Número de edición 8481
La Matanza

 “Tilo” Chamorro: “Muchos peronistas creen que la política es obediencia debida”

 “Tilo” Chamorro: “Muchos peronistas creen que la política es obediencia debida”.

El histórico dirigente de Ciudad Evita, Rotilio “Tilo” Chamorro, hombre muy reconocido en el peronismo matancero, que ocupó varios cargos en distintas gestiones del Gobierno municipal, dialogó con Diario NCO.

Durante la charla, hizo un corto revisionismo del pasado, trazó su visión de la realidad y avanzó sobre lo que debería pasar en el futuro con la oposición a Cambiemos.

El dirigente ofreció definiciones muy jugosas y sin decirlo abiertamente, es optimista en que finalmente el peronismo logrará la unidad. “Y si no iremos a las PASO” aseveró.

Diario NCO: -¿Cómo analiza el actual momento de tanto deterioro social?

Rotilio “Tilo” Chamorro: -No solo hay un gran deterioro social, si no también hay un gran deterioro de valores. Estamos viviendo circunstancias muy difíciles donde el peronismo tiene una nueva obligación moral y política, que es organizarse y unirse para transformar esta realidad negativa, convirtiéndola en positiva. El tema pasa que los dirigentes tienen que estar a la altura de las circunstancias. Muchos están más preocupados en el yo que en el nosotros y la concepción del peronismo es todo lo contrario: el nosotros por sobre el yo.

NCO: -¿Entonces qué rol le cabe en esto a los distintos cuadros políticos?

RTCH: -Los cuadros políticos tienen el deber de ser protagonistas en la construcción de una alternativa. Las sociedades nunca votan para atrás. Siempre lo hacen para adelante y el peronismo tiene la obligación de ver cómo enamoramos de nuevo con una propuesta de política social y económica de transformación. También hemos perdido el concepto de la comunidad organizada. El concepto del nosotros. El concepto de la solidaridad. Lamentablemente el individualismo ha entrado en el seno de nuestro movimiento. Tristemente nos hemos convertido en un partido político y no en un movimiento revolucionario y para nosotros, como concepción, el peronismo es un movimiento revolucionario.

NCO: -¿Puede ser eso suceda porque la palabra revolución tiene mala prensa?

RTCH: -Eso puede ser, pero no hay que tenerle miedo como cambio de mentalidad y estructura. Lo que sucede es que nosotros siempre nos hemos destacado por la rebeldía y no por el sí y lo que tiene que predominar dentro del peronismo es el sentido crítico. Analizar el porqué de las cosas. Porqué esto. Porqué lo otro. En qué hemos acertado. En qué nos hemos equivocado. En qué hemos estado a la altura de las circunstancias y en qué no. Ese pensamiento crítico tiene que existir. Y también considero que hay un gran número de compañeros y compañeras que se creen que la política es obediencia debida y el arte de la política también es conducir la confusión. Y estos momentos de confusión, conducir también es deber de los cuadros políticos y de nosotros, los que ya peinamos canas.

NCO: -¿Usted considera que si bien la política está bastante devaluada por algunos malos políticos, sigue siendo la única herramienta de transformación?

RTCH: -Es que no hay otra. Como tampoco existe otra alternativa que reemplace a que el trabajo sigue siendo el mayor ordenador social. Por eso el peronismo plantea que existe una sola clase de hombre: el que trabaja. O sea el trabajo. Vos podés trabajar en la cultura, sobre una profesión, podés ser periodista, empresario, legislador, lo que quieras ser… Pero en definitiva, somos todos trabajadores…

 

 

NCO: -¿Y entonces qué pasó? Porque en 2015 había trabajo y tenemos de presidente a Mauricio Macri y la gobernadora es María Eugenia Vidal…

RTCH: -Es que la culpa no fue del chancho… Los responsables fuimos nosotros los que le dimos de comer. En política raras veces hay casualidades. Generalmente hay causalidades y si eso sucedió es porque muchas cosas las hicimos mal, pero ojo, que también muchas cosas las hicimos bien. Hoy en día se está discutiendo la guerra de la cuarta generación, que tiene que ver con la neurociencia, la neuropolítica, el neuromárketing. Y nosotros como militantes no estamos discutiendo esas nuevas técnicas, como es la neurociencia instrumentada dentro del accionar político. Y ellos sobre eso interpretan que todo pueblo, todo individuo tiene dentro de sí una historia. Por ejemplo, la mayoría del pueblo argentino tiene una historia peronista y a través de la neurociencia, la neuropolítica y el neuromárketing, lo que van haciendo es sacarte esa memoria para implantarte otra distinta a esa historia que nosotros llevamos adentro.

NCO: -¿Entonces quiere decir que el pueblo es funcional a esas nuevas técnicas?

RTCH: -Claro, nosotros terminamos siendo funcionales a eso, porque no lo planteamos desde nuestra propia identidad… Cuando escuchamos a nuestros dirigentes y también oís a un radical, casi no hay diferencias en la discusión política. Y los pueblos en general y el individuo en particular, se suele enamorar de algo diferente. Por lo tanto, el peronismo tiene que ser consecuente con su esencia, con su modo de vida, con su modo de ser y aggiornarse a las nuevas tecnologías. Hay una nueva sociedad y una nueva problemática y en esta guerra de la cuarta generación, ya no se explota tanto con el tema de las armas, ya no te intervienen militarmente. Si no que trabajan sobre la mente de los seres humanos y terminan convirtiéndonos en un objeto de consumo.

NCO: -¿Y qué rol juegan en ello los medios de comunicación?

RTCH: -Y los medios de comunicación lo que hacen es ir construyendo ese propio sujeto social. Por eso nuestro desafío es cómo convertimos a ese sujeto social alienado, con baja autoestima, en un sujeto social solidario, revolucionario, comprometido con el otro. Porque si nosotros desde la política no planteamos la solidaridad, cómo hacemos para poder plantear lo otro. Cuando desde la política discutimos espacio, el espacio es amplio, por eso juega mucho el estar hoy acá y mañana estar allá, con el agravante que muchos se quedaron en lo agonal de la política, en la lucha. Yo estoy de acuerdo con la política agonal. Pero en la política como arquitectura, como construcción de un modelo de sociedad, de un modelo político y después sí, estoy de acuerdo con lo agonal para poder llevar adelante esa política. Pero como se discute espacio y no hay compromiso con un movimiento, con una estructura política, eso se va perdiendo y el peligro es ese.

NCO: -¿Por qué cree que no aparecen líderes en la medida de las necesidades?

RTCH: -El error está en que no aparecen estadistas que proyecten hacia adelante y piensen en las próximas generaciones. Perón decía que para llegar al gobierno y fracasar, es mejor no llegar. No podés llegar con hombres que después no pueden llevar adelante los objetivos (…). No es solo ganar una elección, hay que ir con un programa de gobierno. Si gano yo es este. Si ganás vos es este otro, pero que haya proyectos. Lo que transforma las cosas son las ideas. Cuando en el ’44 le preguntaron a Perón si era individualista o colectivista, contestó que era individualista en aquello que hace a las grandes ideas, porque salen del hombre. Pero que era colectivista en todo lo que hace a las grandes realizaciones, porque salen de la comunidad, de la colectividad. Esa es la construcción del yo en el nosotros. Entonces, construyamos ese yo en el nosotros, pero en ese nosotros solidario de la comunidad organizada. El tema es ese, si no avanzamos y retrocedemos… Avanzamos y retrocedemos, como nos viene sucediendo desde 1983…

NCO: -Yendo al terreno local, cómo los ve a (Fernando) Espinoza y a (Verónica) Magario?

RTCH: -Considero que ambos están haciendo un trabajo importante en la construcción de la unidad y en esa construcción, hay que juntar a la mayoría. La unidad no es uniformidad. No podemos pensar uniforme porque si no nadie piensa. O me someto a tu pensar o soy un cuadrado. La unidad se plantea a través de la diversidad, porque nadie tiene la verdad absoluta. Estoy muy de acuerdo con esa construcción de unidad y hay que hacerla lo más amplia posible. En esa diversidad, pero en un objetivo común que debe ser la liberación nacional. Si el planteo no es ese, no sirve.

NCO: -¿Y cuáles son los puntos a considerar?

RTCH: –Muy simple, hay que preguntarse ¿qué vamos a hace con la banca? ¿La vamos a nacionalizar? ¿Qué vamos a hacer con la producción, con los servicios? ¿Los vamos a pasar al Estado o vamos a crear empresas comunitarias? No me disgustan las empresas comunitarias, pero la tienen que manejar los argentinos. ¿Qué vamos a hacer con la ley de medios, con la Justicia, con Comodoro Py? Porque dentro de un mismo sistema no podés producir los cambios. No te podés dejar manejar por las circunstancias, porque las circunstancias las crea el enemigo. Vos tenés que crear tus propias circunstancias focalizando en la liberación nacional. No nos podemos quedar en lo popular, porque se puede ser popular y también ser malo. Sobre esos puntos tenemos que discutir. No hay que tener miedo, porque el pueblo se va a encantar cuando vea un proyecto de país.

NCO: – Para terminar, ¿usted considera a Cristina representativa del peronismo?

RTCH: -Sí, después es como todo… Yo también tengo virtudes y defectos. Ni yo ni nadie somos la síntesis del peronismo. Lo que sucede con los que la rechazan, lo hacen porque el tema pasa por una cuestión personal y ahí está el error. Yo a Cristina la elogio y la critico políticamente. Tengo diferencias políticas y muchas coincidencias, pero en lo personal, no. No me meto. Porque lo mío es político. A Cristina se le pueden achacar muchas cosas. Pero pregunto: ¿fue contra los trabajadores, no? ¿Fue contra el país, no? Fue contra la Constitución, no? ¿Fue contra los derechos, no? Listo, con eso me basta. No existe una conducción perfecta.

 

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