Número de edición 8481
La Matanza

La Candela volvió a ser de Boca

Villa Luzuriaga

El predio en el que alguna vez fueron entrenados figuras como Diego Armando Maradona y Oscar Ruggieri, nuevamente será utilizado por personal del club de la ribera. A partir de la asunción de Daniel Angelici como Presidente de Boca Juniors, en el espacio ubicado en Triunvirato y Chenaut, practicarán los jugadores de las divisiones inferiores.

Nora Adámoli
Nova.periodismo@gmail.com

La propuesta durante la campaña hacia la presidencia del Tano Angelici fue concreta: “Tenemos que recuperar La Candela”. Dicho y hecho: este 2012, desde la cuarta y la división serán entrenadas en el predio de Villa Luzuriaga.

De acuerdo con la información trascendida, no se trató de un traspaso módico: el club tuvo que desembolsar 2 millones de dólares para recuperar lo que vendió por aproximadamente un 500 por ciento menos en 2005.

En ese año, Boca recibió unos 350.000 dólares por la venta de La Candela. Este lugar sirvió de concentración a los históricos equipos que dirigió Juan Carlos Toto Lorenzo a fines de los años setenta.
Con la asunción de Mauricio Macri como máximo mandatario en 1995 se dejó de lado el lugar: las inferiores pasaron a realizar sus trabajos en el Parque Sarmiento y, ya desde 2000, empezaron progresivamente las obras en Casa Amarilla para mudar a todas las categorías.

Así, complejo fue adquirido por el Centro de Entrenamiento para Futbolistas de Alto Rendimiento, CEFAR, una entidad en la que practican, con el objetivo de reinsertarse en la actividad, cerca de 300 jugadores libres, sin club y sin contrato, y que hace ya un buen tiempo trabajaba en ese lugar, cedido a préstamo por la entidad de la Ribera.

Luego tomó posición el “Proyecto Barcelona”, donde el club catalán invertía en infraestructura y luego captaba a los buenos jugadores que aquí practicaban cada mañana.

Si bien por el momento no hay mucho movimiento en el lugar, se espera que el mes próximo ya se incorporen los jóvenes que vestirán la camiseta azul y oro. “Coqui” Raffo es el nuevo encargado de los juveniles, por lo que los chicos retomarán las viejas costumbres de practicar en dicho espacio, desde la Cuarta hasta la Novena División, quedando en Casa Amarilla solamente el plantel de Primera y la Reserva.

La historia

Alberto J. Armando, uno de los más grandes presidentes de Boca, compró ese terreno de 50.173 metros cuadrados, casi seis hectáreas, en 1963, en 13 millones de pesos. Allí se levantó una pintoresca casa y se arreglaron las canchas en las que, además de entrenarse el plantel profesional, desembarcaron las divisiones juveniles.

Por allí desfilaron grandes estrellas, entre otros, Roberto Mouzo, Angel Clemente Rojas, Rubén Suñé, Osvaldo Potente; más acá en el tiempo, asoman los nombres de Oscar Ruggeri, Ricardo Gareca, Diego Latorre, Fabián Carrizo y Hugo Osmar Perotti. Incluso, hasta hubo hombres de River que pasaron por La Candela, como Adolfo Pedernera y Alfredo Distéfano, entrenadores de equipos campeones en los años sesenta.

Hace casi 30 años, sobre esas canchas del oeste bonaerense, también corrió Diego Maradona en ese recordado 1981 en el que terminó por afianzar su amor con los xeneizes. El 10 fue el pilar de aquel equipo campeón del Metropolitano, dirigido por Silvio Marzolini, y en el que también se destacaban el Loco Hugo Gatti, Miguel Brindisi, el Tano Pernía, Perotti, el Pichi Escudero, entre otros.

Posteriormente y durante varias temporadas, el predio fue alquilado a la Municipalidad de La Matanza y a otros concesionarios; en el medio, creció el deterioro y algunos sectores acusaron el paso del tiempo y la desidia, aunque la frondosa arboleda siempre se mantuvo intacta, hasta que luego aparecieron Cefar y el Proyecto Barcelona.

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