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Bioplásticos con identidad regional: un desarrollo del CONICET y una empresa de Misiones busca reemplazar materiales importados

Bioplásticos con identidad regional.
Bioplásticos con identidad regional.

Un equipo del Instituto de Materiales de la provincia avanzó en la producción de bolsas biodegradables a partir de almidón de mandioca.

Por Florencia Belén Mogno

La producción de plásticos biodegradables se consolidó en los últimos años como una de las estrategias más relevantes para enfrentar el impacto ambiental generado por los envases tradicionales derivados del petróleo.

A nivel nacional, la demanda de alternativas más sustentables creció en paralelo al aumento de residuos urbanos, lo que abrió un escenario favorable para el desarrollo de materiales que ofrecieran mayor degradabilidad y menor huella ecológica. En este contexto, la posibilidad de generar compuestos flexibles a partir de insumos regionales se posicionó como una línea de investigación estratégica para las provincias del norte del país.

Según el documento al que accedió Diario NCO, un equipo de investigación del CONICET avanzó en el desarrollo de bolsas biodegradables a partir de almidón de mandioca. El proyecto se llevó adelante mediante un convenio con la empresa misionera Plastimi SRL, dedicada a la fabricación de envases plásticos y con antecedentes de trabajo conjunto con grupos científicos de la provincia.

Tecnología regional aplicada a la producción de bioplásticos

En sintonía con lo planteado, cabe destacar que la iniciativa se desarrolló en el Instituto de Materiales de Misiones (IMAM, CONICET-UNAM) e integró la labor del Grupo de Preservación y Envases y del Programa de Celulosa y Papel.

El equipo, liderado por las investigadoras Cristina Area y Pamela Cuenca, trabajó en la producción de bioplásticos destinados a su distribución nacional. El proyecto buscó reemplazar materiales importados utilizados actualmente por la industria, ya que en el país no se fabricó hasta ahora un compuesto de estas características.

En ese sentido, para cubrir esa demanda, la empresa misionera importó desde Europa una resina obtenida a partir de almidón de maíz, lo que incrementó costos y dependencias externas.

De acuerdo con los documentos consultados, el vínculo entre el IMAM y la empresa se remontó a una década atrás, cuando Plastimi manifestó su interés en desarrollar bioplásticos de producción regional. Cuenca, quien había investigado recubrimientos de almidón de mandioca para la preservación de quesos y luego orientó su trabajo al desarrollo de materiales biodegradables mediante extrusión, formó parte central de ese proceso.

Economía circular y agregado de valor desde Misiones

El proyecto se estructuró con un objetivo principal: desarrollar una tecnología eficiente y una formulación novedosa para producir pellets, pequeñas perlas que funcionan como materia prima para envases y películas flexibles.

Estos pellets fueron diseñados para transformarse en productos biodegradables que ofrecieran características similares a las de los plásticos convencionales, pero con un impacto ambiental notablemente menor.

Los documentos revisados por Diario NCO indicaron que la iniciativa incorporó componentes innovadores vinculados a la economía circular. El equipo empleó aditivos provenientes de residuos de la industria lignocelulósica, como micro y nanocelulosa y derivados de colofonia, con el fin de mejorar las propiedades de los materiales y reducir el impacto ambiental asociado a la forestoindustria.

La elección de la mandioca como insumo principal también respondió a razones económicas y sociales. La materia prima tiene una fuerte presencia en la producción regional de Misiones, lo que permitió fortalecer el agregado de valor en origen y consolidar un modelo de desarrollo basado en recursos propios. El proyecto apuntó a generar una alternativa tecnológica que resultara transferible y escalable para el sector industrial.

Proyección productiva y nuevos desarrollos

El material y la tecnología elaborada se orientaron a una futura transferencia que permitiría a la empresa adoptar procesos más sustentables sin dependencia de insumos importados. El agregado de valor en origen se posicionó como un eje estratégico para la provincia, así como la posibilidad de reducir los impactos ambientales asociados a los plásticos derivados del petróleo.

Además del desarrollo de envases, el equipo trabajó en materiales destinados a agroinsumos, entre ellos las cubiertas vegetales utilizadas en cultivos locales como tomate y Cannabis sativa medicinal. Según el documento consultado, este tipo de productos tampoco se fabricó a nivel nacional, lo que reforzó la relevancia de avanzar en líneas de investigación aplicadas al sector agrícola.

Las proyecciones incluyeron la ampliación de tecnologías que permitieran producir materiales activos, biodegradables y adaptados a las necesidades de distintas cadenas productivas. Los desarrollos vinculados al IMAM y Plastimi mostraron que la articulación territorial y la aplicación de investigación científica resultaron claves para impulsar innovaciones industriales con identidad regional.

Fuente fotografías: Conicet.

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