Número de edición 8481
La Matanza

Arte: ¿terapia o delito?

Arte: ¿terapia o delito?

El arte callejero, una de las pocas culturas que se propaga gracias a quienes están en continua lucha por difundirlo, está viviendo situaciones muy poco democráticas a partir del exabrupto que un chico tuvo con personal policial cuando quiso llevarlo detenido por estar haciendo “arte” en la calle e incautarle su  herramienta de trabajo: la guitarra.

A partir de ese momento, todos los artistas se pusieron en estado de alerta y se empezaron a movilizar para derogar la ley, de la que opinan que al artista callejero lo pone a la misma altura que un delincuente.

Diario NCO dialogó con Jonatan Córdoba, un profesor de folclore y teatro, quien contó cómo logró salir de una situación difícil  al incorporar el arte en su vida y cómo está viviendo la situación del arte callejero.

NCO: “¿Las distintas disciplinas  del arte pueden ser utilizadas como terapias?”.

J.C: “Cualquier rama del arte, no tan solo teatro, canto, baile también escribiendo, ¿por qué lo digo? Porque cuando era adolecente tenía muchos problemas que caí en depresión y no podía hablar con cualquiera, no me sentía en confianza de hacerlo.

Es ahí que gracias a mi profesora de literatura y teatro descubrí que podía escribir, o sea, lo que yo pensaba o lo que me pasaba y que no podía hablar, lo podía escribir y esa fue mi catarsis, mi terapia.

Finalmente esos escritos se convirtieron en poemas, en canciones, esas vivencias las fui incorporando y después me fui perfeccionando en teatro y en canto. Hoy trato de aplicar lo que viví  a mis alumnos, es una manera de ayudarlos en esta etapa de adolescencia donde necesitan contención y que se los escuche”.

NCO: “¿Ejerces la docencia?”.

J.C: “Sí, soy profesor de teatro y folclore,  tengo grupos de adolescentes y adultos, porque ellos también están  como reprimidos dentro de sí mismo y necesitan de algo que se identifiquen y les ayude a expresarlo, a sacarlo.

Pero lo más importante, lo que nos gratifica, no es la paga, muchas veces lo hacemos gratis, sino la evolución que tiene la gente, como forman su carácter, como empiezan a encarar las cosas de otra manera, como un fracaso en vez de llevarlo a la depresión lo llevan a volver a intentarlo.

De esta manera se logra más confianza en sí mismo, genera seguridad y predisposición, por eso me parece muy importante el arte en cualquiera de sus ramas”.

NCO: “¿Hace falta difusión? ¿Interés por parte del Estado?”.

J.C: “Sí, hace falta difusión, apoyo, pero desde lo nacional, hay muchas provincias que el arte es muy fuerte porque tienen el apoyo de la gobernación de esas provincias, pero a nivel nacional hace falta, se está dejando de lado, antes había más difusión incluso en las escuelas habían talleres de arte y hoy se están cerrando esos lugares”.

NCO: “¿Crees desde el Gobierno no se le da la importancia que debería?”.

J.C: “Sí, creo que el Gobierno tiene que ver, así como dicen que nosotros los pobres no podemos tener una educación, no podemos llegar a una universidad, creo que viene desde ahí, es parte de lo que se está gestando, es macabro querer limitara las personas a que  puedan sentirse en libertad y en democracia, sobre todo con derecho a la educación.

Porque al excluir a los docentes de arte del ámbito de la docencias, están limitando a los chicos, porque si vas a cualquier escuela que tienen talleres de arte, ellos le van a decir que lo que más les gusta es esa materia, porque se sienten cómodos, se sienten ‘ellos’, sienten su lugar. El arte se siente como uno mismo, es descubrirse uno mismo”.

NCO: “¿Crees que la cultura pueda ser una manera de manifieste ideas contrarias al que el Gobierno quiera imponer, y por esa razón le da poca importancia?”.

J.C: “Eso es lo que pienso, la opinión contra una forma de gobierno, de militar, es como no querer que la gente se pueda despertar y opinar diferente, me parece que es una manera de manipular, no se le da la importancia porque tampoco se le da importancia a la raíces que nosotros tenemos, el folclore desde las bases, las canciones, los bailes son forma de expresar cosas, sentimientos,  una contrariedad que desfavorece al gobierno que desde entonces controla el país”.

NCO: “¿Entonces podemos decir que la cultura, el arte puede revolucionar, movilizar a las personas y mostrar otro pensamiento diferente?”.

J.C: “Sí, si el arte es considerado un delito, entonces yo soy un delincuente porque a través de las cosas que hacemos expresamos algo que para nosotros es un ideal, ideal de libertad, ideal de poder sentirse libre sin medida sin límites lo que uno piense y pueda opinar, para eso estamos en democracia”.

NCO: “¿Sienten que se los están limitando de alguna manera y no pueden expresar lo que desean como ciudadanos?”.

J.C: “Sí por eso nos estuvimos movilizando frente a la legislatura porteña apoyando a los artistas callejeros pasivamente, haciendo lo que sabemos hacer, demostrando que no somos delincuentes como se expresa en la ley 1664- j -18.

Esta ley establece que los vendedores ambulantes no pueden estar en la vía pública y  ahí en ese mismo artículo e ítem ahora se capsula a los artistas callejeros y a todo aquello que sea una vía de expresión en la vía pública es considerado como delito.

Además la policía tiene el poder no tan solo de llevar detenido a la persona ,sino también de incautarle todo el material de trabajo sin devolvérselo después que salga bajo fianza, es como que pusieran al artista callejero al mismo nivel que una persona que roba o mata”.

NCO: “¿Esta medida les perjudica a todos entonces?”.

J.C: “Claro, imaginate que queremos realizar un evento por el día del niño  en la calle, esto se enmarca dentro de dicha ley, porque además dice que cualquier persona de manera anónima puede denunciar como ruidos molestos, directamente no podríamos hacer nada, nosotros hacemos arte para ayudar a otros.

Creo que implementando esta medida  nos están impidiendo que nos descubramos, que podamos revolucionarnos,  porque de alguna manera uno se revoluciona todos los días”.

NCO: “Revolución: cuando hablamos de revolución ¿creés que esa palabra inquiete a quienes gobiernan y por lo cual también busque de acallarlos?”

J.C: “La revolución crea conciencia, es fuerte, quizás muchos cuando piensan en revolución asocian con pleitos, líos pero la revolución empieza desde algo interno y es intentar de alguna manera cambiar, no la ideología, sino la forma en que se implementa las cosas, es totalmente diferente a lo que genera la palabra en sí, entre diferencias y diversidades, coexistir.

La revolución, cuando se genera, es eso, es decir ‘yo estoy acá’, es no privar la libertad de pensar, la libertad de expresar, decir lo que uno siente sin temor a la represión”.

 

 

 

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