Número de edición 8481
La Matanza

San Justo: Sindicalista que querella a una jueza, aguarda por la sentencia

Por: Nora Adámoli
Nova.periodismo@gmail.com

La resolución del caso que se inició en 2008, se dará a conocer este viernes. Rubén Neira, dirigente sindical, acusó a la magistrada por los insultos y amenazas que le habría propiciado cuando el gremialista se encontraba defendiendo a un trabajador. “Dijo que me provocaría un infarto”, remarcó. Además, denunció irregularidades durante el proceso judicial.

El hombre, que actualmente ocupa el cargo de congresal provincial por la minoría de la Departamental Matanza y hace 20 años que trabaja en el poder judicial, comentó a NCO que el conflicto se desató “en 2008, cuando al defender a un compañero, la jueza me insultó y me dijo que me provocaría un infarto”.

“Específicamente, esto sucedió el 14 de julio de ese año, exactamente cinco años después de haber tenido un síncope, por defender un compañero que iba a ser desafectado, la secretaria del Tribunal –la Doctora Susana Ferraro- primero me dice que me va a provocar un infarto y luego me dijo ‘hijo de puta’ y demás”, comentó el hombre.

De hecho, una semana después, por el problema de salud que lo afectaba, volvió a tomar una licencia, a raíz de que esta situación le provocara un retroceso en su recuperación. “Ese mismo día yo hice una denuncia penal por la amenaza. Sin embargo, según la UFI en la que quedó asentada, no correspondía a una amenaza de muerte, sino un delito contra el honor que debía presentarse a través de una querella por injurias”.

“A la semana siguiente, radiqué otra denuncia por violencia laboral en la sede administrativa de la corte y luego inicié la querella por injurias, tal como me lo habían recomendado. Esto lo hice especialmente por mi condición de dirigente gremial y de trabajador. Entiendo que lo que me pasó estaba agravado por el cargo que ella ocupa como jefa de personal y su instrucción, además de que lo que hizo no tiene ningún tipo de justificativo”, destacó.

En su opinión, este tipo de situaciones son comunes y recurrentes dentro del Poder Judicial: “Hay mucha violencia, hay casos de acoso. Los jueces creen que son un poco más que Dios”.

“A partir de que iniciamos la querella con la Doctora Nelly Astorga, quien me patrocina y realmente actúa con una gran valentía, no nos fue fácil todo el recorrido hasta que llegamos a la sentencia que se dictará el próximo viernes a las 12.30 en el Juzgado Correccional Nº1, a cargo del Dr. Alberto Seivent”, contó.

Irregularidades

Según mencionó Neira, se ha dado “una cadena de irregularidades” que se fueron dando a medida que pasaron los años. “La primera y principal se dio cuando se celebró la primera audiencia, de la que precisamente no nos notificaron. Como mi abogada no pudo ver el expediente, ellos tomaron que mi incomparecencia significaba el desistimiento de la acción”.

Posteriormente, el hombre presentó el recurso correspondiente a la Cámara de Apelación, la cual hizo lugar a este pedido. “El defensor oficial, la secretaria del juzgado y la secretaria laboral Nº3 que participaron de la audiencia, no tuvieron en cuenta que el querellado no había sido notificado. Esto es una irregularidad grave”, resaltó.

Se fijó una nueva audiencia y tras no llegar a un entendimiento –Neira quería que la jueza se disculpara públicamente, “del mismo modo en el que me insultó, porque hay muchos compañeros que fueron testigos de lo ocurrido”-, durante el procedimiento “no han pedido la realización de determinadas pruebas”, como la pericia médica y psicológica. Además, dijo que no les permitieron la postergación de la audiencia, como sí lo habrían hecho con la defensa.

El 14 y 15 de noviembre pasado se realizaron los debates, por lo que comentó que durante estos dos días, hubo ciertas preguntas que a su abogada no se le permitieron hacer. “Nosotros entendíamos que estaba relacionada directamente con la cuestión. El juez no dejó que se le preguntara a los testigos si se habían presentado situaciones similares. Esto es así porque no quiere ventilar el interior de lo que sucede con los trabajadores”.

“Asimismo, mientras nosotros estábamos en la sala y se estaba analizando los testimonios, había gente afuera que estaba instruyendo para que quienes hablarían dijeran que no recordaban lo que había pasado. No nos permitieron en careo ante las diferencias que expresaban varios testigos en sus declaraciones, lo que hacía a la resolución de la causa. No hubo reconstrucción del hecho. Además, hubo una compañera que mencionó que lo único que escuchó es que yo le dije a Astorga que iba ‘a prender el ventilador y que la primera que iba a caer era ella’. Esto es extraño porque esto pasó en una oficina muy chica ubicada en una de las puntas del Tribunal, mientras que esta mujer estaba en un lugar en el que no podría haber oído nada de lo que se dijo”, aseveró.

Por último, agradeció el apoyo de su familia, de Leandro Prieto (de la Departamental Quilmes), de Solociani, de Hugo Álvarez (de Lomas de Zamora), del sindicato de Camioneros y del secretario de Acción Social y miembro de la Comisión Directiva Departamental, Gustavo Peters, entre otros, además de resaltar la “enorme labor” de su abogada. “Todos ellos me respaldaron en todo este accionar. Sucede que nuestro gremio se transformó en muy débil, donde muchas de las departamentales terminan siendo manejadas por jueces”, concluyó.

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