Número de edición 8481
La Matanza

Los cambios que propone el Día del Amigo

Los cambios que propone el Día del Amigo

Alejandro Finocchiaro hizo en la mañana del día Día del Amigo un nuevo encuentro con vecinos de Matanza.

 

Acompañado por la diputada nacional Josefina Mendoza, la primera parte de la jornada lo llevó a la sede la Asociación Vecinal Villa Monte Dorrego. Allí lo esperaban ciudadanos de Lomas del Mirador protagonistas de la construcción del Mapa de los Problemas, iniciativa que el candidato motorizó para visualizar las dificultades del distrito y articular soluciones.

Antes de la ronda de mates y diálogo no faltaron algunas referencias para subrayar el palmarés local. “Acá cantó Sandro, ¿sabés?”, aseguraba uno de los vecinos, mientras otro revelaba el secreto del equipo de papi fútbol: la cancha es más grande, “los nuestros están acostumbrados a jugar acá”.

Finocchiaro aseguró haber sido protagonista de una tarde memorable en esa cancha, pero de aquello no quedaron registros. Otras cosas sí quedaron claras: la inseguridad, en sus múltiples facetas, aqueja al barrio. Por eso, acercaron un proyecto para establecer corredores escolares, una iniciativa semejante a los senderos seguros de la Ciudad de Buenos Aires que no encontró eco en los equipos de Magario-Espinoza. Indiferencia que también surge ante el pedido de articulación de la Policía Local con las Fuerzas de Seguridad provinciales y nacionales que operan en el distrito, o el intercambio de un sinnúmero de dificultades, como la recolección de residuos, los eternos trabajos para controlar la cuenca del arroyo Maldonado, el pedido de semáforos o señales de tránsito, el mantenimiento de las calles, o la falta de trabajo social para luchar contra las drogas que amenazan a los chicos. Como sucede en cada lugar lindero a la Capital Federal, se manifestó la evidencia de los vecinos que cruzan la General Paz para acceder a servicios básicos.

Más tarde, un matrimonio lo recibió en Aldo Bonzi, muy cerca de la plaza Martín Fierro. En la casa, un nutrido grupo esperaba para compartir inquietudes y escuchar propuestas.

Al igual  que en varias localidades, se multiplicaron las quejas por las altas tarifas municipales.Y más allá de las variables cotidianas, la preocupación por una secuencia interrumpida de progreso. Una comunidad que por décadas fue pujante, sobre todo gracias al esfuerzo  de los vecinos -los que permitieron que llegara el gas de red, las cloacas, y ayudaron a equipar las escuelas 18 y 41 a través de las cooperadoras- se percibe abandonada por el Municipio. Deseaban saber cómo puede cambiarse la mochila pesada que hoy representa La Matanza para transformarla en una nueva oportunidad. Y, para eso, reconocen en la educación y la cultura un trampolín indispensable. En las entusiastas intervenciones no faltaron muestras de orgullo por los logros profesionales de sus hijos.

¿Por qué no podemos cambiar este lugar? Es la pregunta que sobrevoló las dos reuniones. Finocchiaro les solicitó que no se sintieran fuera de esa tarea. Que, como él, se encargaran de transmitir la necesidad de escapar de la trampa  de las recurrentes frustraciones. Algo que Juan Carlos, uno de los asistentes, aseguró que hará desde la caja de la carnicería donde trabaja.

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