Un duro golpe para Liniers. El Tribunal de Apelaciones de A.F.A. se expidió a favor de los clubes que oportunamente le protestaron sus partidos por la indebida inclusión de Maximiliano Castano y Matías Fleitas. En consecuencia Liniers perderá 17 puntos ganados en la cancha.
Por Víctor Marinelli
Recordamos que el 7 de octubre de 2016 el Tribunal de Disciplina se expidió a favor de Liniers con respecto a la protesta inicial de Claypole por el tema en cuestión. Inmediatamente la entidad tambera apeló el fallo. Idéntico procedimiento siguieron otros ocho clubes.
Estamos hablando de una apelación hecha en octubre, para la cual el Tribunal tenía 20 días para expedirse, y en definitiva termina haciéndolo 6 meses después. ¿Cuáles son las consecuencias de tanta dilación? Que Liniers de haber tenido un fallo negativo en su momento retiraba los jugadores y hubiese perdido menos de la mitad de los puntos. La excesiva demora lo perjudicó notoriamente.
Ahora bien, analizando el fallo, no existen argumentos sólidos en los considerandos, que revocan livianamente lo expuesto por el Tribunal de Disciplina en cuanto a la “estabilidad contractual” por los contratos que vencían el 30/6/2017, que debían cumplirse aún a costa del descenso de Liniers, sumado a la falta de previsión en la organización del torneo de la C de manera profesional, con un descenso al 30/06/2016 faltando un año para concluir los vínculos contractuales.
Así las cosas se dejó de lado el comportamiento transparente demostrado por la institución, que en su momento incluyó a los jugadores en función del aval dado por la Gerencia de Jugadores y luego del mismo Tribunal de Disciplina con su fallo. A ello se suma la decisión de desvincular a los jugadores a fin de año en la idea de evitar futuros inconvenientes.
El Tribunal en su fallo desconoce todo lo actuado y hasta pone en ridículo las argumentaciones de quienes se expidieron con anterioridad.
En la historia hubo quita de puntos importantes pero por hechos de otra naturaleza: soborno de Banfield en 1941, hechos de violencia de Nueva Chicago y Almirante Brown en 2007, o la más reciente de Centro Español en 2015 por inhabilitación de casi todo el plantel. Pero en todos esos casos estuvo palmariamente demostrada la transgresión y los fallos del Tribunal de Disciplina fueron ratificados por los que apelaron. Porque tampoco se registran antecedentes de que un fallo en primera instancia haya sido revocado en la segunda.
Estamos en presencia de un hecho inédito en la historia del fútbol argentino: a un club se le quitan 17 puntos ganados en la cancha con un fallo extemporáneo, con irregularidades de procedimiento y una desidia inaceptable, que perjudica de una manera desvastadora a una institución que simplemente cumplió con lo que distintas esferas de la misma casa del fútbol le fueron marcando. Es decir el mismo ente que primero te avala un camino a seguir luego te corta la cabeza por el camino que seguiste.
Desde ya Liniers seguirá defendiendo sus derechos. No recurrirá a la justicia habida cuenta de las consecuencias negativas que conlleva, pero sí lo hará ante el flamante Comité Ejecutivo en la idea de que se reconsidere tan impiadosa medida.
De soñar con el ascenso directo, Liniers quedaría en la última posición de la tabla con apenas 15 puntos, a 10 de ingresar en el Reducido.
Al “cuco” del campeonato desde la cúpula de la división se lo quiso eliminar desde diferentes frentes. Pero el “cuco” sigue vivo. No debe olvidarse el intento de clausura del Juan Antonio Arias en septiembre pasado. Está plenamente demostrada la participación de Dante Majori en toda esta movida, vaya a saber con qué oscuras intenciones. Fue precursor primero de las denuncias masivas y luego de las consecuentes apelaciones. La historia parece cerrar al conocerse la connivencia entre el presidente de Yupanqui y Héctor Latorraga, presidente del Tribunal que acaba de condenar a Liniers.