
Luego de que dicho organismo diera lugar al reclamo del colectivo “Stop Flybondi” y exigiera la Declaración de Impacto Ambiental, varios habitantes de la zona advirtieron que varias casas presentaban rajaduras debido a las vibraciones producidas por los aviones.
Además, volvieron a pedir el cierre de ese aeroparque.
Desde hace más de un año los vecinos de Morón, La Matanza, Tres de Febrero y Hurlingham vienen exigiendo el cierre del aeropuerto ubicado en El Palomar y denunciando la contaminación auditiva que este produce y la rotura de varias viviendas de la zona.
A raíz de esa situación, la Corte Suprema de Justicia dio lugar a una demanda iniciada por el abogado del colectivo “Stop Flybondi”, Lucas Marisi, a través de la cual se le exige al Ministerio de Transporte que presente la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) requerida para la habilitación de dicho aeroparque.
En la misma denuncia también se advierte acerca de una serie de “obras ilegales y clandestinas” que se habrían comenzado a efectuar en el interior de la base militar, las cuales –según advierten los habitantes- violarían la Ley de Ambiente nacional y provincial.
Cabe recordar que en el último tiempo el aeropuerto viene incrementando la cantidad de vuelos diarios, llegando en algunas ocasiones a más de 40, debido a que ya no sólo opera Flybondi sino que también la low cost chilena Jet Smart. A su vez, se convirtió en el octavo más importante del país debido a la cantidad de pasajeros que transporta.
El calvario de los vecinos
Por eso Diario NCO dialogó con varios de los residentes de las zonas aledañas al aeroparque para conocer de cerca sus inquietudes y problemas en relación al funcionamiento del mismo.
Es así que Amalia González, una vecina que tiene su vivienda ubicada a un par de cuadras de ese lugar, explicó que “el ruido es insoportable, pareciera que los aviones se van a caer arriba de mi casa y, aunque ya paso bastante tiempo desde que lo abrieron, mi nena de dos años se sigue levantando asustada cada vez que pasa uno a la madrugada”.
“Lo que más me preocupa es el estado en que están quedando nuestros hogares, se nos están rajando las paredes y vibra todo cada vez que despega o aterriza un avión”, afirmó y remarcó que hay días “donde pasan aviones cada media hora, es una locura. Este era un barrio tranquilo, ahora hay gente a toda hora y un ruido infernal”.
A su vez otro de los habitantes de El Palomar, Héctor Rinaldi, aseguró que “hace unos tres meses empecé a ver grietas y fisuras en las paredes de mi casa, especialmente en el baño y la cocina. Tuvimos que llamar a un albañil para poder repararlas, pero nadie se hace cargo, los vecinos tenemos que pagar todo”.
Sin embargo, al ser consultado sobre su opinión al respecto de la intervención de la Corte Suprema, Rinaldi aseguró que “llegan un poco tarde, nosotros venimos diciendo desde hace mucho tiempo que no puede funcionar el aeropuerto en El Palomar” e insistió en que “no solo es por una cuestión de contaminación acústica y de rotura de casas, sino que una de las cabeceras da a el colegio Emaús. ¿Van a esperar que ocurra una desgracia para darse cuenta de que no puede funcionar?”.
¿Todos los vecinos en contra?
Así como González y Rinaldi se mostraron en contra del aeropuerto y exigieron su cierre, hay otros vecinos que apoyan la medida y alegan que fomento una mayor actividad comercial y seguridad en la zona. Al menos esa es la opinión de Analía López quien consideró que “no sólo mejoro la iluminación y señalización del barrio, sino que además hay mayor presencia de policías en las calles”.
“Yo no soy dueña de ningún local pero me doy cuenta que hay más actividad, viene gente de todas partes al aeropuerto y hacen alguna comprita por el barrio, se toman un taxi o remís de la zona”, precisó y sentenció que “el ruido a veces puede molestar un poco pero, la verdad, es que le cambio la cara a El Palomar”.
FOTO: Infocielo