Número de edición 8481
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Aseguran que los abortos clandestinos “son la primera causa de muerte en gestantes”

Aseguran que los abortos clandestinos “son la primera causa de muerte en gestantes”

En un segundo informe realizado por la Fundación Soberanía Sanitaria, se concluyó que la penalización del aborto provoca “muertes evitables y no permite contar con datos que den cuenta de la magnitud real del aborto inseguro como problema de salud pública”. Asimismo, en el estudio se indica que la clandestinidad de la práctica “es un problema de salud pública y justicia social”, de modo que “implementar el aborto legal, seguro y gratuito es una decisión política impostergable”.

Valeria Adámoli
valeriadiarionco@gmail.com
@ValeDiarioNCO

En el documento se destaca además la “invisibilización” de los abortos inducidos en condiciones inseguras “en las Estadísticas Vitales”. Es por eso que tras analizar las muertes definidas como maternas, encontraron que los abortos clandestinos “son la primera causa de muerte en personas gestantes en nuestro país”.

Para la fundación, el aborto inseguro es un “problema urgente de salud pública” debido a que en los países en donde la práctica está penalizada, la gestante “arriesga su vida y su salud”. De este modo, “numerosas personas pagan con su propia vida su intento de terminar un embarazo no deseado, debido a las precarias condiciones en que se llevan a cabo esas intervenciones”.

No obstante, en el texto se subraya otra cuestión: la estadística. “Existe un subregistro de causas de mortalidad definidas como maternas, es decir, se registra la muerte pero no se identifica si la persona estaba cursando un proceso reproductivo o de interrupción del mismo”, se informa.

“La penalización de la práctica genera condiciones que propician su ocultamiento y silenciamiento, impidiendo la identificación en las Estadísticas Vitales de aquellos abortos que se practicaron en condiciones de clandestinidad”, se puntualiza.

De este modo y teniendo en cuenta esto, los investigadores de la fundación realizaron un análisis de las muertes definidas como maternas, “considerando que aquellas muertes identificadas y notificadas como ‘otro aborto’, ‘aborto no especificado’ e ‘intento fallido de aborto’ ocultan, en verdad, abortos clandestinos”.

En este sentido, los expertos detallaron que en los últimos diez años, casi tres mil mujeres murieron por causas directamente relacionadas con el embarazo, parto y puerperio. “El análisis de los datos a los que se pudo acceder permite comprender la dimensión del problema en términos sanitarios y políticos. No solamente porque estas muertes ocurren en personas jóvenes y adultas jóvenes, entre los 15 y los 50 años en su gran mayoría, sino principalmente porque se trata de muertes que podrían haberse evitado”, indica el informe.

Por lo tanto, se explica que la mortalidad definida como materna forma parte de “un importante problema de salud pública, tanto en lo referente a las causas como a los distintos factores que la influyen: la asistencia sanitaria de la persona gestante, el saneamiento, la nutrición y las condiciones socioeconómicas generales”.

Para el equipo de Soberanía Sanitaria, estos números constituyen un “indicador claro de injusticia social, inequidad de género y pobreza: que un embarazo, aborto o parto desemboque en la muerte de la mujer refleja problemas estructurales, tanto de acceso como de atención a la salud”.

“Asimismo, las consecuencias de estas muertes evitables tienen múltiples dimensiones. Como lo señala la Organización Mundial de la Salud, cuando una mujer fallece, sus hijos e hijas sobrevivientes tienen 3 a 10 veces más probabilidades de morir en los dos años siguientes que los y las que cuentan con sus cuidadores. Además, tienen menos probabilidades de acceder a la salud y educación durante su desarrollo”, se detalla.

En este punto, los médicos hicieron hincapié en que las muertes maternas son evitables y que las intervenciones para prevenir sus causas más frecuentes “están probadas, disponibles y son costo-efectivas”.

“Los países que han conseguido disminuirlas han adoptado políticas globales, tales como garantizar el acceso a servicios de salud sexual de calidad para la prevención del embarazo no deseado, el manejo apropiado del embarazo de alto riesgo (diabetes, hipertensión y anemia), la provisión de abortos seguros y el tratamiento de sus complicaciones cuando han sido realizados en condiciones riesgosas”, se destaca.

No obstante, indicaron que resulta fundamental la “vigilancia de las muertes maternas, para monitorear su evolución, distribución, determinantes y causas, y evaluar el impacto de las intervenciones para evitarlas”.

Los números

Así, aunque desde 1985 se realiza un subregistro de muertes maternas y por abortos inducidos, explicaron que el problema se encuentra principalmente en la notificación: “Se registra la muerte pero no se identifica si la persona estaba cursando un proceso reproductivo o su interrupción”.

En este sentido, se ejemplifica que en 2015 y 2016 las provincias de Chaco, Misiones o San Juan, que se encuentran entre “las que presentan tasas de muertes maternas que superan los valores nacionales, registran cero casos de muertes por abortos en ambos años, y coincidentemente la mayoría de las muertes se registran en la categoría ‘otras muertes maternas’”.

Por otra parte, en el estudio se destaca que si se tiene en cuenta a los antecedentes sobre omisión y subregistro de las muertes maternas y “que la penalización de una práctica genera condiciones que propician su ocultamiento y silenciamiento”, se puede afirmar que “la cantidad de muertes maternas por abortos en nuestro país son mayores a las registradas”, al tiempo que se indica que tampoco existe una “categoría de clasificación internacional para aborto ilegal o clandestino”, por lo que se resalta que no se pueden “identificar en nuestras estadísticas vitales a aquellos abortos que se practicaron en condiciones de clandestinidad”.

“Si tenemos categorías para identificar los abortos espontáneos y los abortos médicos, ¿dónde están registradas las muertes por abortos realizados en condiciones clandestinas e inseguras? Para aquellos casos que sí se registra el aborto como causa de muerte, podemos suponer que las muertes por abortos realizados en condiciones clandestinas se encuentran registradas en las categorías ‘otro aborto’, ‘aborto no especificado’ e ‘intento fallido de aborto’. De aquí en adelante al conjunto de esas tres categorías lo denominaremos abortos inducidos en condiciones inseguras”, se puntualiza.

De este modo, en el informe se calcula que el 77 por ciento del total de muertes por abortos registradas, para el período 2005 a 2016, “corresponden a abortos inducidos en condiciones inseguras”.

“Si desagregamos todas las causas de muertes (definidas como) maternas y observamos el primer nivel de agregación, se puede ver que las muertes por ‘aborto inducido en condiciones inseguras’ si bien vienen en tendencia descendente, constituyen la primera causa de muerte para todos los años del período 2005 a 2016, exceptuando 2009 cuando las muertes maternas por gripe H1N1 ubicaron en primer lugar a las ‘enfermedades del sistema respiratorio que complican el embarazo, parto y puerperio’”, se indica.

En resumen, el informe revela que pese al subregistro, “el aborto inducido en condiciones inseguras es primera causa individual de muerte (definida como) materna” y debido también a la situación de “clandestinidad y penalización” de la práctica, se afirma que “otras muertes ‘maternas’ pueden ser abortos inducidos no identificados como tales y estar incluidos en otras categorías clasificatorias”.

En función de la “evidencia e información disponible, en el contexto actual de penalización y obstaculización del acceso a servicios de salud”, el análisis concluye que “los abortos inducidos en condiciones inseguras son la primera causa de muerte (definida como) materna en nuestro país”.

Por lo tanto, en el estudio se enfatiza “la importancia que la despenalización y legalización de la interrupción voluntaria del embarazo tiene en la vida y la salud de miles de mujeres y personas con capacidad de gestar y dimensionar el problema en términos sanitarios. La clandestinidad de la práctica es un problema de salud pública y justicia social. Implementar el aborto legal, seguro y gratuito es una decisión política impostergable”.

Para leer el informe completo, quienes estén interesados pueden ingresar a soberaníasanitatia.org.ar.

 

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