
La prolongación del confinamiento y el bombardeo comunicacional alrededor del tema del acceso al beneficio de prisión domiciliaria por parte de ciertos detenidos tuvieron sus efectos sobre la imagen y la popularidad de la dirigencia.
La calificación positiva presidencial se detuvo en su crecimiento, aunque de todos modos mantiene el primer lugar en la tabla de imagen. A pesar de que hay otros dirigentes que han mejorado, como Horacio Rodríguez Larreta, no ha podido desplazar del primer lugar del ranking a Alberto Fernández.
Tanto el presidente como el jefe de gobierno porteño tuvieron un aumento significativo de imagen positiva a partir de la evolución de la pandemia con respecto a fines del 2019. Por otro lado, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner desciende levemente en su calificación positiva, mientras que el Gobernador de la provincia de Buenos Aires Axel Kicillof se mantiene estable, reuniendo un porcentaje similar de opiniones positivas y negativas sobre su figura.
Las buenas expectativas sobre la economía nacional se mantienen en niveles bajos, al mismo tiempo que la perspectiva inflacionaria es alta. Está más que claro que la extendida paralización de las actividades productivas por efecto del Coronavirus establece urgencias laborales y sociales que agravan día a día una situación que ya era complicada antes de la pandemia.
Sin embargo, cabe aclarar que se registra cierta esperanza sobre el futuro económico nacional para cuando finalice la situación de pandemia. Y sigue generando seguridad en la población la manera en que el Gobierno conduce esta lucha contra el Covid-19, dado que esta confianza se manifiesta por un 80 por ciento de la población.
En caso de que esto hubiera ocurrido en el gobierno anterior, el 60 por ciento cree que la situación sería peor de la que se está viviendo actualmente. Aunque la mitad de los encuestados considera que hay que flexibilizar la cuarentena, el 43 por ciento cree que deben mantenerse las limitaciones existentes.
Cómo el tema de la prisión domiciliaria para los presidiarios afectó al Gobierno
La evaluación de la gestión del Gobierno Nacional también descendió unos puntos. Los cuestionamientos a las medidas sobre la salida de presos para que cumplan prisión domiciliaria, junto con la propagación mediática de casos aislados, generó una reacción negativa que perjudicó al Gobierno.
Más allá de que estas decisiones sean del ámbito judicial, la opinión pública entiende que hay una iniciativa del Poder Ejecutivo en este tema. Las medidas que implican otorgar prisión domiciliaria a algunos grupos de detenidos generan un gran rechazo de la población.
Sin embargo, hay que destacar la diferencia evidente que se produce cuando se habla de “liberación de presos” respecto a cuando se menciona el término “prisión domiciliaria”.
El 92 por ciento se manifiesta en contra de que algunos presos sean “liberados” con el objetivo de evitar la expansión del virus, mientras que cuando se habla de darles prisión domiciliaria a los reclusos el nivel de rechazo a la medida disminuye al 71 por ciento. Sin embargo, el desacuerdo de la opinión pública con la medida es claramente mayoritario.
Conclusiones
La expansión de la epidemia es el problema principal que enfrenta la administración actual del Estado. Al asunto sanitario se le agrega el problema de la paralización de la economía y, con menor visibilidad pública, la negociación de la deuda externa. Una parte importante de la ciudadanía considera que hay que flexibilizar la cuarentena y no continuar con la totalidad de las limitaciones actuales.
Es indudable e incluso esperable que la opinión pública, en muchas partes del mundo, reaccione en forma similar ante el cambio de situación de un grupo de detenidos en institutos carcelarios. Ese era un costo que el Gobierno debía pagar y que se observa con claridad en esta encuesta.
Por supuesto que el empujón mediático fue y aún es un factor principal en la caída de popularidad, pero cuando se abre la explicación sobre los motivos la oposición logra decrecer un poco.
Foto: lanacion.com.