
Filtros Monza era una empresa líder con más de 30 años fabricando filtros para autos, aire y combustibles. El local está ubicado en Av. Vélez Sarsfield 241, Villa Madero. Sus propietarios son Julio Feijoo e Hijos. La producción se vendía en el mercado interno y una parte se exportaba.
Hace un mes que los trabajadores ocupan la planta ante una tentativa de los propietarios de vaciarla llevándose máquinas y material en stock con la intención de cerrar el establecimiento.
Querían vaciar la fábrica.
Claudio Petrasso, uno de los delegados, informa que “esto viene de hace un tiempo. Hace 3 meses despidieron a 6 trabajadores y habían acordado pagarles el despido pero todavía no lo hicieron. Les comunicaron a algunos compañeros que iban a dejar de producir e intentaron sacar las máquinas y material en stock para vaciar la fábrica, frente a lo cual nosotros decidimos ocupar la planta para presionarlos y que hablen y arreglen con nosotros. Pero los dueños no aparecen, no quieren hablar, somos 13 trabajadores”.
Hicimos sacrificios y no sirvió de nada.
Los obreros reclaman 2 meses de salarios adeudados, las vacaciones y lo correspondiente al aguinaldo, además de las indemnizaciones al quedar despedidos frente al cierre de la fábrica.
Edmundo Gómez, trabajador desde hace 30 años en la empresa, comenta que “iban pagando en cuotas los haberes y como siempre quedaba una parte sin liquidar se acumulaba la deuda con los trabajadores. En un momento los dueños nos manifestaron que tenían dificultades económicas, por lo tanto llegamos al acuerdo de trabajar 4 días en la semana para no aumentar la deuda de la empresa con nosotros, para conservar la fuente laboral y también evitar que redujeran el personal, pues querían despedir 4 compañeros. Nosotros hicimos sacrificios pero no sirvió de nada. Se estaban llevando materiales hacia un depósito en Capital, de lo que nos enteramos por uno de los compañeros que trabaja en ese lugar, no pensaban seguir con la producción porque les convenía más importar los filtros. Pero a nosotros nunca nos reunieron para informarnos”.
La empresa no da la cara.
El Ministerio citó a los dueños para que concurrieran a una negociación el 3 de agosto, pero no se presentaron. El delegado manifiesta que reclaman el pago de la deuda salarial y la indemnización correspondiente por los años trabajados, “lamentablemente la fuente de trabajo ya se perdió” afirma. “Hemos realizado marchas con escraches a los domicilios de los cuatro que figuran como dueños, pero siguen sin aparecer, se borraron totalmente”.
Una PyME más que baja las cortinas.
Los trabajadores se van turnando para rotar y estar siempre un grupo en la fábrica; la idea es seguir hasta que aparezcan los dueños y le paguen todo lo adeudado, o convoquen a una negociación, se sienten a la deriva. Reciben el apoyo de la UOM que le da alimentos para las familias y los asesora en el conflicto.
Una pequeña empresa más que se lleva esta política de ajuste que reduce el mercado interno y hace que convenga más importar los productos que se podrían fabricar en el país, cerrando fuentes de producción, perdiendo trabajo argentino con la consecuencia de hambre y pobreza para los miles de trabajadores que se suman a la desocupación.
Emilio González Larrea.