Número de edición 8481
Opinión

Sinceramente explicado, por Fabián Banga

Sinceramente explicado, por Fabián Banga

Terminé de leer ayer Sinceramente el libro de Cristina. Cristina, sí. No la expresidenta, la esposa de Néstor Kirchner o Cristina Fernández de Kirchner. Quiero creer que así le gustaría que la nombremos. Con su primer nombre firma el libro. No es como algunos esperaban un manifiesto político; ni siquiera un lanzamiento de campaña.

Es un libro honesto, catártico, directo en donde vemos a la Cristina que ya conocemos. Es Cristina hablando por 6 horas. El libro es una afirmación a lo que creemos que es Cristina. Los que la odian van a odiar muchos pasajes e irán a buscar sus falencias, sus egos y todos aquellos atributos que detestan. Los/as que la adoran, la adorarán más. Los/as que la odian, que en realidad le temen, encontraran suficiente material para temerle más. Los/as que la siguen verán una Cristina hablando informalmente de momentos cruciales de su vida.

Por Fabián Banga

Si bien el libro encara el tema de la reconciliación ‒sobre todo al final‒ creo se va a necesitar mucho más que este libro para calmar el odio de un sector por el espacio y la ideología que ella y Néstor representan.

Ese odio se desmantela en el libro muy sólidamente, en detalles. Es irrefutable su perspectiva. Cuando uno llega a la mitad del libro, ya la idea está ampliamente desarrollada. Lo mismo con el tema feminista; contantemente vuelve. No vemos una Cristina mítica, líder indiscutido. Vemos una mujer en su lucha.

Su perspectiva y desde esta, su lógica, es lo que vemos como sólido.  Inclusive nos da explicaciones a preguntas que uno se hace frente a la ideología y expresiones de Cristina. Ella misma reconoce que llegó al feminismo y la lucha queer durante su camino político. Ella es de otra generación, muy anterior a la “revolución de las hijas”. No esquiva el tema y lo desarrolla.

El libro, de 600 página, lo terminé de leer en 4 horas. Se lee de corrido y no da la impresión que sean 600 página. Tranquilamente se podría resumir en 200 páginas. Pero es Cristina hablando y hay mucho para aclarar y responder. El tono es conversacional, con reproducción de silencios. Es texto muy fácil de leer.

Hay momentos muy ricos para los que estamos interesados en entender estos personajes históricos. Las reproducciones hasta cinematográficas hacen que ella desaparezca. Son estos los pasajes mejores logrados. Los dedicados a Néstor son a mi gusto los más potentes. Algunos son profundamente humanos y conmovedores. No queda duda que Néstor fue su pareja; y uno cuando dice “pareja” dice mucho más que compañero o esposo.

Por ejemplo, menciona muy poco los detalles de los días en que falleció Néstor. Uno no espera que lo haga y con la dignidad que lo presenta, en lo personal, uno tiene que quedar muy conforme. Inclusive explica que el expresidente lo hubiera querido así. Hay detalles de las barbaridades que se decían en relación a la muerte del expresidente, en el final del capítulo “Una yegua en el gobierno”.

Ese dolor, esa perdida, luego se verá de alguna forma representado con la muerte de Cleo (Cleopatra), su perrita. Es un pasaje significativo, hay una implícita alegoría porque la pérdida es mucho más que su mascota. En uno de los últimos capítulos “El odio y la mentira. Los nuevos medios y los mismos fines” desde la página 538, comienza contando la reacción de Cleo el día que se encontró con Magnetto: “De repente comenzó a gruñir y gruñir cada vez más fuerte” lo que al contárselo a Néstor le produjo mucha gracia.

“Mi caniche mini toy finalmente murió unos años después porque tenía una malformación genética. Me acuerdo de ese día, fue muy duro. Estábamos comiendo en Olivos, ya sin Néstor, y uno de mis secretarios, sin entrar al comedor donde estábamos, gritó: ‘¡Máximo!’ Me sorprendió porque lo llamó muy fuerte, casi imperativamente, y después de unos minutos cuando él regresó con cara rara, me dijo: ‘Mirá, mamá…’ ‒él nunca me llama mamá‒ y ahí, no sé por qué, me di cuenta que Cleo había muerto. Me puse a llorar desconsoladamente.

Cleo había entrado en mi vida cuando era senadora y Néstor presidente, la única mascota que teníamos hasta entonces era nuestro bóxer, Alex. La muerte de Cleo fue horrible porque sentía que todo lo que me había rodeado se iba.”  (p. 540)

El libro está cargado de anécdotas como esta en las que podemos ver indirectamente quién es Cristina. Hay también pasajes muy optimistas como cuando se refiere al cariño que recibía de la gente. Sobre todo, en la sección en la que habla del apoyo que recibía luego de la muerte de Néstor.

El capítulo sobre el Papa “Cuando Jorge era Bergoglio y después fue Francisco” es uno de los mejores capítulos del trabajo por la cantidad de información personal. Podemos ver claramente a Cristina en el ámbito internacional. La expresidenta muestra sus lados no tan fuertes en este campo. Hay una parte en la que describe la presencia de Netanyahu en el congreso de los EEUU invitado por el Partido Republicano que no dice mucho sobre el episodio, pero mucho de como Cristina veía el mundo. En algunos casos hasta inocente, con errores.

Ella misma aclara este punto. Y le dedica amplio espacio a mostrar su lógica en relación al tema del memorándum con Irán, la AMIA, Israel, DAIA. Hay extensos espacios dedicados a China y Rusia. En mi opinión, esos pasajes de sinceramiento son los más sólidos.

Hay machismo material, es un libro extenso. Responde ampliamente las críticas que se le hacen y sobre todo, desmantela mucho desde su perspectiva. Desde los fondos buitres hasta el FMI, de Clarín hasta la AEA, desde Magnetto hasta Nisman. Escuetos espacios dedicados a Macri, y no deja prácticamente un solo periodista del grupo anti K sin mencionar.

Un libro muy recomendable.

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