Número de edición 8481
La Matanza

Ñaupa invita a bailar un folclore renovado en la Peña de los Pueblos – Ramos Mejía

Ñaupa invita a bailar un folclore renovado en la Peña de los Pueblos – Ramos Mejía

Ñaupa invita a bailar un folclore renovado en la Peña de los Pueblos - Ramos Mejía

En plena elaboración de su primer álbum de estudio, el conjunto folclórico de zona oeste se presentará en la primer edición del año del festival, este sábado en Ramos Mejía. El resurgimiento del género, con jóvenes músicos y peñeros, y el desafío de la autogestión por fuera de los grandes festivales, contados por ellos.

Por: Valeria Virginia Villanueva
villanueva.valeriavirginia@gmail.com

El nombre nos resuena a algunos que escuchamos a nuestros abuelos del interior decir alguna vez que algo es “del tiempo del Ñaupa”. Sin embargo, en el oeste hoy suena ese vocablo –que en quechua significa “antiguo”- representando a un grupo de 4 jóvenes músicos que desde el Oeste del Gran Buenos Aires forman parte de la actual renovación del folclore nacional.

Con un variado repertorio de distintos ritmos del género -chámame, chacarera, zamba y chaya, entre otros-, que incluye versiones del clásico cancionero popular pero que apuesta sobre todo a composiciones de su propia autoría, los Ñaupa se presentarán este sábado 1 de abril en Ramos Mejía. Será desde las 22:00 en el escenario del Ital Club –Monteagudo 126- junto a Pura Vida, Caracolí, Trío Vagón y Ahíhaymanta, en el marco de la primer Peña de los Pueblos del año, donde también se ofrecerán comidas típicas. Las entradas están a la venta.

Antes de su actuación, y en medio de la grabación de su primer material discográfico –producido por el reconocido “Juanito el Cantor” Serrano en Estudio Sale la Luna-, dialogó con NCO uno de los fundadores del grupo, el cantante y guitarrista Eduardo Malagoli, a quien acompañan Leonel Guala en bajo y voz, Fernando Santodomingo en batería y percusión, y Nicolás Chamorro en flauta traversa.

“Para que el bailarín levante la oreja

Lo primero que se reconoce en canciones como “Larga Noche” o “Día libre”, es el eco de los ritmos, armonías e imágenes campestres tradicionales que caracterizan al folclore, pero con un sonido fresco logrado sutiles arreglos y un arduo trabajo de composición. Según sus palabras, buscan reivindicar a los buenos compositores, tanto a los clásicos y contemporáneos, pero a la vez lanzándose a la creación dentro de un género que a veces puede resultar conservador.

Es que el conjunto que viene creciendo -en integrantes, canciones y presentaciones- desde 2011, intenta ser “lo más correcto y profesional posible, para el que quiera escuchar algo trabajado, y para el que quiera bailar, que se pueda divertir”. “Jugamos con los compases para que el bailarín levante la oreja”, explicó Eduardo, quien celebra la fiesta que se arma abajo del escenario cada vez que tocan, en espacios como el Club Pampero de Morón, en las peñas del grupo Tinkunakuy, o diferentes espacios que se están sumando a la creciente movida de “los peñeros” en el oeste.

El resurgimiento renovado en la zona

“En el oeste ha surgido un movimiento hace unos años de varios grupos que se fueron haciendo fuertes, el caso más notorio es el de Pura Vida” -ejemplifica Edu, respecto del conjunto matancero de folclore andino, y celebra el “resurgimiento” que se evidencia con cada vez más espacios para tocar y bailar folclore. También lo relacionó a la existencia de colectividades migrantes del interior del país en barrios de zona oeste, que promueven el género.

“Es un momento de crecimiento, tiene que ver con lo que ha pasado a nivel nacional, con ciertos músicos que han trabajado y se han hechos masivos como la Sole, Abel pintos, Luciano Pereyra”, reconoció el músico y agregó que “abren el juego a la mixtura” que enriquecen el sonido tradicional o incluso realizan fusiones con otros ritmos populares. Sin embargo, son varios los obstáculos para llegar a compartir escenario con los consagrados.

La autogestión y el sueño de Cosquín

Gracias a la autogestión, Ñaupa ha logrado editar sus primeros demos, presentarse en Capital Federal e incluso en el interior del país. De hecho, tuvieron 9 exitosas presentaciones en la meca nacional del folclore, la cordobesa Cosquín.

“Es la caja de resonancia para todo el país”, definió Eduardo, y relató la experiencia del grupo el verano pasado, cuando fueron por primera vez, “fue crecimiento puro porque nos ayudó a conocer el medio. Fuimos con la propuesta de hacer todos nuestros temas y nos dimos cuenta que había que ir negociando. Tocamos en la peña Los ranqueles, nos habían dicho de tocar dos temas y nos patearon para lo último, pero se llenó, la gente se puso a pleno y terminamos tocando 8 temas”, festejó el músico.

No obstante, los escenarios mayores de estos grandes festivales son poco accesibles, consideró: “La verdad que para los que estamos arrancando es muy complejo entrar en ese circuito, que es el que te da plata. Hay gente que paga para tocar y se olvida de lo artístico y muere en el intento”. Firmes y fieles a su libertad artística, concluyen en palabras del cantante: “Nosotros tenemos mucho trabajo en cada tema y eso nos posiciona para otro público”.

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