por un COVID positivo en su casa y no hay reemplazo. Ha crecido la demanda de diabetes y con las enfermedades crónicas venimos con una dificultad importante en el abastecimiento de medicamentos por parte de la Provincia.

También hemos instrumentado la atención telefónica para algunos casos, por ejemplo, no atendemos niños sanos para que no entren a la sala, recibimos a los papás con entrevistas con la pediatra. Sostuvimos las patologías clásicas y por supuesto dentro de ellas, las de mayor demanda que tiene que ver con que los hospitales no atienden o derivan.

Vos sos psicólogo social ¿cómo ha impactado la pandemia y su consecuencia, la cuarentena, sobre la salud mental?

Con lo que respecta a nuestra sala se han triplicado las demandas de atención telefónica por situaciones de violencia doméstica y también requerimientos por síntomas de pánico que están ligados totalmente al encierro.

Creo que la población en general circuló poco. Nosotros eso lo notamos cuando le decíamos a alguien que no lo podíamos atender y que preferíamos que se fuera y volviera en otro momento, la gente lo entendía.

Yo estoy atendiendo más gente, fuera de mis pacientes habituales, personas que estaban angustiadas por la fantasía sobre un encierro ilimitado, pero después de varias charlas telefónicas, se desarma esa preocupación. Entiendo que los medios contribuyen con la infodemia, a crear angustia en la población.

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