A dos años de la Tragedia de Once, familiares y amigos de las vÍctimas realizaron distintos actos de recordación donde también tuvieron contundentes palabras para los implicados en este caso en el que afirmaron que “señalamos como principal responsable de este abandono sistemático, planificado e intencional a la señora presidenta Cristina Fernández de Kirchner”.
Por: Patricia Dávila
patriciasdavila@gmail.com
Tras cumplirse dos años de aquel 22 de febrero de 2012 cuando una formación de la línea Sarmiento colisionó contra un andén en la estación de Once, el último sábado, familiares, amigos y allegados de las 52 víctimas fatales de esta tragedia, se reunieron a partir de las 8:32, hora en la cual se produjo el hecho, para recordar a sus seres queridos y reclamar justicia. Luego, se realizaron otros actos en diferentes lugares, y para culminar, la Plaza de Mayo fue testigo del pedido desesperado de justicia por aquellos trabajadores, madres, abuelos, niños y mujeres que viajaban en esa formación.
“Estamos todos juntos”
En un documento especial, los familiares de las víctimas, expresaron “desde hace dos años estamos tratando de aprender algo imposible: convivir con esta tristeza. No podemos, ni podremos vivir con ella. Esa es la única lucha que sabemos que vamos a perder. Pero sí aprendimos como se llora en silencio y sin lágrimas cuando se exige con la frente en alto. Y lo hemos hecho por la convicción de este grupo. Por su cohesión y valentía. Con orgullo podemos decir que hemos logrado que el escepticismo social de los primeros días se haya convertido en este apoyo sin condiciones. Somos como cada uno de ustedes, por eso estamos acá, juntos y exigiendo lo mismo”.
“Aprendimos, también, a cuidarnos de quienes han tratado y tratan de lastimarnos y de ensuciar la memoria de nuestros muertos. Son los que se embanderan en un partidismo que pierde el sentido cuando es puesto por delante del dolor ajeno. Son los que no entienden que este no es un acto ni contra el gobierno, ni contra nadie. Este es un acto organizado por familias como las de todos, para gritar su verdad, para exigir justicia y para intentar que nadie vuelva a atravesar lo mismo que nosotros. Y que es acompañado por todos los argentinos que en esta plaza o a lo largo del país, se sienten al lado nuestro. Señalar las irresponsabilidades de quienes deben cuidarnos no es ir contra ellos, sino que es ir a favor de la verdad” detallaron en estas final consensuado en el acto en la Plaza de Mayo.
Luchar sin claudicar
En otro párrafo destacado, aseguraron “la tragedia del 22 de febrero nos obligó a elegir entre varios caminos. Pudimos haber elegido el de generar lástima, el de no luchar y quedarnos solo mostrando el dolor. No lo hicimos. Pudimos haber elegido el de sentarnos en los despachos de Casa Rosada cuando desde el ministerio del Interior se nos convocaba constantemente para , según decían, ‘trabajar juntos’ tratando de captarnos, de sacarse una foto, de conseguir nuestro aval. No lo hicimos. Pudimos elegir el más fácil de todos, el de quedarnos callados en nuestras casas pensando que en este país nunca pasaría nada. Pero no lo hicimos”.
“Elegimos el camino de no claudicar, de no dejarnos comprar, de no callarnos nunca, el de enfrentar al poder de turno sin que nos tiemble la voz, el de gritar cuantas veces querramos que nos acompaña cada argentino que necesita, quiere y lucha un país más justo. Al gobierno le exigimos desde el primer día lo que merecíamos. Que nos ayudaran, que no nos abandonaran, que nos vieran. Una ayuda integral, un seguimiento de las lesiones físicas y psíquicas de los heridos y de cada una de las personas que integramos los grupos de familiares. Nunca lo hicieron” agregaron.
Tras otras consideraciones, culminaron sosteniendo: “No somos ni héroes, ni ejemplos. Somos un grupo de gente común, como cualquiera de ustedes, exigiendo ver que los responsables de tanto dolor paguen sus culpas. Seguimos manteniendo vivos a cada uno de los 52 en nosotros y en el pedido de todos los que nos acompañan. Vivos en nuestro reclamo, vivos en esta lucha desigual pero digna, vivos, al fin y al cabo, en cada uno de quines creen que un país sano y justo es aquél en el que quienes causan muertes, terminan presos, y quienes luchamos por la vida, estamos juntos, aún con el corazón destrozado pero con la voluntad, la confianza y la fuerza intactas”, concluyeron en este fuerte, y a su vez conmovedor escrito.