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“Volvimos a escuchar la frase ‘si no se viene al comedor no se come’”

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Gabriela Guerreros, de la Asociación Casa de Todos.
Gabriela Guerreros, de la Asociación Casa de Todos.

Así lo manifestó Gabriela Guerreros, directora de la Asociación Casa de Todos, un espacio comunitario de González Catán que brinda asistencia alimentaria a más de 300 personas. Según relató, la crisis se agudizó desde fines de 2023 y el pedido de cupos en comedores está aumentando.

Por Soledad Martínez 
martinezgsoledad@gmail.com 

La Asociación Casa de Todos es un espacio comunitario creado en el año 2009 en González Catán y que además de ofrecer distintas actividades, brinda asistencia alimentaria a 340 personas aproximadamente.  Según contó su fundadora, Marcela Guerreros, la demanda de alimentos en los barrios comenzó a acrecentar “desde mitad del año pasado” y la situación se agudizó en diciembre.

“Lo que pasó a fin de año fue tremendo porque volvíamos a escuchar las frases que escuchamos allá por el 2001 de que si no se viene al comedor, no se come. Y es muy duro escuchar eso”, lamentó la mujer.

Además, Guerreros explicó que “es muy difícil porque la mayoría de las familia que habita en nuestros espacios, que vienen al comedor, que participan de otras actividades, está en trabajo no registrado, changas, hay compañeras jefas de familias que están bajo el programa Potenciar Trabajo”, es decir, son familias que tienen algún tipo de ingreso pero que no les alcanza para cubrir las necesidades básicas.

En este sentido, la fundadora de la ONG señaló: “lo que ha pasado desde la llegada de este nuevo gobierno, es que se le ha quitado a la mayoría del pueblo argentino la posibilidad de planificar, no solamente planificar el mes, ya no puedes planificar ni la semana. Y a eso sumarle lo que ha sido este último aumento del colectivo”.

Con la profundización de la crisis económica, los constantes aumentos en alimentos y servicios, las familias se encuentran en una situación de cada vez mayor vulnerabilidad.  Gabriela Guerreros hizo hincapié en que se está registrando un aumento en la demanda de cupos no solo en el espacio que dirige, sino que esto se repite “en todos los comedores comunitarios”.

“Estamos en lista de espera”

Durante la pandemia, La Casa de Todos asistía a 180 personas. “Ese número subió casi a 280 a 300, llegó a 344”, remarcó Guerreros, que además explicó; “nosotros tenemos un convenio con Desarrollo Social, que ahora es secretaría.  Recibimos los fondos, compramos y después nos auditan mensualmente. También nos vienen a hacer la visita, tenemos un seguimiento”.

En esta línea, la mujer continuó: “terminamos de ejecutar lo que fue el año pasado, ya no tenemos más fondos. Ahora estamos en la lista de espera”, expresó la fundadora del espacio, al tiempo que manifestó su preocupación por el aumento de la demanda: “no hay forma de poder gestionar algo porque  es muchísima gente”.

Cabe destacar que en el espacio se prepara la comida y las familias retiraran la vianda de almuerzo y cena. “Generalmente el almuerzo ya está todo cocinado, se elige un menú y la cena es una sugerencia. Si ese día el menú es milanesas con puré, las milanesas ya están hechas para que la familia las cocine en la casa, se da las papas y todo lo necesario para armar el puré”.

Este mecanismo se lleva adelante porque, en principio, no es posible contener a 340 personas en el espacio pero además “porque entendemos que en el hogar se pueda terminar de preparar la comida es un momento de encuentro, en la familia, es un momento que más allá de compartir un alimento para nosotros simbolizan muchas cosas”, enfatizó Gabriela Guerreros.

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