Número de edición 8481
La Matanza

Los palabristas de hoy y de siempre, hoy Rubén Darío

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Estimados lectores: Otro lunes inexorablemente  a través de NCO compartiendo literatura desde un rincón de “Los Palabristas De Hoy Y De Siempre” Revista Literaria que dirijo. La breve biografía será en homenaje al escritor Rubén Darío  (18/01/1867 – 06/02/1916) Su verdadero nombre Rubén Darío  Félix Rubén García Sarmiento. Nació el 18 de enero de 1867 San Pedro de Metepa, Chocoyo, Nicaragua. Fue criado por su abuela.

Por: Mónica Caruso.  E-mail: monicaacaruso@hotmail.com

En el año 1886 viaja a Santiago de Chile, donde publicó su primer gran título: Azul. De regresó a Managua contrajo matrimonio con Rafaela Contreras en 1891; quince meses después nació su primer hijo y en 1893 falleció su esposa. En el año 1892 viajó a España como representante del Gobierno nicaragüense. Tras viajar por distintos países, residió en Buenos Aires, donde trabajó para el diario La Nación.

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En 1898 regresa a España como corresponsal y alterna su residencia entre París y Madrid, donde en 1900, conoce a Francisca Sánchez, mujer de origen campesino con la que tuvo un hijo y vivió con ella hasta el resto de sus días.

Sus primeros poemas son una mezcla de tradicionalismo y romanticismo; Abrojos (1887) y Canto épico a las glorias de Chile (1888). Este mismo año publica Azul (1888, revisado en 1890), dividido en cuatro partes: ‘Primaveral’, ‘Estival’, ‘Autumnal’ e ‘Invernal’. A este libro debe que sea considerado como el creador del modernismo; escritores como Leopoldo Lugones, Julio Herrera.

Le reconocieron como el creador e instaurador de una nueva época en la poesía en lengua española. Máximo representante del modernismo. Es llamado príncipe de las letras castellanas.

En París entra en contacto con los poetas parnasianos y simbolistas abandonando el provincialismo por una poesía de la universalidad y cuenta su vida cotidiana pero a través de símbolos herméticos. En Prosas profanas (1896 y 1901), obra simbolista, desarrolla de nuevo el tema del amor. Formalmente creó una poesía elevada y refinada con muchos elementos decorativos y resonancias musicales; Cantos de vida y esperanza (1905) es el mejor ejemplo de ello. El canto errante (1907), es su libro, conceptualmente, más universal.

En 1913 cae en un profundo misticismo y se retira a la isla de Mallorca. Allí empieza a escribir una novela La isla de oro -que nunca llegó a concluir- en la que analiza el desastre hacia el que está caminando Europa. También compone Canto a Argentina y otros poemas (1914), un libro dedicado a este país en el año de la celebración de su centenario en que quiso seguir el modelo del Canto a mí mismo de Walt Whitman.

En 1915 publica La vida de Rubén Darío, año en que regresó a a América donde falleció el 6 de febrero de 1916.

OBRAS MAS CELEBRES
En Poesía
Abrojos 1887; Rimas 1887; Azul…. 1888; Canto épico a las glorias de Chile 1887; Primeras notas 1888
Prosas profanas y otros poemas 1896; Cantos de vida y esperanza. Los cisnes y otros poemas 1905
Oda a Mitre 1906; El canto errante 1907; Poema del otoño y otros poemas 1910; Canto a la Argentina y otros poemas 1914; Lira póstuma 1919

En Prosa
Los raros 1906; España contemporánea 1901; Peregrinaciones 1901; La caravana pasa 1902; Tierras solares 1904; Opiniones 1906; El viaje a Nicaragua e Intermezzo tropical 1909; Letras 1911; Todo al vuelo 1912
La vida de Rubén Darío escrita por él mismo 1913; La isla de oro 1915 (novela inconclusa); Historia de mis libros 1916; Prosa dispersa 1919

 

POEMA

Canción de Otoño en Primavera

Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro…
y a veces lloro sin querer…

Plural ha sido la celeste
historia de mi corazón.
Era una dulce niña, en este
mundo de duelo y de aflicción.

Miraba como el alba pura;
sonreía como una flor.
Era su cabellera obscura
hecha de noche y de dolor.

Yo era tímido como un niño.
Ella, naturalmente, fue,
para mi amor hecho de armiño,
Herodías y Salomé…

Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro…
y a veces lloro sin querer…

Y más consoladora y más
halagadora y expresiva,
la otra fue más sensitiva
cual no pensé encontrar jamás.

Pues a su continua ternura
una pasión violenta unía.
En un peplo de gasa pura
una bacante se envolvía…

En sus brazos tomó mi ensueño
y lo arrulló como a un bebé…
Y te mató, triste y pequeño,
falto de luz, falto de fe…

Juventud, divino tesoro,
¡te fuiste para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro…
y a veces lloro sin querer…

Otra juzgó que era mi boca
el estuche de su pasión;
y que me roería, loca,
con sus dientes el corazón.

Poniendo en un amor de exceso
la mira de su voluntad,
mientras eran abrazo y beso
síntesis de la eternidad;

y de nuestra carne ligera
imaginar siempre un Edén,
sin pensar que la Primavera
y la carne acaban también…

Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro…
y a veces lloro sin querer.

¡Y las demás! En tantos climas,
en tantas tierras siempre son,
si no pretextos de mis rimas
fantasmas de mi corazón.

En vano busqué a la princesa
que estaba triste de esperar.
La vida es dura. Amarga y pesa.
¡Ya no hay princesa que cantar!

Más a pesar del tiempo terco,
mi sed de amor no tiene fin;
con el cabello gris, me acerco
a los rosales del jardín…

Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro…
y a veces lloro sin querer…
¡Mas es mía el Alba de oro!

Bello poema que habla del paso del tiempo que se va y no vuelve. Invita a que disfrutemos cada instante de nuestra vida, Especialmente la juventud!

Todos aquellos interesados en publicar material de su autoría en la Revista Literaria “Los Palabristas De Hoy Y De Siempre” Deben enviar sus escritos como adjunto en Word a la  dirección electrónica siguiente: E-mail: monicaacaruso@hotmail.com

Facebook: Revista literaria “Los Palabristas De Hoy Y De Siempre”

Que tengan una excelente semana. Hasta el próximo lunes.

 

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