El Naranja empató, en un partido lleno de polémicas, 1-1 con el Monarca, con gol de Gastón Cueto y finalizó en el torneo en el décimo lugar de la tabla de posiciones de la Primera D, muy lejos de los puestos de reducido.
Por Nicolás Fasolino
Nicolasfasolino@hotmail.com
Con gol de Gastón Cueto para Lugano y el posterior empate de Miguel Almada para el Monarca, el equipo de Tapiales igualó 1-1 con los dirigidos por De Paoli y terminó el certamen de la Primera D con la misma irregularidad que tuvo a lo largo del mismo.
Si bien el Naranja no tenía chances de alcanzar a Central Ballester para clasificar al reducido, se presentó la posibilidad de finalizar el año con una sonrisa, y de paso, complicar a Real Pilar que necesitaba obtener algún punto sí o sí, para poder sellar su permanencia en la última categoría del fútbol argentino y condenar a Claypole a la desafiliación.
Por su parte, los dirigidos por Adrián Tossi saltaron a la cancha con: Tomás Dell Oglio; Santiago Marozzi, Pablo Zárate, Elías Fernández, Rubén Domínguez; Martín Ruiz, Pablo Vielma, David Carabajal, Cristian Aybar; Gastón Cueto y Elías Toloza.
Mientras tanto, el equipo de Pilar lo hizo con: Joaquín Rodríguez; Axel Bordón, Javier Páez, Dylan Glaby, Hernán Campan; Damián Achucarro, Iván López, Iñaki Milanesi, Alejandro Acuña; Javier Martínez y Daniel Pastrana.
El ambiente de tensión por parte de Lugano era evidente: de los últimos 7 cotejos, solo había ganado uno (3-1 frente a Juventud Unida), lo cual lo alejó de los puestos de clasificación al reducido para pelear por el tan ansiado ascenso a la Primera C.
Por otro lado, el Monarca, quien venía de perder 1-4 frente a Argentino de Merlo, debía sumar algún punto para despedirse de la desafiliación y no tener que forzar un desempate con Claypole, el cual ganó su respectivo partido con Puerto Nuevo y estaba expectante.
Tras el pitazo inicial de Santiago Mitre, ambos equipos protagonizaron un partido friccionado y con poco fútbol, con un exceso del balón divido y una tensión propia de un buen partido de ascenso.
Sin embargo, a los 39´ del primer tiempo, Gastón Cueto puso al Naranja 1-0 arriba sobre Real Pilar, quien se fue al descanso con una desventaja que lo dejaba al borde del descenso.
Fue así que en el segundo tiempo, los dirigidos por De Paoli intensificaron su juego hasta llegar al tan ansiado empate, a los 20´ del complemento, con un soberbio cabezazo de Miguel Almada que dejó en “jaque” al portero Dell Oglio y le otorgó al equipo visitante el aire que tanto necesitaba.
De allí en más, el Monarca tomó las riendas del partido y tuvo varias situaciones claras en los pies de Javier Martínez, quien no estuvo afinado y erró reiteradas chances directas de gol.
No obstante, Lugano comenzó a molestarse con el arbitraje de Santiago Mitre y perdió esa contundencia que supo tener en la primera parte del partido y se dejó llevar por el nerviosismo que culminó con una sucesión de insultos por parte de la parcialidad local contra la terna arbitral.
El silbatazo final dio por consumido, no solamente un mal año para Lugano, el cual terminó en el décimo lugar con 34 unidades, sino también significó la salvación de Real Pilar que, con 31 puntos, dejó de lado la desafiliación.
En la otra vereda
Por otro lado, el técnico del Monarca, Rodolfo De Paoli, alegó que “la misión está cumplida” y se mostró conforme, a pesar del desempeño de su equipo en cancha, con el resultado.
“El entretiempo fue muy duro, porque estuvimos al borde del abismo”, afirmó DT, quien agregó: “El árbitro no incidió en el resultado, el partido en líneas generales fue para el empate, muy malo, pero en situaciones de gol estuvimos más cerca de ganarlo”.
“Nuestra realidad era esta, era evitar desafiliar, era ganar a los rivales directos, de hecho con Muñiz perdimos pero ganamos el partido trascendental con Claypole, merecimos ganarle a Yupanqui, le ganamos bien a Paraguayo, goleamos a Ballester y cuando parecía que la misión estaba cumplida, entramos en un túnel de desesperación”, explicó De Paoli.
El compacto con los goles: https://youtu.be/ZuCC71kWF80
