Considero central para el desarrollo tanto educativo como cultural de nuestro continente, asumir identidades que rompan definitivamente con la cultura hegemónica de las elites locales inscriptas en los intereses de la clase dominante.
Por Anahí Cao
La cultura está viva, en continuo movimiento y renovación Nada nos es ajeno, ni puede conservarse como una mercancía de lujo. Tener conciencia de las tradiciones culturales, de sus orígenes y desarrollo tanto en las Naciones como en los Pueblos no puede desligarse del entendimiento de la lucha política y económica a lo largo y a lo ancho de nuestra historia. Ninguna identidad surge de la nada.
El Humanismo colectivo es un concepto muy interesante que plantea la lenta formación de una corriente de pensamiento y acción gestada en Latinoamérica como respuesta al capitalismo globalizado.
El Humanismo colectivo entendido como una forma de vida sintetiza las experiencias comunitarias de los Pueblos Originarios, las concepciones del feminismo anticolonial y abolicionista y una conciencia ecológica acumulada a partir de los cuestionamientos al modelo extractivista moderno que destruye todo proyecto civilizatorio, poniendo en peligro la naturaleza como única fuente de vida.
Este nuevo Humanismo nos propone pensar la vida y la muerte en términos de cosmovisión, entendiendo la necesidad de un cambio radical y colectivo; necesitamos ser radicales para cambiar la decadencia de un régimen mundial que ha logrado instalar una crisis sumamente depredatoria.
Esta fase civilizatoria en la que nos encontramos, nos compromete a un cambio educativo profundo que desnude las estructuras de la opresión capitalista, cuestionen la cultura y empuje a una alternativa política y económica que nos libere definitivamente.
Carlos Iglesias: militancia y arte
El profesor y pianista, Carlos Horacio Iglesias, trabaja en distintas escuelas públicas de nuestro Partido, ya hace más de un cuarto de siglo. Pero además de desarrollar su tarea educativa formal, ha asumido un compromiso con la enseñanza de la música en nuestros barrios como integrante del proyecto político cultural -que sostiene el Centro Cultural Deportivo y Ambiental Galpón 3, ubicado a pasos de la estación de tren de González Catán- desarrollando Talleres de Piano gratuitos para niñxs y adultxs, organizando actividades interculturales, conferencias acerca de nuestra soberanía alimentaria, profundizando en la problemática de la contaminación y las luchas campesinas.
Carlos ha intervenido en el Homenaje al poeta Luis Franco, en el Suteba La Matanza, su presencia supo apreciarse en festivales solidarios para recaudar fondos contra la impunidad y el gatillo fácil.
Cabe destacar su intervención en el bloqueo contra la empresa Ceamse, donde ejecutó temas de su autoría compuestos para piano, acompañando a los presentes, el 2 de noviembre de 2019. Toda una apuesta a transformar espacios sociales que asumen la complejidad del pensamiento y la acción critica en pleno Siglo XXI.
La reflexión de un pianista en el conurbano profundo
Nos sentamos a dialogar con Carlos Iglesias, cerca de la Biblioteca Popular del espacio, frente al rostro de Santiago Maldonado. En una bandera colgada de los estantes se puede leer; por una cultura que nos libere, un escenario y las telas de las niñas que practican acrobacia.
Nuestro pianista reflexiona: Para todo artista, las diferentes formas de expresión constituyen un vehículo de comunicación con sus semejantes; una forma de expresar sus propios sentimientos y emociones a través de su obra, una forma particular de interpretar el mundo que lo rodea. El artista deja perfectamente plasmado una marca de estilo, la cual lo personaliza como creador.
La música ha constituido mi forma de transmitir un mensaje, emociones, sentimientos. La música representa mi propio vehículo de expresión, una forma de relacionarme con mis semejantes.
La infancia y el lenguaje sonoro
A la edad de seis años, en forma abrupta pasé a escuchar música clásica. Se trataba de una colección de discos, por aquel tiempo de vinilo, que eran de mi padre. Así tuve mi primera aproximación a la Música Sinfónica. Comencé a experimentar una diversificada cantidad de sensaciones, a pesar de mi muy reducida edad. Recuerdo perfectamente que al escuchar ciertas obras me llegaba a emocionar hasta las lágrimas, provocando cierta preocupación para mis padres.
Algunas obras me generaban gran entusiasmo y alegría. En este sentido, se comprueba el efecto producido por la audición de obras musicales -ya estudiado en la Antigua Grecia-, referido específicamente a las emociones y conductas producidas por la música en el ser humano.
Me llegaban a impactar las combinaciones de los registros tímbricos y sonoridades producidas por los diferentes instrumentos musicales. Un hecho verdaderamente cómico consistió en que trataba de imitar con mi voz los diferentes instrumentos de la orquesta en lo relacionado con los timbres sonoros.
El lenguaje sonoro encierra una diversificada cantidad de elementos que combinados originan una composición musical y como toda forma de lenguaje, la música se basa en una diversidad de elementos sígnicos, cada uno de los cuales posee su correspondiente función específica y al mismo tiempo guardan una relación de correspondencia entre sí, tal como podremos apreciar en forma auditiva.
.A los ocho años, comencé a tomar clases de piano clásico. Puedo afirmar que la música, a lo largo de mi vida, ha constituido un apoyo de gran importancia, Todo ser humano encierra un significativo caudal de contenido musical. Pero en lo relacionado específicamente con el Ritmo constituye un elemento biológicamente natural en la vida de todo ser humano, Nos expresamos, caminamos, hablamos en un cierto contenido rítmico.
La educación musical, el manejo del lenguaje sonoro a través de la interpretación de cualquier instrumento musical resulta de fundamental importancia dentro de la instancia cognitiva, por cuanto pone en directa relación de correspondencia ambos hemisferios cerebrales, mediante al ejercicio de coordinación entre la lectura de una determinada partitura y la instancia de ejecución propiamente dicha. Razón por la cual, la educación musical desde temprana edad resulta muy necesaria para facilitar el desarrollo en todas las manifestaciones del ser humano. La creatividad tanto artística como así también de corte científico.
En la Antigua Grecia, la música ocupaba una posición de significativo grado de importancia dentro de la propia esencia de la vida humana a nivel existencial. De hecho, dentro de la concepción filosófica y línea de pensamiento griego existían tres contextos básicos fundamentales de la Música: la llamada Música Celestial, la cual tenía lugar a través de la rotación de los astros o planetas, que a lo largo de su movimiento transmitían ciertos sonidos que los hombres no llegaban apreciar. La denominada Música Mundana, la cual como su nombre lo indica, se trataba de la música propia del mundo terreno.
Finalmente, tenía lugar la Música Instrumentalis o Instrumental, la cual consistía en toda aquella música producida por los diferentes instrumentos musicales, ejecutados por los hombres. Dentro de esta concepción o línea de pensamiento, podemos llegar apreciar las diversas formas existenciales de la música como arte propiamente dicho.
La música nos acompaña en todo momento, formando parte de nuestra propia existencia. En gran medida dirige nuestras emociones y estados anímicos haciéndonos recordar diferentes situaciones ya vividas. Remontándonos a una época pasada, reviviendo momentos y vivencias. Toda forma de composición musical, resulta de una forma de organización temporal de los sonidos.
El arte musical nos posibilita experimentar con innumerables formas de tratamiento del material sonoro toda una forma de poder narrar a través de esta combinación de sonidos., a partir de lo cual, todo músico organiza su propio discurso, considerando la faceta, tanto creativa, como así explorativa. De esta forma, el llamado Discurso Musical, nos permite esta posibilidad de narrar a través de los sonidos al igual que las diferentes expresiones artísticas.
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