Desde aquel dramático e histriónico momento en que la plaza de San Justo engalanada para recibir a la primer mujer Intendente electa de su historia Lidia Satragno (Pinky) con ornamentaciones, palcos, equipos primer mundo. En segundos dio paso al vendaval peronista que desde lo más profundo de su carencia en la entraña de sus kilómetros daba vuelta el resultado electoral ponía a Alberto Balestrini en otra dimensión, mientras con ese orgullo tan propio de los antiguos “descamisados”, abofeteaba a “urnazos” el ofensivo cartel con que Pinky pretendió edificar su victoria con un “Bienvenidos al Hambre”. pasaron catorce largos años, mucha agua bajo el puente, pero el ciclo político sin su líder activo se erige no solo en el poder, sino como una fuerza inalcanzable a las aspiraciones de la oposición.
Por Colesterol
Sin embargo no todo son rosas, el 2014 se trae bajo el brazo una opción de hierro, mantener y consolidar desde dentro el poder del “heredero” o ampliar los horizontes y descomprimir espacios abarrotados de frustraciones, desconformismos, y potenciales traiciones políticas.
Al mejor estilo Hamlet, Fernándo Espinoza en sus largos insomnios recita “Ellos o Ella ” esa es la pregunta.
Pero al mejor estilo de “A Dios rogando y con el mazzo dando” se mueve en ambas direcciones construyendo ambas alternativas al unísono.
Nadie mejor que los peronistas saben que el sillón de la calle Almafuerte 3050 solo puede canjearse por el de Rivadavia, (Presidente de la Nación) el de Dardo Rocha (Gobernador de la Provincia de Buenos Aires) o el que hoy ostenta su compañero y hasta hace poco “muy
Amigo” Julián Domínguez, como tercer hombre en la línea sucesoria que marca la constitución (Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación).
Cualquier otro espacio político solo es plausible de atención en el marco macro de un gran acuerdo.
Por ejemplo si con la anuencia de la presidenta se fortificaría el fracasado comisariato de Mariotto con un presidente del PJ Bonaerense, que fuera capaz de detener la sangría de Intendentes al Massismo con una democracia partidaria que consolidara los Intendentes amigos y debilitara a los indecisos, mientras que sin romper con el Sciolismo, lo mantuviera dentro del FpV, hasta la mismísima hora del “dedazo” Podría en reciprocidad garantizar al hombre en cuestión y a su distrito, imprescindible a la hora de la verdad, recuperar el espacio que una infausta enfermedad arrebatara, o sea la boleta electoral de la formula oficial 2015 ya tendría marcado a fuego el nombre del Gobernador o en su defecto el de Vice Gobernador.
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por favor dios nos ayude