Edición N° 8482
La Matanza

Presentan un trabajo sobre criterios y prioridades para garantizar la justicia educativa

La problemática de la justicia educativa en el marco de los desafíos que plantea el binomio inclusión y calidad, son abordados en un trabajo que será presentado mañana, donde se sugieren criterios y prioridades para todo el sistema educativo, desde ministros hasta docentes.

La publicación “La construcción de la justicia educativa. Criterios de redistribución y reconocimiento para la educación argentina”, prologada por el sociólogo francés, Francois Dubet, plantea enfrentar estructuralmente las desigualdades educativas.

El paradigma de justicia educativa que se propone “aspira a fortalecer la educación pública como un espacio para todos, donde sea posible el encuentro de la diversidad, la reconstrucción de los lazos sociales y la recuperación de inscripciones culturales comunes, que unan y amparen a individuos diferentes”.

Así lo expresan los autores de la publicación, Cecilia Veleda, Axel Rivas y Florencia Mezzadra, al introducirse en el desarrollo del trabajo.

El acto de presentación del libro, que organiza el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) se realizará mañana a las 17 en Quintana 174, Capital Federal.

Los organizadores adelantaron que participará el ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni y especialistas del área.

En el desarrollo del trabajo, los autores sostienen una idea de justicia que “alude, en primer lugar, a garantizar el derecho integral a la educación a partir de posicionar a los sectores populares en el centro del sistema educativo”, afirman.

En este sentido, enfatizan que el modelo de justicia educativa que proponen “exige revisar las condiciones del aprendizaje, la organización institucional, las pedagogías y el currículum, desde la perspectiva de todos los sectores sociales y en particular de aquellos para quienes la escuela no fue concebida en su origen”.

Los autores manifiestan que el tema de reconocer en cada alumno su dignidad, de mantener expectativas altas en sus posibilidades y conocer sus especificidades, es esencial para realizar “políticas tendientes a reducir las injusticias del sistema educativo”.

La perspectiva de estas políticas se centran en colocar al Estado, nacional y provincial, en un lugar nuclear para garantizar los derechos y fortalecer el rol de docentes, equipos técnicos, supervisores, directivos, funcionarios y ministros del área.

“Así, partimos de un fuerte compromiso con la función pública y nos proponemos acompañarla; por ello, este libro está destinado principalmente a los agentes públicos de la educación en las provincias”, aclaran.

La investigación parte de un análisis de la historia del sistema educativo argentino, revisando sus herencias y conquistas, sus diferencias y desigualdades territoriales, los cambios sociales y culturales, para contextualizar la propuesta de trabajo.

Luego se introduce en los “Principios para la construcción de la justicia educativa”, donde se exponen los siete postulados generales de este modelo.

Los principios son: considerar a la educación como derecho humano; situar a los sectores populares en el centro del sistema educativo; combinar las dos dimensiones de la justicia: redistribución y reconocimiento.

Los otro cuatro son: habilitar las capacidades de los sujetos para actuar; construir una concepción de justicia basada en el mundo real; concientizar a la política educativa y redefinir sus dispositivos de intervención; articular compromisos y escuchar la voz de los excluidos.

El planteo de una mayor justicia educativa “exige identificar e interpelar los condicionantes materiales de la desigualdad, externos e inherentes al sistema educativo”, señalan los autores tras desarrollar en el trabajo un aspecto esencial:”Brindar condiciones adecuadas de aprendizaje a todos los alumnos”.

El libro hace hincapié también en la necesidad de “fortalecer una docencia comprometida con la justicia educativa”, ya que el maestro es una pieza clave en este proceso, que además debe enfrentar “una serie de factores que atentan contra su prestigio y la calidad de su tarea”, sostienen.

Garantizar el acceso de todos los alumnos a los aprendizajes fundamentales es uno de los aspectos que se analizan en el trabajo como asimismo diversificar los sentidos de la experiencia educativa en el marco de aceptar “la creciente diversidad como un valor educativo y no como un `problema` a resolver”.

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