Rutilante victoria de Brian Castaño en el La Seine Musicale de París
Hay capítulos del boxeo registrados en estadios históricos, en combates clásicos o en knock outs dramáticos, que determinan la consagración o el ocaso de un boxeador. En este caso, la presentación de “Boxi” en tierra parisina determinó su definitiva consagración y demostró ante el duro local, Cédric Vitu, que su proyección es infinita.
Una verdadera paliza
Fue una sinfonía boxística. Una pieza delicada y afinada. Sobre la base de talento y coraje, espantando los fantasmas de un posible fallo localista, Brian Castaño no dejó dudas de su condición de campeón mundial interino. En París, a orillas del río Sena, en el imponente auditorio La Seine Musicale – inaugurado por el músico Bob Dylan, en 2018-, derrotó por KOT en el 12° round al francés Cédric Vitu y retuvo por segunda ocasión el cetro súper welter de la Asociación Mundial de Boxeo.
A los 28 años y con un récord invicto con 15 triunfos (11KO), el púgil de San Justo puso en evidencia todas sus cualidades por las que lo llaman la nueva figura del pugilismo argentino. Elevado a la categoría de campeón absoluto de peso mediano junior, demostró en tierras francesas que su boxeo estilista y vigoroso va en franco ascenso y con firmes intenciones de hacer ruido.
Si bien el retador Cédric Vitu (46-3, 19 KO) estuvo lejos de configurar un rival de primer nivel, su desempeño fue ideal para que el boxeador matancero ratificara sus enormes condiciones boxísticas en busca de combates más exigentes y redituables.
Ante una mesa examinadora presidida por el reconocido promotor suizo Richard Shaeffer (ex CEO de Golden Boy Promotions), seguida a la distancia por el empresario norteamericano Al Haymon (socio de Floyd Mayweather) y testimoniada por mucho público que pagó su ticket para ver la consagración del local, el argentino ganó de manera contundente en el último round, sin dejarle margen a los jurados para que intentasen un atraco similar al que se desactivó el año pasado contra Michel Soro, en Evian.
La ferocidad y el instinto guerrero de Castaño fueron demasiados para el guapo francés, que tuvo momentos favorables cuando llegó con sus directos de derecha, pero terminó claudicando víctima de sus propias limitaciones técnicas.
Ganó por demolición
El campeón machacó una y otra vez el rostro de Vitu, que en varias ocasiones estuvo a punto de irse a la lona, pero milagrosamente aguantó. Hasta que en el round 12 logró decorar su muy buena faena minando la humanidad del local con potentes combinaciones al cuerpo y la cabeza. El árbitro panameño Gustavo Padilla, faltando 30 segundos para el final del combate, se animó a parar la pelea que, a esa altura del match, era una paliza descomunal.
Rutilante victoria de Brian Castaño en el La Seine Musicale de París
Hay capítulos del boxeo registrados en estadios históricos, en combates clásicos o en knock outs dramáticos, que determinan la consagración o el ocaso de un boxeador. En este caso, la presentación de “Boxi” en tierra parisina determinó su definitiva consagración y demostró ante el duro local, Cédric Vitu, que su proyección es infinita.
Una verdadera paliza
Fue una sinfonía boxística. Una pieza delicada y afinada. Sobre la base de talento y coraje, espantando los fantasmas de un posible fallo localista, Brian Castaño no dejó dudas de su condición de campeón mundial interino. En París, a orillas del río Sena, en el imponente auditorio La Seine Musicale – inaugurado por el músico Bob Dylan, en 2018-, derrotó por KOT en el 12° round al francés Cédric Vitu y retuvo por segunda ocasión el cetro súper welter de la Asociación Mundial de Boxeo.
A los 28 años y con un récord invicto con 15 triunfos (11KO), el púgil de San Justo puso en evidencia todas sus cualidades por las que lo llaman la nueva figura del pugilismo argentino. Elevado a la categoría de campeón absoluto de peso mediano junior, demostró en tierras francesas que su boxeo estilista y vigoroso va en franco ascenso y con firmes intenciones de hacer ruido.
Si bien el retador Cédric Vitu (46-3, 19 KO) estuvo lejos de configurar un rival de primer nivel, su desempeño fue ideal para que el boxeador matancero ratificara sus enormes condiciones boxísticas en busca de combates más exigentes y redituables.
Ante una mesa examinadora presidida por el reconocido promotor suizo Richard Shaeffer (ex CEO de Golden Boy Promotions), seguida a la distancia por el empresario norteamericano Al Haymon (socio de Floyd Mayweather) y testimoniada por mucho público que pagó su ticket para ver la consagración del local, el argentino ganó de manera contundente en el último round, sin dejarle margen a los jurados para que intentasen un atraco similar al que se desactivó el año pasado contra Michel Soro, en Evian.
La ferocidad y el instinto guerrero de Castaño fueron demasiados para el guapo francés, que tuvo momentos favorables cuando llegó con sus directos de derecha, pero terminó claudicando víctima de sus propias limitaciones técnicas.
Ganó por demolición
El campeón machacó una y otra vez el rostro de Vitu, que en varias ocasiones estuvo a punto de irse a la lona, pero milagrosamente aguantó. Hasta que en el round 12 logró decorar su muy buena faena minando la humanidad del local con potentes combinaciones al cuerpo y la cabeza. El árbitro panameño Gustavo Padilla, faltando 30 segundos para el final del combate, se animó a parar la pelea que, a esa altura del match, era una paliza descomunal.
Este triunfo de Brian Castaño significó el éxito número 19 para los boxeadores argentinos que disputaron peleas mundialistas en tierras galas. En 1972, Carlos Monzón inauguró la saga de presentaciones nacionales ante el también francés Jean Claude Bouttier. Desde entonces, solo nueve fueron las derrotas, de las cuales únicamente tres fueron contra boxeadores locales (Julio Cesar Vásquez ante Laurent Boudouani, en 1996; Alberto Sicurella ante Jean Mendy, en 1999, y Juan Carlos Reveco contra Brahim Asloum, en 2007).
Fiel a la tradición, con mucha clase, algo de drama y una enorme fuerza interior, Castaño volvió a dejar bien en alto al boxeo argentino en tierras francesas. No dejó dudas de su talento y de porqué es el presente y el futuro. Pero ante todo demostró que está en condiciones de enfrentar al ganador del choque por el cetro mediano junior unificado AMB/FIB entre el cubano Erislandy Lara y el estadounidense Jarrett Hurd, que combatirán el 7 de abril en Las Vegas.
Este triunfo de Brian Castaño significó el éxito número 19 para los boxeadores argentinos que disputaron peleas mundialistas en tierras galas. En 1972, Carlos Monzón inauguró la saga de presentaciones nacionales ante el también francés Jean Claude Bouttier. Desde entonces, solo nueve fueron las derrotas, de las cuales únicamente tres fueron contra boxeadores locales (Julio Cesar Vásquez ante Laurent Boudouani, en 1996; Alberto Sicurella ante Jean Mendy, en 1999, y Juan Carlos Reveco contra Brahim Asloum, en 2007).
Fiel a la tradición, con mucha clase, algo de drama y una enorme fuerza interior, Castaño volvió a dejar bien en alto al boxeo argentino en tierras francesas. No dejó dudas de su talento y de porqué es el presente y el futuro. Pero ante todo demostró que está en condiciones de enfrentar al ganador del choque por el cetro mediano junior unificado AMB/FIB entre el cubano Erislandy Lara y el estadounidense Jarrett Hurd, que combatirán el 7 de abril en Las Vegas.