
El subgerente de Edenor y el secretario de Medio Ambiente local se presentaron el último martes en la Subestación Eléctrica ubicada en Camino de Cintura y Remedios de Escalada. “Ellos nos dijeron que no es contaminante, pero aquí hay cada vez más casos de cáncer”, comentó a NCO Liliana Rodríguez, una de las habitantes afectadas por dicha enfermedad.
“Nos hicieron una nota, que la publicaron en un medio de La Matanza pero se habló solamente del resultado de las mediciones, no de lo que realmente pasó. Hubo preguntas que no nos respondieron, además de ciertas irregularidades durante la visita”, dijo la mujer, indignada.
El martes último, tal como los vecinos lo venían solicitando desde hace meses, se realizaron las mediciones correspondientes para determinar si las ondas que emana la Subestación, que comenzó a funcionar a principios de año, son cancerígenas o, por lo pronto, pueden producir impactos en el medio ambiente.
“Estuvimos una hora y media al rayo del sol, porque nos citaron a las 11 pero recién pasado el mediodía pudimos ingresar. Muchos vecinos se fueron por esta cuestión. Fue un día my caluroso y en un horario complicado”, remarcaron algunos de los frentistas que participaron de la jornada.
Según mencionó Liliana, se trató de una especie de “visita guiada” de la que participaron unos 30 vecinos. No obstante, agregó que días después, conversando con otros habitantes, supo que unos 15 habían quedado afuera.
“La usina no tiene timbre y como los portones son gruesos, una vez que se cerraron, desde el interior no escuchamos a la gente que nos estaba llamando”, dijo. Cabe destacar que los enormes paredones quedaron cubiertos de pancartas que hacen referencia a los más de 40 fallecidos por cáncer en el radio de una manzana.
Asimismo, la mujer contó que, aunque quienes brindaron las explicaciones se encontraban con cascos, los vecinos realizaron toda la recorrida sin protección alguna. “No puede ser, son normas básicas de seguridad”, destacó y recordó que a las autoridades se les solicitó que coloquen el cartel identificatorio.
“Después de eso, hablaron sobre los transformadores (que tienen el tamaño de un ómnibus). Según ellos, son dos, pero en el expediente, al que tuve acceso, figuran nueve. Es decir, el resto está bajo tierra”, señaló.
En este sentido, remarcó que “existe una disociación entre lo que yo leí, de lo que solamente me dejaron extraer muy pocas consideraciones, y lo que ellos dicen. Sumamos a esto que la usina funciona al lado de dos estaciones de servicio, ¿eso no es peligroso?
Según dicen estos hombres (en referencia a Julio Márquez, subgerente de Edenor y al secretario de Medio Ambiente, Daniel Iglesias), se hizo una audiencia pública en la calle Almafuerte y los vecinos aceptaron su instalación, cuando jamás se nos llamó, además de que edificaron y colocaron todo desde la oscuridad y sin ninguna señalización”.
Ahora, los vecinos piensan establecer contactos con organizaciones defensoras del medio ambiente y personas afectadas por usinas como esta para que se realicen nuevas mediciones y en caso de coincidir con las expuestas por Edenor, analizar si el resto de las empresas que hay en la zona pueden provocar semejante impacto en la salud de quienes viven en Barrio Peluffo.
“Ya le dijimos a Iglesias que vuelva a recorrer toda la zona. Se comprometió a hacerlo. Aquí es impresionante ver cómo la gente se va y deja en venta sus casas. Por eso llegan tantas empresas”, concluyó.