Por Gastón Romero
Redacción NCO
Este es el final, después del doloroso parto en el que Bella pierde la vida y ha de ser convertida en vampiro por Edward para poder revivirla aunque sea transformada, comienzan los problemas ante la venida al mundo de la pequeña Renesmee. Por una parte, Bella tendrá que adaptarse a su nueva condición, y habrá de domesticar su sed de sangre, por lo que será separada durante un tiempo de la niña para evitar que se sacie con ella, debido a su doble naturaleza como humana y vampiro. Por otro, el que Resnesmee sea híbrida provoca las iras del clan Volturi, ya que se trata del primer especímen de lo que supondría una nueva especie de “inmortales”. La niña crece rapidamente, mucho más de lo que corresponde a su edad, y pronto se convierte en una jovencita carismatica, de la que no se despegará su inseparable Jacob, que tras imprimarse con ella, se convertirá en su mayor protector. Con esta premisa que quienes siguen la saga ya conocen plenamente y cuyos trailers se han encargado de contar, no hay mucho para decir, el director Bill Condon
(el mismo que la 1 parte), esta vez utiliza una narración tranquila y simple, aunque con una gran estética. La historia se diluye y se sucede sin generar importancia o interés en gran medida, hay canciones espantosas y empalagosas , pero Condon hace que a pesar de ello, el espectador no se aburra gracias a un estilo fino y sin rebusques para asimilar el proceso. Tampoco pidan buenas interpretaciones, no las hay, pero sin más y sin menos llegara el sorprendente ¿final? Y una espectacular batalla que dejarà a sus espectadores con la piel de gallina, bien o mal, con el pasar de tantas películas uno toma cierta empatía con los personajes y hay cosas que a veces, no se está preparado para ver. Para aquellos que siguen la saga, no se la pueden perder en el cine. “The Twilight Saga: Breaking Dawn”. Con Kristen Stewart, Robert Pattinson, Taylor Lautner, Dakota Fanning, Ashley Greene, Mía Maestro. Dirige Bill Condon. 125 Minutos. Apta mayores de 13 años.