Por Prof. Joaquín G. Puebla
¡Qué cosas raras suceden en La Matanza¡ hasta hace unas semanas, tránsito y transporte se había convertido en un tema tabú, pero a partir de las necesidades de algunas empresas, algunos famélicos funcionarios (porque están hambrientos de jugosos y rendidores negocios) pusieron en marcha la máquina de hacer roscas y como quién no quiere la cosa, lograron en muy poco tiempo montar un escenario muy diferente.
Se hablan de muchas cosas en los pasillos legislativos, muchos están asombrados de cómo se “aceito” la cadena de toma de decisiones y varios opinan que, cuando se quiere, se puede construir “consensos” provechosos y que las cosas pueden salir rapiditas y sin mucho escándalo.
Varias líneas de transporte urbano de pasajeros andas necesitando varias “manos” para continuar gestionando sus jugosos negocios, por ejemplo; la línea 620 necesita cambiar la cabecera del recorrido, es decir, necesita imperiosamente una norma que le permita blanquear los recorrido que tiene fuera de norma, esos que salen clandestinamente (nadie nunca vió los bondi estacionados en plena Avenida Rivadavia, a metros de la estación Ramos Mejía) de una de las principales ciudades del distrito. También anda necesitando unas “manitos” la 621, que se le vence el piso del recorrido que va de Ciudad Evita a los “pagos” ramenses (obviamente sin licitación de por medio).
Otra que va dentro del acuerdo “unánime” es el recorrido de la ex línea verde, que ya lo está gestionando otra empresa que va desde el Mercado Central a los kilómetros (acá vale una aclaración: los usuarios de la ex línea verde están que trinan porque no los dejan subir con bultos en los “confortables” coches), pero a la cabeza de las necesidades esta el recorrido de la 628, que va desde San Justo a Aldo Bonzi, cuyo piso también se vence.
No habría nada que analizar si todas estas necesidades normativas fuesen, como marca la ley, a licitación, pero como tienen miedo de competir es que apelan a la protección de las excepciones.
Cuando hay una excepción suele tenderse un manto de sospecha sobre quiénes otorgan esas medidas, porque nadie cree en la buena voluntad ni en la comprensión de los funcionarios, más bien, creen en la necesidad y el bienestar de los mismos.
También hay otros argumentos válidos a ser tenidos en cuenta cuando hablan de la posibilidad de que algunas empresas gigantescas (como DOTA, Grupo Plaza, etc) del ramo impongan una concentración en detrimento de empresas matanceras.
Todo se develará en la próxima sesión del HCD, a partir de como se comporten las manos se sabrá si triunfó el debate y el consenso ó si la “Operación Unanimidad” logró copar la parada.
Eso sí, hablan que hay muchas miles de razones para que la “Operación Unanimidad” tenga éxito; el número sería 3 pero faltaría definir cuantos ceros acompañarían al número primo; pero si de algo estoy seguro es que los ceros va a estar a la derecha del numerito y no a la izquierda del mismo.