El autor y coautor del hecho iban a ser juzgados en el Departamento Judicial de La Matanza, pero a último momento se cambió la sede y el Patio de las Américas,situado en la casa de altos estudios, será el lugar donde se lleve a cabo la sentencia a través de un juicio por jurados. Pueden llegar a recibir penas de entre 30 años y reclusión perpetua.
Luego de más de un año del crimen, en el que se sucedieron varias marchas, lucha y movilización, el próximo 15 de noviembre se juzgará, en un juicio por jurados, a los dos imputados por el crimen de Maximiliano Taranto, el profesor de Historia e Inglés asesinado de un tiro en el rostro el dos de mayo de 2017 en un intento de robo.
El tribunal popular, que estará integrado por doce titulares y seis suplentes, todos ellos vecinos del Partido, será el encargado de decidir la culpabilidad o no de los sujetos incriminados. La familia del joven maestro ultimado pide reclusión perpetua para el autor material del crimen y 30 años para su cómplice. “Tenemos toda la confianza del mundo de que se va a hacer justicia”, se esperanzaron los familiares.
“Tenemos fe de que la gente va a saber entender y va a apelar a favor de nosotros”, remarcó Marcelo Taranto, el padre de Maxi, en una entrevista a la web El 1 digital al tiempo que agregó que “la sentencia se conocerá ese mismo día”. “Tenemos toda la confianza del mundo de que se va a hacer justicia”, completó.
El caso que conmocionó al distrito y la historia de Maximiliano
Maximiliano Taranto fue asesinado de un disparo en la cabeza por un grupo de delincuentes que intentó robarle la moto en la puerta de su vivienda, ubicada en la calle Encina al 2400, en el barrio Altos de Laferrere, zona cercana al Aeroclub, cerca de las once de la noche del dos de mayo del año pasado.
Tras el crimen, los malvivientes se dieron a la fuga sin robar nada. Al día siguiente, agentes de la Policía de la provincia de Buenos Aires detuvieron al coautor del crimen. Quien disparó contra la humanidad de Taranto, estuvo prófugo durante varios meses y fue arrestado, insólitamente, cuando merodeaba las inmediaciones del barrio donde vivía. Luego de la investigación y la recolección de pruebas, llegará el momento de la sentencia.
Por otra parte, este joven de 28 años era docente del distrito de La Matanza, recibido del I.S.F.D N°82, daba clases de Historia e Inglés, estaba estudiando un posgrado en la UNLaM y además fue una persona que se encolumnó en la lucha por una educación pública de excelencia.
En el marco del conflicto docente, Maxi impulsó importantes iniciativas, defendió el salario y una educación de calidad. También marchó desde hace muchos años por el edificio propio para el profesorado en el que se formó, luchando por mejorar sus condiciones de trabajo y cursada. Ese era el horizonte que compartía con sus colegas, compañeros y alumnos: el de luchar por un mundo mejor.
“Lo maté y no me pude llevar la moto”
Esta frase retumba con fuerza en la carátula de la causa, en la que en una conversación con los amigos que lo ayudaron a pensar una coartada para escapar de sus cargos, el autor del homicidio confirmó que realizó el aberrante hecho sin poder perpetrar el robo.
El asesino está preso en una cárcel, aunque durante algunos meses estuvo encerrado en una comisaría porque según explicó la justicia, no había cupos en la penitenciaría donde tenía que estar alojado. Quien si se encuentra encerrado en un penal de máxima seguridad desde el día de su captura es el coautor del hecho, que fue atrapado un día después del crimen.
Ambos implicados son mayores de edad y podrían recibir penas de reclusión perpetua, para el asesino del docente, y 30 años para su cómplice. Entre las pruebas que incriminan a las dos personas, hay varios testigos que estuvieron en las inmediaciones, cámaras de seguridad que filmaron la secuencia y hasta una filmación de un robo a un supermercado que habían realizado días atrás con la cara descubierta.
