Solidaridad en La Matanza

La ONG Un techo para mi país realizó una colecta, y Ramos Mejía fue uno de los puntos donde la solidaridad se hizo presente. Durante el viernes y sábado varios grupos de jóvenes caminaron las calles de esa ciudad con el fin de colectar donaciones de los vecinos.
Nicolás Spalek
nspalek@hotmail.com
En total Un techo para mi país llegó al millón de pesos de donaciones. La Plaza Mitre fue el epicentro de actividades, que incluyeron recitales y juegos para los transeúntes.
La colecta tuvo una manera muy original de hacerse conocer. Su eslogan fue “Soy boluntario (sic). Soy un boludo que cree que puede cambiar la realidad de nuestro país”.
Luz Landivar, una de las organizadoras de la colecta en Ramos Mejía explicó en diálogo con NCO porqué decidieron nombrar de esa manera la colecta”.
“La idea –continua- es desestructurar, valga la redundancia, la estructura del Techo. Somos jóvenes, y los jóvenes usamos la palabra boludo (sic) un montón, queríamos meterla para identificarnos más con nuestra edad”.
Esta fue la quinta colecta que Un techo para mi país realizó en Argentina. Actualmente la ONG trabaja en cinco provincias: Córdoba, Misiones, Salta, Neuquén y Buenos Aires. Tuvo su inicio en Chile a fines de los 90 y tiene sedes en 19 países.
El trabajo de la ONG consta de 3 etapas. La primera es la construcción de viviendas de chapas y madera, que tienen 18 metros cuadrados levantadas del piso las cuales la familia tiene que aportar un porcentaje de lo que le sale construirlas. Lo siguiente
Después de la construcción de las casas, lo que buscan hacer es una mesa de trabajo donde los vecinos que se quieran sumar proponen cuales son los problemas que tiene el barrio o como solucionarlos, para luego solucionarlos juntos. Finalmente, la tercera etapa –denominada según ellos como la “comunidad sustentable”- buscan que los vecinos se reinserten en el sistema y el barrio adquiera luz, agua potable y sea “como tiene que ser”.
En la Argentina Un techo para mi país esta implementando la primera fase, donde también se otorgan microcréditos y capacitación de oficios. El objetivo de esta colecta es construir 250 casas y 3 salones comunales, el lugar donde se genera la segunda etapa del plan. Para lograrlo tienen que juntar dos millones de pesos. Luego de la colecta están a mitad de camino.
Landivar recordó que uno de los primeros barrios donde Un techo para mi país trabajó fue el Barrio Nicol, ubicado en Virrey del Pino. Las próximas localidades donde habrá construcciones importantes serán Ezeiza, Pilar, San Miguel y La Plata.
“No somos una ONG asistencialista” remarca la voluntaria. Y agrega que “lo que buscamos es un compromiso por parte de la sociedad y incluyendo los vecinos que reciben las viviendas”.
Cuando se le pregunta a la joven si la manera en que ellos se catalogaban en la colecta –“unos boludos”- tiene algo que ver una posible percepción de cierto lado de la sociedad se defiende: “es más que nos dicen “uh, boluda, te levantas todos los sábados a las siete de la mañana para ir a detectar”, y respondo que soy una boluda que le gusta levantarse todos los sábados para ir a detectar y conocer a las familias que les vamos a construir o soy una boluda que le encanta pasar el domingo a la tarde en una juegoteca con chicos enseñándole cosas. A eso aspira el ser un boludo”.
“Queremos dejar de ser esos boludos, para el caso queremos que todos seamos igual de boludos y ayudemos todos juntos a cambiar esta realidad” resume.
Si alguien esta interesado en formar parte del voluntariado de Un techo para mi país, debe ir a la página web local: www.untechoparamipais/argentina.