Sin saber por qué
La solución para irse rápidamente y que nadie descubriera su paradero era matar al viejo.
“¿Porque tengo que tenerle lastima a semejante criminal? Él no tuvo compasión por nadie” pensó Saverio. Pero solo le faltaba saber si había sido el asesino de su padre; alguien le había contado una vieja historia que se había transformado una obsesión.
Por Rolando José Di Lorenzo
“A pesar de estar moribundo, no va a confesar así nomás su culpa” continuó pensando. Tenía que irse ya si quería salvarse. Pero lo venció la duda y antes de salir, se agachó ante el viejo y acercándole la boca al oído la preguntó:
—¿Vos mataste a Sofanor Mendieta?
El viejo se alertó y se dio cuenta de que esa pregunta era solo una excusa para deshacerse de él. Le hizo una seña, indicándole que se acercara más aún y cuando lo tuvo pegado a su cara, giró rápidamente su cabeza y le clavó los dientes justo en la yugular, como si fuese un vampiro, y cerró sus mandíbulas con todas las fuerzas que le quedaban y no aflojó, aunque sintió el dolor del cuchillo que se le metía entre las costillas buscándole el corazón.
Y así murieron los dos, quizá sin saber por qué.
El autor: Rolando José Di Lorenzo (Necochea, Bs. As., 1945). Ha publicado obras narrativas y poemas en formato digital y en varias antologías de las editoriales Dunken y De los Cuatro Vientos. En 2013 editó su primer libro de cuentos “El martillo de José”, al cual le siguió luego “El color de la sangre”.
Microficción seleccionada por Luciano Doti (Lomas del Mirador). Twitter: @Luciano_Doti.
