
Ya sea por rumores sobre un embarazo o problemas con derechos de autor, nuevos lanzamientos musicales, incursión en la gastronomía, o incluso ruptura de estándares de belleza, el artista Bad Bunny es tapa de miles de portales alrededor del mundo, ¿Qué tiene –o qué no tiene- este personaje que lo hace tan atractivo?
Por Candela Alonso Sartori
Benito Antonio Martínez Ocasio, mundialmente conocido como Bad Bunny, puertorriqueño nacido en 1994 y debutado en la industria musical allá por el año 2013, logró crear una imagen para su música y para él mismo, en donde cada movimiento es tendencia y en donde cada estreno musical llega a los tops más escuchados en las diversas plataformas.
A pesar de que es cierto que haya estado trabajando con la música durante mucho tiempo, no era su única actividad, puesto que en el año 2016 trabajó en un supermercado como empaquetador, y fue ese mismo año cuando se dio a conocer mundialmente con el “trap lento” Soy peor.
¿Por qué este Conejo Malo no deja de romperla?
Benito viene de una familia de clase media, no toca ningún instrumento, tampoco sabe leer partituras, pero ¿acaso eso significa que es un artista desmerecido? Claramente no. El personaje demostró en reiteradas oportunidades, desde el comienzo de su carrera, tener un gran efecto entre sus colegas músicos y entre sus seguidores, que en cada nuevo lanzamiento muestran con fervor su apoyo.
¿Será entonces su procedencia? Muchos artistas del género, en su gran mayoría varones, se dieron a conocer al mundo oriundos de Puerto Rico, como Daddy Yankee, Ricky Martin, René Pérez (Residente), Luis Fonsi, Ozuna, Wisin y Yandel, Chayanne, Carlos Ponce, y una largo, largo etcétera. Y es que se trata de algo “lógico” para muchos y muchas, puesto que se considera que el género nació allí, por lo que la sobreproducción de contenido musical de ese estilo es totalmente rico y fresco en lo que refiere a ritmo.
Pero con lo expansivo que se volvió el género, ¿sería prudente adjudicar el éxito de Bad Bunny solo a sus orígenes? ¿No sería minimizar al joven artista? Es probable, por ello uno puede pensar en su carisma. Es evidente que Benito tiene una personalidad incomparable, única, y rompedora de estándares que se enfrentan a las “masculinidades frágiles”.
Así lo expresó en una entrevista que brindó para la revista GQ España, en donde dejó en claro lo que siente con la masculinidad: “No hay reglas para ser hombre. No las hay.Uno elige cómo ser y cómo actuar, qué decisiones tomar, cómo vestirse… La suma de todo eso es lo que le da personalidad e identidad a la gente. No los géneros”.
A el joven pareciera no interesarle la opinión mediática, y presenta aspectos provocadores, diferentes, inesperados, no le teme al uso de faldas, uñas pintadas, y a menudo es objeto de escándalos por la temática de sus canciones (lenguaje crudo, explícito).
“Todo el mundo tiene que encontrarse cómodo con lo que es y con lo que siente. ¿Qué define ser un hombre, qué define lo masculino y qué define lo femenino? Me cuesta adjudicar un género a la ropa. Para mí, un vestido es un vestido”, agregó Bunny, también para GQ.
Aun con esta impronta, ¿no son características que ya se hayan visto en otros artistas? ¡Sí! Son esos otros artistas los que también destacan y se hacen como figuras representativas y diferenciales.
Así, y luego de lo que fue este pequeño recorrido en búsqueda del indiscutible renombre de Bad Bunny, podría decirse que, entre muchos otros factores,llega a los números que llega, y logra sostenerlos, no solo por el contenido de su música, sino por la forma que encontró de presentarse, de venderse, de identificarse ante un mundo que, a pesar de haber visto personalidades musicales rompedoras de estereotipos, sigue aferrada a un estándar anticuado.
Actualmente la originalidad puede ser la clave de muchos de los grandes éxitos que dominan los altos escenarios, y la impronta de rebeldía ante lo establecido que desde tiempos remotos provoca una atracción irrefutable.
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