González Catan: “Majori esta nervioso y mal asesorado”

No andan bien las cosas en el Centro de Industriales Panaderos de La Matanza, hace poco más de un mes expulsaron de dicho centro al vicepresidente del mismo “en una reunión plagada de irregularidades” anunciaron desde el sector disidente.

Oportunamente, NCO, informó de las alternativas y para clarificar el tema entrevistamos a José Hernández, Presidente del Centro de Panaderos Unidos de González Catan y vicepresidente destituido del CIP matancero.

José Hernández señaló que “Majori esta nervioso y mal asesorado; lo asesoran personas que están más interesados en su bolsillo que en la institución. No puede ser que sea siempre la misma persona la que le vende todos los servicios al centro de panaderos” y remarcó que “Soy un hombre de palabra, puedo equivocarme como cualquiera pero siempre intento respetar mi palabra. Cuando asumí como vicepresidente le dí mi palabra a Majori que mi renuncia estaba a su disposición y en lugar de hacer valer mi palabra prefirió expulsarme, lo hizo así, porque si renuncio sigo siendo socio de la institución y puedo presentar una lista el día de mañana y ellos no quieren que tenga esa chance. Tiene temor, no de perder una elección sino de que se descubran algunas cosas que sucedieron durante su gestión. Si las cosas están claras no hay nada que explicar pero ellos, me parece, que tienen que dar muchas explicaciones”.

“Me hicieron un favor al echarme, no encajo en la forma que dirigen una institución; pero no me cae bien que lo hagan escudándose en mentiras. Era sabido que querían expulsarme para proscribirme” sostiene José Hernández y señala que “Fui víctima de provocaciones y no hubo ninguna pelea dentro de la institución. Mandaron un panadero a provocarme al baño y le dije que no quería ni discutir ni pelearme con él. Hay cámaras en la institución y espero que hayan guardado las mismas, dónde se ve claramente que salgo de la institución, dos ó tres metros delante de este panadero y que él me sigue 40 metros insultándome. Casi en la esquina del Centro de Industriales Panaderos de La Matanza me empuja y cuando me doy vuelta interviene la policía. No hubo golpes ni nada” e indignado agrega que “Nunca tuve un problema con este panadero que me provocó, me siguió casi 50 metros para provocarme”.

Hernández afirma que “No se puede pensar distinto ni ver las cosas de otra manera porque ya lo tildan de enemigo. Esto no es así, la forma de pensar no se maneja mandándole un operativo de inspección a los panaderos, para convencer hay que dialogar y exponer las razones, presionando a la gente no se logra nada” y agrega que “Es evidente que fue una maniobra para expulsarme, si no me querían en la comisión directiva, con pedirme la renuncia bastaba. Emilio me pidió por favor que sea su vicepresidente y ahora me echa como socio de la institución porque quiere proscribirme. Le dije que renunciaba, que no había problema pero él quería echarme y lo hizo. La comisión directiva de la institución puede expulsar a un socio pero no al vicepresidente, eso se puede hacer solamente en una asamblea. El articulo 16 del estatuto esta bien claro el procedimiento, sólo una asamblea, convocada para tal fin, puede remover a toda la comisión directiva ó alguno de sus miembros y que la misma se puede hacer sólo con los 2/3 de los votos de la asamblea. Si hay cien panaderos en la asamblea, más de sesenta deben votar por la expulsión de un miembro de la comisión directiva. Ellos se tomaron atribuciones que les corresponde a todos los panaderos”.

“Cuando se corrió la noticia más de 100 panaderos vinieron a mi casa a darme su apoyo” y añade que “Según tengo entendido varios panaderos ha enviado una carta documento solicitando que renuncie toda la comisión directiva y que se convoque a elecciones en 30 días. Más de 100 panaderos fueron al CIP a pedir explicaciones por mi expulsión y no le dieron ninguna” nos cuenta José Hernández y afirma que “La institución es buenísima pero eso no implica que la gente que la dirige sea lo mismo. A mi me expulsaron sólo tres personas y en un procedimiento poco claro”.

“Cuando uno se cree omnipotente y que nada puede tocarte es cuando se comienza a cometer errores. La soberbia es una enfermedad que adquieren los pobres infelices que tienen una pequeña cuota de poder” resalta el dirigente panadero de González Catan y añade que “La única forma que me quede tranquilo en mi casa es que vengan mis compañeros del gremio y me lo pidan, pero más de 100 panaderos me han pedido, por favor, que siga adelante. En todos estos años hice mucho por los panaderos y solo ellos pueden hacer que de un paso al costado”.

José Hernández asegura que “Los panaderos que solicitaron una asamblea, de acuerdo a lo que marca el estatuto de la institución, están recibiendo llamadas intimidatorias del presidente, del secretario y del primer vocal, amenazadándolos con operativos de inspección, con clausuras de mantenerse en la postura de convocar a una asamblea” y remarca que “Estoy muy tranquilo porque sé que solo trabaje para el bienestar de los panaderos, pero a la vez me pone mal que compañeros, que trabajan para ganarse el pan de todos los días, estén siendo amenazadas por una persona que tiene un poco de poder y, encima, ese poder que tiene se lo dan los panaderos que amenaza. Un dirigente no es nada por si solo, se debe a aquellos que lo eligieron; no puede ser que aquellos que lo eligieron estén sometidos s los caprichos del dirigente”.

“Hace más de un mes que sucedió mi expulsión y no me notificaron, no tuvieron tiempo de hacerlo pero si tuvieron tiempo de publicar en la revista de la federación un acta que no dice la verdad de lo que sucedió en la reunión” sostiene Hernández y afirma que “Por todos los medios están tratando de proscribirme, miente sobre mi accionar y sobre mi persona. No pueden decir nada de mi forma de conducirme ó ¿soy yo el que le vende todos los días la comida a los policías que almuerzan el CIP de San Justo ó si soy yo el que brinda los servicios de lunch a las visitas que van al centro de panaderos ó si alguna vez lucre con el centro de panaderos?. Nunca lo hice, porque el centro de panaderos es una institución sin fines de lucro. Habría que empezar a fijarse para quién es negocio estar en el centro de panaderos.

Ahí nunca se festejó el cumpleaños de ningún panadero, pero habría que preguntar quién dispone del salón del centro como si fuera dueño. Cuando asumí como vicepresidente, Emilio Majori me dijo que me necesitaba para ayudarlo a terminar con algunos vicios que había, pero cuando empecé a revisar los papeles para terminar con esos vicios, ahí empezaron mis problemas en el CIP. Una vez arreglaron un computadora y el tesorero estaba por pagar el trabajo pero le dije que pida la boleta y no querían hacerlo. Si no se pide la boleta no queda constancia del gasto ni del monto del mismo y esto hace que se compre en negro y se pague en negro. Esas cosas parecen ser que son las que más molestan; la plata mía la uso como me parece pero la plata de los panaderos hay que pedirles permiso para usarla y ser muy cuidadosos con las cuentas”.

“Majori esta nervioso y mal asesorado; lo asesoran personas que están más interesados en su bolsillo que en la institución. No puede ser que sea siempre la misma persona la que le vende todos los servicios al centro de panaderos” asegura José Hernández y añade que “En el CIP hay personas que son autoridad y a la vez son autoritarios, no dejan que se expresen los socios, los increpan constantemente. Hay que respetar a los socios porque ellos son los que hacen los aportes para que el centro de panaderos crezca”.

José Hernández manifiesta que “Majori dice que ando recorriendo las localidades para dividir el CIP. Nunca fui a ninguna zona a hablar contra el centro de panaderos, si no me invitan no voy a ningún lado; no cómo él, que con un chorizan y un vaso de coca hizo una reunión para dividir la zona de González Catan y Virrey del Pino. Habla de los panaderos clandestinos cuando él tenía a su lado a un panadero que no tenía ni agua en su establecimiento; cuando tuvo en la comisión directiva a un socio (que luego lo echó cuando no le sirvió más) que tenía cinco panaderías y todas sin habilitar”.

“Hay panaderos muy comprometidos y eso los obliga a avalar estas cosas. Hay un panadero que me dijo que no me va a poder mirar nunca más a la cara de la vergüenza que tenía por haber votado mi expulsión” señala el dirigente catanense y agrega que “Soy un hombre de palabra, puedo equivocarme como cualquiera pero siempre intento respetar mi palabra. Cuando asumí como vicepresidente le dí mi palabra a Majori que mi renuncia estaba a su disposición y en lugar de hacer valer mi palabra prefirió expulsarme, lo hizo así, porque si renuncio sigo siendo socio de la institución y puedo presentar una lista el día de mañana y ellos no quieren que tenga esa chance. Tiene temor, no de perder una elección sino de que se descubran algunas cosas que sucedieron durante su gestión. Si las cosas están claras no hay nada que explicar pero ellos, me parece, que tienen que dar muchas explicaciones”.

José Hernández sostiene que “En algún momento pensé que estaba entre personas que tenía palabra y honor, pero me defraudaron totalmente como hombres y como dirigentes. Tiene mal los conceptos, creen que el dirigente es el que manda todo y los dirigidos solo tienen que obedecer y la cosa no es así. Dicen que quiero romper la unión del centro de panaderos y entonces que expliquen que si en La Matanza hay mil panaderías, ¿Por qué a las reuniones del CIP van sólo 15 panaderos, cuándo en González Catan van más de 50 panaderos alas reuniones?”.

“Me siento lastimado pero no me afecta, me dolería que me expulsen de la iglesia del Padre Mario, de los Boys Scouts ó de los lugares que voy a colaborar con la gente; pero que esta gente me haya expulsado me hace sentir bien porque lo tomo como de quién viene. Si gente de palabra, que trabaja honradamente y colabora con la gente me hubiese expulsado, me replantearía todo y me preguntaría si estoy haciendo las cosas bien pero que esta gente sin palabra y sin compromiso con la comunidad me expulse, me hace sentir bien y me pone contento no pertenecer a ese grupo de gente” asegura Hernández y añade que “Ellos piensan que todo tiene un precio, pero la vida no es así, por ahí el dibujo de un hijo nuestro vale más que un cuadro de millones de dólares. No saben diferenciar el concepto del valor y del precio. Hay cosas que uno las sabe porque tiene barrio y calle, pero cuando se olvidan de caminar los barrios y las calles y se sientan en un sillón y piensan que el mundo esta debajo de ese sillón, se empiezan a confundir los valores”.

“Se lo dije a Emilio Majori, que para mi era un honor no estar junto al presidente, ni al secretario ni al primer vocal” y remarca que “Hay mucha gente atemorizada; hay un panadero al que le pregunté porque había votado por mi expulsión y me dijo que: Sabes José, yo trabajo sólo tres bolsas y si no voto a favor del presidente, en tres días me cierran la panadería y me muero de hambre. Es vergonzoso lo que esta pasando” finaliza José Hernández.