Número de edición 8481
La Matanza

Mía, una beba que necesita comenzar su tratamiento

Mía, una beba que necesita comenzar su tratamiento.

Paula, una valiente madre que comparte el testimonio de su hija, Mía. Ella tiene parálisis cerebral y necesita viajar a Colombia para empezar un tratamiento que promete cambiar su vida para bien.


Ella es Paula y vive en Ramos Mejía con su pequeña hija, Mía. A las 28 semanas de embarazo, acudió a la guardia porque la boca de su estómago dolía. Luego de atenderla, los médicos le dijeron que “debía ser la vesícula”, e inmediatamente la enviaron a hacerse una ecografía abdominal.

Sin embargo, cuenta Paula, el responsable de hacerle la ecografía entendió mal y le hizo una ecografía de su bebé. Enseguida, le comunicaron a Paula que tenía una fisura en la bolsa y el líquido disminuido. Paula relataba que después de volver a guardia y que la internaran, sufrió “mucha violencia obstétrica. Era mi primer embarazo y no estaba bien informada. En mi internación recibí insultos, me medicaban mal”. También comentaba que los insultos no solo estaban dirigidos a ella, sino que también a otras mamás.

A las 29 semanas y media, le detectaron a Paula una infección y la derivaron a otra clínica, donde los malos tratos hacia su persona continuaron. El 6 de enero le estaban por dar el alta, pero antes le realizaron una eco, la cual no quisieron revisar de inmediato, sino hasta que su familia insistió.

El bebé de Paula tenía sufrimiento fetal y estaba robando sangre de su útero, además de oxígeno. Ese día, a Paula le hicieron una cesárea y los médicos confirmaron que la infección que le detectaron con anterioridad era, en realidad, una infección que su bebé tenía.

En neo, la pequeña Mía estuvo con respirador dos semanas, en aproximación, y presentó serios problemas con el pasar de los días. Después de salir de neo, llevaron a Mía a otro hospital, y le dijeron a Paula que la beba debía realizarse kinesiología y estimulación temprana. No obstante, los médicos no llegaban a un diagnóstico certero.

Al año, luego de las vueltas de los médicos, finalmente le dieron el diagnóstico: parálisis cerebral, el cual puede comprometer las funciones del cerebro y del sistema nervioso como el movimiento, el aprendizaje, la audición, la visión y el pensamiento.

Los signos que Mía mostraba eran: espasticidad, imposibilidad para sentarse, estirar los brazos, abrir las manos, mover los pies, balbucear y sostener la cabeza. Para Paula, ver en ese estado a su hija era “estresante, porque todos los bebés avanzaban y ella estaba aún peor. Yo sentía que estaba algo mal y nadie actuaba como correspondía”.

A Paula no le dieron la información correspondiente, y pensando en que tal vez su hija nunca iba a poder caminar, decirle mamá o estudiar, decidió embarcarse por su cuenta en la búsqueda de lo que es bueno para Mía de lo que no.

Paula detallaba que el diagnóstico es “muy amplio. Puede que nunca camine, o que nunca hable bien o que nunca pueda estudiar. Eso depende muchísimo de lo que yo haga como madre”.

La madre de Mía contaba que busca terapias alternativas, como masajes para la espasticidad, además de otras. Dice que todos los días hacen, más o menos, 8 horas de ejercicios. Paula trata de que Mía lo tome como un juego, para que ella no sienta presión ni se moleste.

Actualmente, el día de Mía incluye “algún trámite que hacer […]. Nos levantamos y ella come cada 3 horas, más o menos. Se baña y empieza nuestro día de ejercicios hasta la noche, y paramos para comer cada 3 horas. O hasta que ella ya no quiere, porque es difícil seguir varias horas al día sin que llore o se cansé. Jugamos muchísimo todo el día”.

Hoy, Mía está necesitando un tratamiento llamado “Método Doman”, que consiste en una ejercitación neurológica que, decía Paula, les ha cambiado la vida a muchos niños. El dilema es que no cuentan con suficiente dinero para pagarlo; precisan juntar más de 300.000 pesos argentinos para viajar a Colombia y que Mía pueda comenzar con su terapia.

Para colaborar con la causa y ayudar a que Mía llegue a Colombia y dar inicio a su tratamiento, se pueden contactarse con Paula al 1155957564. Ella estará explicando cómo cooperar.

De parte de Paula: “Como madre de una nena con discapacidad, viví todo tipo de discriminación, y de maltratos médicos. Siempre confié en médicos negligentes, que me decían cosas erróneas o dolorosas y me bajoneaba. Mamas, papás: sigan su instinto, pregunten todo, investiguen toda terapia posible, muevan el mundo y no se depriman. Nuestros hijos tienen un potencial enorme. Solo hay que saber sacarlo y usarlo. Luchen por las leyes de sus hijos. La recompensa está en cada mejora y sonrisa de sus peques”.

 

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