
Familiares de los jóvenes que fueron embestidos sobre Avenida Cristiania y calle Maciel piden el esclarecimiento de los hechos. “Fue un homicidio, no un accidente”, aseguró la mamá de uno de los chicos tras dialogar con Diario NCO.
Por Melany Romero
Muchas preguntas y pocas respuestas giran en torno al caso de Fernando Gutson y Nahuel Tevez, quienes el viernes pasado fueron embestidos por un vehículo mientras transitaban con una moto Rouser NS 200 por Avenida Cristiania y la calle Maciel, de la localidad de Gregorio de Laferrere. Diario NCO dialogó con la mamá de uno de los jóvenes para esclarecer la información acerca del hombre que los arrolló y se dio a la fuga.
El pedido de justicia y la necesidad de que se presenten testigos del hecho son prioridades de los padres de las víctimas para poder encontrar tranquilidad. “Yo necesito la cámara para que me digan qué pasó. Ayer cuando fui al establecimiento que la tiene me dijeron que no les llegó ninguna orden para mostrar los videos, cuando el juez me la había dado. La gente tiene miedo”, aseguró Gisela Gutson, madre de Fernando.
Bajo el motivo de que se trataba de un lugar privado, el permiso para mostrar los registros audiovisuales fue denegado. Por esa razón, gran cantidad de personas se concentraron el martes pasado cerca del lugar del accidente para pedir por el domo que se encuentra enfrente y conocer la verdad de los hechos.
“Necesito ver el vehículo y la cara de quién mato a mi hijo”, suplicó Gisela, a quien le abundan preguntas en su cabeza sobre lo sucedido. Las versiones son muchas: una camioneta blanca, roja, de modelo Hilux y un conductor con oficio de fletero. Sin embargo, hay una afirmación vigente por parte de testigos: el hombre hizo marcha atrás con su camioneta y pasó por encima de los jóvenes para huir hacia la calle Las Camelias e ingresar al barrio 22 de Enero.
La mujer, en su intento de reconstruir teorías que le brinden una respuesta, afirmó: “Suponiendo que la persona que lo hizo no tuvo intención de chocarlos, sí tuvo la de matarlos. Ayer lo único que pensaba era que-Fernando- no lo hizo. A él lo mataron. Fue un homicidio, no un accidente. Si es verdad que el sospechoso les pasó por arriba, mi hijo no murió por un golpe en la cabeza”.
En el trascurso de recoger datos sobre la huida del masculino, la información trascendida fue que el hombre iba acompañado por una mujer que, tras bajarse del vehículo, llamó al 911 en medio de una crisis emocional. La única testigo está bajo amenaza.
El horario del accidente también fue puesto en cuestión ya que fuentes del lugar informaron que ocurrió cerca de las 12:58 mientras que la autopsia revela 1:37. “Me dan a entender que falleció 40 minutos después del choque. ¿Por qué no hubo una ambulancia? Hubo gente que me dijo que no era necesaria porque ellos ya habían fallecido. Nada concuerda.”, reiteró.
Interpretaciones ilimitadas
Ambos jóvenes se dirigían desde ruta 21 hacia Avenida Central, luego de reunirse en la casa de uno de sus amigos. Según fuentes, el dueño de la camioneta había ido a cargar nafta a la estación de servicio, que se encuentra sobre Avenida Crovara y Cristiania, para luego doblar en “U” y chocar con el rodado que conducía Nahuel con Fernando de acompañante.
“La camioneta tendría un choque de frente y de costado. Si los chicos hubiesen sido los que lo chocaron, la moto no debería tener la rueda de frente y la tiene”, confesó Gisela y agregó que al vehículo de su hijo sólo le falta el manubrio, además de tener un golpe acompañado de un rayón de pintura.
Las personas que se encontraban cerca del lugar salieron a la calle debido al sonido del impacto y declararon que los chicos se encontraban a dos metros de la Rouser NS 200 en la que viajaban. “Estaban los dos abrazados en el piso. Pienso que, si él venía rápido, la moto vuela”, aseveró la mamá del chico de 23 años.
Una antena fue encontrada por los familiares de los jóvenes y consideran que aquel objeto podría develar el modelo del vehículo que los arrolló. No obstante, Gisela Gutson reveló: “Ayer me dijeron que el juez que trata el caso está en trámite jubilatorio. O sea, que el día de mañana se jubila, deja la causa y yo tengo que empezar de cero”.
Por otro lado, los familiares piden a todos aquellos que presenciaron el momento que “hablen y no tengan miedo” de comunicarse con Gisela vía Messenger, Facebook o por teléfono, para brindar detalles que puedan ayudar en la causa, como así también asistir a la marcha que se realizará el viernes próximo a las 18 para mostrar su apoyo.
Futuro por delante
Fernando era un joven que se había mudado con su novia al barrio de Villa Madero con expectativas de casarse cerca de abril o mayo luego de ahorrar con la venta de su moto. Su madre lo describió como un hombre que trasmitía mucho amor y que había sido su lección de vida al verlo crecer lleno de valores.
“Era el hombre de mi vida, demasiado perfecto. Yo le decía que me llenaba el pecho de felicidad y él me agradecía porque era recíproco”, relató con lágrimas en los ojos y detalló que ambos eran chicos sanos que trabajaban para ayudar a su familia.
Nahuel era camionero y trabajaba en la empresa Castro y Regini donde sus compañeros le guardaban un profundo cariño. Hace pocos meses había quedado efectivo y era inseparable de Fernando, a quién conocía desde muy chico por criarse juntos en el barrio Villegas. Futuros por delante que quedaron pendientes y una familia que solicita justicia.