Número de edición 8481
GBA

Denuncias en el Hospital de Morón

Hospital de Morón: El horror en primera persona

Hospital de Morón: El horror en primera persona
Hospital de Morón

Tengo aquí en mi pecho un corazón, igualito al hueco de tu ombligo. Vamos a besar la nieve y vamos a volar, vamos a besar este cielo, nunca nada nos va a separar”, dice la canción de Los Piojos. Estos eran los deseos de cada mamá y papá para sus hijos. Pero el mismo en muchas ocasiones, fue arrebatado por las enfermeras y parteras del Hospital de Morón.

Por Mailén Britos
britoscostamailen@gmail.com

El viernes pasado, varias familias denunciaron al hospital municipal por mala praxis y violencia obstetricia.

Karen y Alejandro transitaban el momento más feliz de sus vidas: faltaba poco para el nacimiento de su hija Giuliana. En la semana 37 de embarazo, Karen empezó con un sangrado leve, preparó el bolso de su princesa y se dirigió al hospital con su marido.

Cuando llegó, la llevaron en silla de ruedas y le explicaron -de forma brusca- que iba a tener que esperar porque la obstetra estaba en otras dos cesáreas y no la podía ver en ese mismo momento. Justo cuando el sangrado de ella aumentaba, las enfermeras decidieron tomar una decisión importante: bajar a fumar un cigarrillo.

45 minutos pasaron desde que ella ingresó al hospital, invadida por el miedo y la felicidad de que por fin iba a tener a su hija en brazos. Karen comenzó a sentirse mal y a desvanecerse, no había nadie y ella necesitaba ayuda, hasta que en un momento se acerca la obstetra y cuando la vio empezó a gritar “cesárea de urgencia” mientras le iban poniendo la anestesia y sacándole la ropa.

En plena intervención, se quejó de que le dolía porque la anestesia no había agarrado pero lo único que le respondieron era que “se la aguante si quería que su hija se salve”. Karen se desmayó y cuando se despertó, tenía cables en todo el cuerpo, suero y bolsita de sangre: la espera había terminado y entre toda esa situación ella solo pensaba en ver a su hija Giuliana.

De repente, el camino se iluminó y aparecieron las doctoras con su hija en una incubadora, envuelta en una mantita, vestida, con gorrito y medias. Emocionada, Karen preguntó si su hija se había salvado, pero las doctoras lo único que hicieron fue confirmar la peor noticia: Guiliana había fallecido.

Hospital de Morón

Empecé a los gritos, a llorar, a pedir que me la den, yo la alzaba y la besaba, pedía por favor que sea mentira. Lo único que me dijeron era que mi bebé había nacido muerta y me la sacaron de los brazos para llevársela a mi mamá. Cuando se la dieron a ella, escuché sus gritos”, relató conmovida Karen en diálogo exclusivo con NCO.

Me pidieron ropa para la bebé y yo se las di, estaba esperando para verla hasta que llegó una doctora, nos dejaron a la bebé ahí en la incubadora y se fueron, no nos dijeron nada. Mi suegra la agarró y se dio cuenta de que no respiraba”, agregó Alejandro.

La beba tenía desprendimiento de placenta y dos vueltas de cordón, les dijeron que se murió en la panza pero luego las versiones cambiaron: algunas enfermeras les decían que murió apenas nació producto de un paro respiratorio, y otras que nació y vivió 20 minutos.

Entre otras de las mujeres que lucha pidiendo justicia, se encuentra el caso de Samanta Villordo, una joven de 25 años que tuvo a su hijo en el hospital de Morón.

El 2 de enero a las 10:10 nació mi hijo. Yo tenía una cesárea de hace dos años, y el bebé pesaba 4 kilos, era muy grande. Me di cuenta que lo estaban tironeando a él porque se me despegaba la cola de la camilla, tenía vuelta de cordón y los hombros trabados por eso tironeaban”, contó Samanta a este medio.

Después del parto, ella se encontraba sin ropa porque el SAME le había perdido su bolso en el traslado de la casa al hospital, no tenía ni siquiera calzados para poder ir a ver a su hijo que se encontraba en neonatología.

Su bebé estuvo internado hasta el 26 de enero, con oxígeno porque no podía respirar bien y con la vía por el ombligo. Producto del tironeo que sufrió, el bebé tiene parálisis en un brazo y no puede girar la cabeza para el lado derecho.

Laura Cáceres, es mamá de Alma. El 3 de noviembre era el día soñado, le iban a inducir el parto porque su bebé estaba muy cómoda en su panza y no quería salir. Debía llegar a las ocho de la mañana, pero llegó dos horas antes porque no aguantaba el dolor.

Llegado el mediodía no podía más del dolor, gritaba y la partera me dijo que la tenía podrida. Yo le pedía por favor que me ayude, alma quería nacer y yo no daba más del dolor. Le dije a la enfermera que le pagaba la cesárea y se burló de mi con sus compañeras”, comentó Laura.

Se hicieron las siete de la tarde y Laura seguía en el mismo lugar con los dolores cada vez más fuertes. Decidió comenzar a pujar por sus propios medios mientras las parteras la miraban y usaban el celular.

Empecé a hacer fuerza, la partera me dijo que la bebé estaba ahí. Llegó un médico y metió las manos haciendo fuerza. Otras, se me subieron arriba de la panza y empujaban con la rodilla. La empezaron a girar, le agarraron fuerte la cabeza y cuando nació negra, estaba asfixiada. La pudieron salvar después de 45 minutos de reanimación”, declaró.

Yo no quiero que mi hija siga internada acá, comienza la época de epidemias y si bien ella es una nena fuerte, no quiero que se agarre ningún virus. Hace dos semanas le agarró un virus intrahospitalario y le pasaban antibióticos todos los días”, expresó Laura que refaccionó su casa -con ayuda del intendente de Moreno- para poder llevar adelante la internación domiciliaria de Alma.

También, buscó ayuda en los brazos del intendente del municipio, Ramiro Tagliaferro pero no corrió con tanta suerte. Le prometió ocuparse del caso y darle un subsidio nacional para que su hija sea trasladada a su hogar, pero -por ahora- solo fueron promesas en vano.

Laura hace seis meses que vive en el hospital porque Alma está internada en coma desde que nació, con una cefalopatía producto de la asfixia. Karen y Alejandro tienen un vacío en el corazón porque su hija nunca volvió del hospital. Samanta todos los días viaja a capital para que su hijo pueda volver a mover su brazo.

Lo único que le reconforta un poco el alma a estas familias, es que se sus denuncias -hechas en la fiscalía- no queden truncadas.

El viernes 27 de este mes se realizará una marcha frente al hospital pidiendo justicia, para que no haya ninguna Giuliana ni ninguna Alma más.

Tags: Noticias con Objetividad, Diarios de La Matanza, Diario NCO, NCO.

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