Docentes y estudiantes de salud reclaman así la reincorporación de los 20 profesores cesanteados en el marco de una persecución sindical y desmantelamiento de la carrera, según denuncian desde SIDUNLAM. Será este jueves 9 en las puertas de la Universidad, con el apoyo de otros sindicatos.
“El silencio no es salud”, al contrario de lo que se decía en Argentina en tiempos de gobierno de facto, según enfatizaron profesores y estudiantes de la carrera de Medicina en la última asamblea del Sindicato de Investigadores y Docentes de la Universidad Nacional de La Matanza (SIDUNLAM).
Por Valeria Virginia Villanueva
villanueva.valeriavirginia@gmail.com
Tal como votaron el pasado 30 de enero en asamblea, se puso en marcha un plan de lucha por la reincorporación de los 20 docentes que fueron despedidos, y que puede desembocar en un paro por tiempo indeterminado. Los motivos de despido fueron ajenos a los educativos y de carácter persecutorio, según interpretaron ya que la mayoría era parte de la comisión directiva del sindicato.
Dentro de esta iniciativa para visibilizar y exigir el cese del accionar de las autoridades de la institución -al que califican como arbitrario y burocrático debido a la falta de apertura al diálogo-, el próximo jueves 9 de febrero llevaran a cabo la primer medida de fuerza, que será una clase pública, abierta y gratuita para todos.
La actividad se llevarà a cabo a las 15hs en la puerta de la Casa de Altos Estudios (Florencio Varela 1903), en la localidad matancera de San Justo. De la clase participarán reconocidos docentes y profesionales de la salud como Graciela Uriburu, Ricardo Gené y Daniel Gollan –ex ministro de Salud de la Nacion durante el último gobierno de Cristina Fernández-, a cargo de la coordinación del profesor Giglio Prado.
Desmantelamiento de la carrera y persecución
La medida y el reclamo cuentan con el apoyo de agrupaciones estudiantiles, la asamblea de estudiantes contra los despidos, el sindicato universitario Conadu y otros gremios como Suteba La Matanza. En tanto, desde la CTA Matanza expresaron mediante un comunicado su solidaridad con los cesanteados que “han sido víctimas de cesantías arbitrarias, sin argumentos, y que lesionan sus derechos como trabajadores”.
“Desde el rectorado, y acompañando el “clima de época”, se intentó modificar y desvirtuar el plan de estudio, y la orientación de la carrera de Medicina (la cual apuntaba a la formación de profesionales con un alto compromiso social y con inserción en el territorio; además proponía a sus alumnos, romper con los paradigmas mercantilistas y biologicistas predominantes en otras casas de altos estudios)”, explicaron en consonancia con lo analizado por los mismos docentes de Medicina.
“La resistencia de estos compañeros al desmantelamiento de la carrera, devino en una cacería político-gremial, que no solo afectó la estabilidad de los docentes, sino que laboró en desmedro de la calidad educativa, y de la formación del alumnado”, manifestaron y concluyeron que “este accionar forma parte del plan sistemático de ajuste que ha comenzado a desplegar el gobierno nacional, no solo en las universidades, sino en la educación pública toda”.