
El secretario del Sindicato Gráfico de La Matanza habló sobre la situación que están atravesando los 95 trabajadores de la fábrica de tintas Belcar que cerró sus puertas tras 64 años y dejó muchas familias sin su fuente de ingresos.
“Catalogamos el cierre como un lockout patronal”, acusó.
El pasado fin de semana se llevó a cabo un festival para ayudar a los trabajadores de la empresa antes mencionada que hace más de tres meses está paralizada y no le permite llevar un sueldo digno a cada uno de sus trabajadores y desde el sindicato que los nuclea están buscando las formas para llegar a conformar una cooperativa que reavive la producción.
En una nueva emisión de Haciendo Radio, producción del Diario NCO (lunes, miércoles y viernes de 13 a 15 por la AM 850) el entrevistado contó acerca del evento para recaudar fondos para los compañeros despedidos y comentó que “se produjo el festival y hubo mucho compromiso de los compañeros, aunque sabemos que con esto no le solucionamos la vida”.
En sintonía, agregó que los ánimos son buenos a pesar del mal momento y afirmó:“Le mostramos que estamos fuertes y que los tratamos de sostener a ellos y esas familias que hace tres meses no cobran un sueldo ni encuentran respuestas de la empresa”.
A su vez, se mostró muy disconforme con la actitud de los dueños de la empresa y disparó que “nosotros catalogamos este cierre como un lockout patronal porque esta era una empresa viable que cerró de un día para otro y dejó 72 familias sin trabajo en San Justo y otras más de 20 en la sede administrativa de Capital”.
En la búsqueda de soluciones
Sobre las medidas que tomaron para que no ocurra un vaciamiento del lugar, Amarilla reveló: “La fábrica hoy en día está tomada en forma pacífica para resguardar las fuentes de trabajo de los compañeros porque hemos tenido distintos tipos de negociaciones con el Ministerio (Secretaría) de Trabajo de La Plata y Matanza, pero nunca hubo un ofrecimiento serio de la empresa”.
Amarilla detalló que es una prioridad importante la situación de los trabajadores de Belcar y enfatizó que “estamos tratando de armar algo para que los compañeros puedan comenzar a llevar un plato de comida a la mesa de sus casas. Ya sea en forma de cooperativa o lo que fuese”.
Es preciso recordar que la empresa Belcar está instalada en el distrito matancero hace 64 años. Su funcionamiento, que dependía de 95 trabajadores (ochenta en la planta de la localidad matancera, y quince ocupados en la parte administrativa ubicada en C.A.B.A.), permitía el suministro de tintas y barnices para la industria gráfica.
“Desde un primer momento que hubo abandono de la empresa nosotros pensamos en una cooperativa, pero nuestra materia prima está dolarizada y se nos hace muy difícil conseguir recursos para comprarla. A pesar de esto seguimos gestionando y viendo que alguien invierta en la empresa porque es muy viable”, se esperanzó el entrevistado.
Una fábrica que daba buenos números, pero que igual cerró
El entrevistado ponderó el buen trabajo que venía realizando la fábrica por lo que fue sorpresivo el cierre y planteó que “siempre hubo mucho trabajo porque es una fábrica de tinta que estaba instalada en el mercado de la gráfica y hay muchas empresas que consumen nuestras tintas porque son de muy buena calidad”.
“Estamos buscando los pasos legales para conseguir la cooperativa. Somos uno de los gremios más antiguos y con el legado de Raimundo Ongaro de solidaridad y lucha por el compañero estamos ayudando a los trabajadores, pero sabemos que no es la salida porque ellos quieren trabajar”, complementó el secretario del Sindicato Gráfico de La Matanza.
Por último, dejó una última reflexión sobre la gestión nacional a cargo del macrismo desde diciembre de 2015 y concluyó que “este modelo oligarca desguazó la industria. Es una locura lo que el Gobierno ha hecho con los trabajadores. La única forma de dar vuelta esto es comprometiéndose en las elecciones que se vienen”.
Muchos trabajadores que perdieron su fuente de ingresos, un gremio que no los abandona y hace lo posible para encontrar soluciones al problema y una patronal que ya no quería tener más la empresa y la cerró. Aún quedan muchas cosas por resolver, pero la única realidad es que hay casi 100 personas que buscan una sola cosa: poder trabajar.