Número de edición 8481
La Matanza

González Catán: El infierno de Liliana desde hace más de dos décadas

El infierno de Liliana desde hace más de dos décadas

La mujer decidió terminar la relación y, desde entonces, se incrementaron los ataques y amenazas en la localidad bonaerense de González Catán. Su hijo de 21 años, atormentado por la violencia de su padre, se suicidó. La víctima realizó más de diez denuncias pero el sujeto sigue en libre.

“La va a matar”, expresó, con profunda angustia y desesperación, María Vigano, madre de Liliana, una mujer que desde hace más de dos décadas padece el infierno en manos de su ex marido, en la localidad bonaerense de González Catán.

La víctima decidió –hace más de un año- finalizar la relación, agudizando la furia del sujeto, quien desde entonces incrementó los ataques y amenazas que se manifestaban durante la convivencia.

Sin embargo, el agresor permanece en libertad y, por si fuera poco, las autoridades judiciales aceptaron su pedido de restringir el acceso de la hija de Vigano a su propio domicilio.

Por lo tanto, ante semejante impunidad, los vecinos prometieron hacer justicia por mano propia, en defensa de la mujer golpeada.

El suicidio de su hijo, de 21 años, en parte atormentado por la violencia que su padre le propinaba a su madre, fue para ella el impulso por el cual cobró fuerzas y decidió separarse de César Toledo, con quien vivió durante 22 años.

Hasta ese entonces, “siempre la golpeaba, muchas veces mi hija se venía a mi casa, él la seguía y a los pocos días se reconciliaban. Recién en las últimas semanas empezó a contar todo”, relató la madre de Liliana Ramos, quien continúa siendo el blanco de las palizas y amenazas de Toledo.

Manifestaciones demenciales del sujeto, que se sucedieron al extremo desde principios de marzo, cuando un vecino debió intervenir en la vereda, frente al domicilio de Liliana, en el momento en que ella estaba por ser apuñalada con un destornillador por su ex pareja, desencajado al tomar conocimiento de una restricción perimetral que le habían puesto en su contra.

Sin embargo, su frustrado plan no lo detuvo y a las dos semanas agarró su automóvil y manejó a gran velocidad, con el objetivo de atropellar a la mamá de sus hijos.

Una serie de ataques llevaron a Ramos a realizar más de diez denuncias, cantidad no suficiente para arrestar al individuo, quien tras cada incidente recupera su libertad como si nada. Justamente, en la madrugada del jueves se retiró con tranquilidad de una seccional policial, tras haber ingresado en la vivienda familiar, acompañado con dos secuaces.

En aquella jornada “se apareció con dos personas más, ingresó y derribó el portón, pero mi hija estaba trabajando. Fueron los vecinos quienes los denunciaron”, señaló la mamá de Liliana.

Por si fuera poco, para no permanecer detenido, el agresor solicitó una restricción perimetral contra su ex mujer, la cual le fue otorgada. Al respecto, María dejó en claro que “él no hace esto por la casa, sino que su obsesión es ella, porque ya le dijo que cuando la encuentre la va a matar”. En tanto, la ex suegra del denunciado por violencia de género reconoció que “como los vecinos ven que nadie hace nada, quieren hacer justicia por mano propia”.

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