Número de edición 8481
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Nico Arias: “El Estado no tiene políticas para los clubes de barrio”

Nico Arias: “El Estado no tiene políticas para los clubes de barrio”.

El dirigente social y referente de los clubes de barrio del país reveló la difícil situación que están atravesando la mayoría de las instituciones barriales y pidió flexibilidad jurídica para que se pueda acceder a los beneficios de la ley 27098.

Desde lo social, lo deportivo y cultural, los clubes de barrio cumplen una función esencial en las comunidades, ya que brindan herramientas y opciones a todas las personas para poder ser parte de ella y crear lazos sociales que fortifiquen las instituciones, pero la realidad que les toca vivir actualmente pone a la mayoría al borde del abismo, ahogadas por los tarifazos y la ausencia de políticas estatales que ayuden o al menos atenúen esa situación.

En una nueva emisión de Haciendo Radio, producción del Diario NCO (lunes, miércoles y viernes de 13 a 15 por AM 850) el dirigente matancero renovó el pedido de ayuda y arremetió al expresar que “seguimos en la misma situación. Los políticos te usan las instalaciones, pero después no se acuerdan de los clubes de barrio. Seguimos sin la presencia del Estado. No tienen políticas para los clubes de barrio”.

Sobre la labor social que realizan, Arias indicó que a pesar de los muchos impedimentos que se les presentan, siguen intentando no claudicar. “Seguimos laburando a pulmón, haciendo un esfuerzo para contener a nuestros pibes porque en definitiva lo que nosotros buscamos es que los chicos no estén en la esquina, no se estén torciendo”, valoró el entrevistado.

Sabido es que en este tipo de instituciones hay muchas familias, que varias veces el seno completo participa de los clubes de barrio, tanto padres como hijos, pero que sin el acompañamiento de las autoridades gubernamentales con proyectos o disposiciones afines a sus intereses, el camino se torna cada vez más sinuoso y complicado.

Como solución, propuso políticas de Estado en beneficio de los clubes, que más allá de la función vital que cumplen, el 90 por ciento no cuenta con la documentación necesaria, con una personería jurídica y no son dueños de las tierras. “Seguiremos haciendo campeonatos de fútbol en las barriadas, talleres de violencia de género, seguiremos aportando nuestro granito de arena”, determinó el referente social.

Una asamblea que dejó mucha tela para cortar

El pasado viernes la Unión Nacional de Clubes de Barrio (que nuclea a estas instituciones a lo largo y ancho del país) tuvo una conferencia de prensa donde presentaron un proyecto de amnistía administrativa para todos los clubes de barrio. “Pedimos por la amnistía porque para hacerte beneficiario de la ley 27098 tenés que poseer la personería jurídica. Muchos clubes no están en regla con eso y no pueden acceder a ese beneficio”, contó Arias.

Para dejar en claro la necesidad de que entre en vigencia esta ley, el entrevistado trazó un paralelismo con los clubes de fútbol y planteó que “a los clubes de barrio no nos ingresan los millones que a los clubes de fútbol. Nos ingresa poco y nada y necesitamos que nos brinden algunas facilidades para poder obtener ese servicio que tanto necesitamos”.

La situación que pinta un panorama negro, es que la ley 27098 lleva más de cuatro años de promulgada, sin embargo, reclaman que se ponga en vigencia, porque está aprobada, pero no reglamentada y que además les otorguen las facilidades antes mencionadas.
Arias recalco la necesidad de la creación de un Ministerio de Deporte.

De qué trata la Ley 27098

El 20 de enero de 2015 se promulgó la ley 27.098 por la cual se creó el “Régimen de Promoción de Clubes de Barrio y de Pueblos”, donde existe una tarifa social para los clubes de barrio, pero al no tener los documentos en regla no pueden acceder al beneficio.

Además, en su artículo 6 inciso d, la ley plantea que se pueda “organizar, administrar y coordinar la asignación de la ayuda económica al club de barrio y de pueblo inscripto en el Registro Nacional de Clubes de Barrio y de Pueblo determinando en función de las necesidades de cada entidad el monto de la asignación de fondos que se designará y que deberá ser invertido a fin de mejorar la infraestructura y servicios de la entidad”.

La ley está, los beneficios están, pero no así su entrada en vigencia y reglamentación que, sumada a la engorrosa burocracia que siempre caracteriza al plano estatal, se torna un combo letal para los clubes de barrio que cada vez les cuesta más poder salir adelante.

 

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