Número de edición 8481
La Matanza

La Inseguridad en Ramos Mejía

La Inseguridad
La Inseguridad en Ramos Mejía

Los vecinos de la localidad matancera están cansados de vivir con miedo, terror y angustia por los constantes hechos de inseguridad que se viven en la zona del conurbano bonaerense. A pesar de las marchas, las reuniones con autoridades policiales o de la intendencia, todo sigue empeorando y la situación ya se volvió insostenible.

Por Mailén Britos
britoscostamailen@gmail.com

@mailenbritosC

 

Años atrás, Ramos Mejía era tildada como la “zona cheta” de La Matanza donde no pasaba más que algún hurto. La situación fue cambiando y hoy en día, en el grupo de Facebook que mantienen los vecinos para informarse, cada vez aparecen más las publicaciones alertando acerca de posibles robos o de situaciones que vivieron.

El grupo de Facebook funciona para que aquellos que viven en la localidad de Ramos Mejía estén informados acerca de todo lo que pase en la zona, pero últimamente las publicaciones que más se ven con frecuencia son las de robos de todas las modalidades que existen. Por eso, decidieron realizar una marcha el viernes 8 de junio pidiendo más medidas de protección contra estos hechos de inseguridad.

“Nos juntamos con el comisario y jefe de distrito y las respuestas que tuvimos es que no tiene recursos para enfrentar la inseguridad, hacen lo que pueden. Pedimos una reunión con el ministro de seguridad de la provincia y nos denegó la audiencia, al igual que la gobernadora así que no tenemos formas de llegar a ellos”, comentó Daniel Bracamonte, administrador del grupo Vecinos Unidos en diálogo exclusivo con Diario NCO

Además de las reuniones con los comisarios, tuvieron encuentros con agentes de la municipalidad quienes prometieron la instalación de botones antipánico para lugares específicos, cámaras de seguridad en todo el territorio. “Nos prometieron que lo van a implementar, pero la realidad es que los problemas siguen sucediendo en el tiempo”, continuó Bracamonte.

Las modalidades más frecuentes de robo

En primer lugar, está el denominado “carterista” o “punguista” que actúa -sobre todo- en las paradas de colectivo que son allegadas a la estación del tren pero ahora, se están viendo varios robos de este tipo en la intersección de la avenida Rivadavia y Brown o en la puerta del sanatorio La Trinidad. De hecho, los vecinos piden seguridad en la zona porque a muchos les da miedo ingresar en esas calles cuando ya es de noche.

La segunda modalidad, son los conocidos “motochorros” que operan en la zona céntrica de Ramos Mejía, en la zona del Colegio Don Bosco o en el cruce de las calles Diaz Vélez y Pizzurno. Por último, la tercera forma de robo es la entradera a propiedades o el robo automovilístico que se está dando mucho en las calles que están detrás de la comisaria ubicada en Avenida de Mayo al 549.

“Mi hermana vive justo atrás de la comisaría y el domingo 6 de mayo fui a buscar a mi hijo a su casa a eso de las 21, yo esperaba arriba del auto con la ventanilla media baja, se me acerca un hombre y me robó la cartera donde yo tenía todos mis documentos y una suma importante de dinero que era para pagar el colegio de mis hijos. Me bajé del auto y desesperada lo corrí, ahí vi que a él lo estaba esperando otro más en un auto y se fueron”, comentó Adriana Muñoz en diálogo con Diario NCO.

Otra de zona afectada por la inseguridad

Se trata del área que comprende entre avenida Díaz Vélez y avenida San Martín. Ya son varios los vecinos que denuncian la presencia de autos específicos intentando entrar a los hogares o incluso la circulación de una moto que se dedica a robar por la mañana.

“Un día estábamos yendo a la mañana al colegio con mi mamá y mi hermano y se nos cruzó una moto, ahí mi mamá, inconscientemente se fue corriendo y se escondió, a mí me pusieron el arma en el pecho y a mi hermano le pedían el celular, pero él no tenía porque ya se lo habían robado unos días atrás. Yo le di mi teléfono y mi hermano se sacó hasta la campera con tal de que no nos haga nada, pero solo se llevó mi celular”, expresó Oriana Selena, otra víctima de la inseguridad en diálogo con este medio.

Otro de los grandes problemas que se dan, es la falta de personal policial en las comisarías -tanto en la que está en la calle Acha como la que está en Avenida de Mayo- y la tardanza a la hora de tomar una denuncia. Incluso, a veces, muchos vecinos desisten de la idea de hacerse presente en la comisaría para hacer la denuncia porque pueden llegar a esperar tres horas o más.

“Mucha bola no te dan, pareciera que la policía está arreglada con los ladrones, la moto que me robó a mí siempre roba en la zona y a personas distintas y no la pueden agarrar. Cuando me robaron el teléfono, mi novio lo rastreó y le apareció que estaba ubicado en Larrea y Pizzurno, empezamos a averiguar y nos dijeron que esa era una casa donde vendían droga, por lo tanto, salían a robar para cambiar el celular por droga. Eso se lo dijimos al comisario y no nos dio bola”, continuó Selena.

La realidad es que Ramos Mejía no cuenta con la seguridad que debería contar y cada vez son más las zonas complicadas de la localidad bonaerense, lo cual genero un incremento de personas que vivieron experiencias horribles. Oriana, por ejemplo, confesó que “no sale de su casa porque tiene mucho miedo y a veces no puede ir al colegio caminando como consecuencia de lo que está pasando”.

“Lo que le corresponde al Municipio es la prevención del delito y no hay nada de prevención, incluso hemos visto patrullas abandonadas que no estaban funcionando y que aún hoy siguen sin funcionar. Nosotros somos invitados por municipios vecinos como Tres de Febrero o Morón que cuentan con motocicletas de prevención u otros métodos que acá no tenemos. Todo esto tiene que ver por cuestiones políticas entre el municipio y la provincia”, declaró Bracamonte.

A modo de cierre, el administrador del grupo de Ramos Mejía hizo hincapié en la necesidad de traer más patrulleros a la zona, ya que los que están circulando no llegan a cubrir una zona entera. “Hay 6 móviles policiales en total, es decir, un móvil cada dos zonas lo cual es imposible. Por la densidad poblacional con la que cuenta Ramos y la distribución geográfica es imposible que un patrullero que vigila dos zonas pueda actuar de forma rápida y eficaz”.

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