
En Argentina, cada semana fallece un bebé por muerte súbita. La Sociedad Argentina de Pediatría lanzó la campaña “Sueño Seguro” para acompañar a las familias y promover prácticas de sueño responsables: dormir cerca, sí; dormir encima, no.
Por Florencia Belén Mogno
La muerte súbita del lactante es un fenómeno que atraviesa hogares y barrios sin distinción. Los datos oficiales revelan que, en promedio, cada semana un bebé menor de un año muere mientras duerme. De los 149 fallecimientos domiciliarios de lactantes registrados anualmente, 73 corresponden a muertes súbitas, y en siete de cada diez casos el bebé dormía en la misma cama que un adulto.
Los pediatras destacan que no se trata de demonizar el colecho, una práctica cargada de afecto y necesidad, sino de comprender los riesgos asociados: asfixia, calor excesivo, obstrucción de las vías respiratorias o aplastamiento involuntario.
En ese sentido y según el informe al que accedió Diario NCO, “el riesgo de muerte súbita es ocho veces mayor cuando el bebé duerme en la cama de los padres y 17 veces mayor si lo hace sobre un sillón”.
La campaña “Sueño Seguro”
Con el objetivo de prevenir estas tragedias, la SAP lanzó la campaña “Sueño Seguro”, que se desarrolla con actividades en hospitales, centros de salud y plataformas digitales. La iniciativa busca acompañar a las familias, brindar información práctica y desmitificar hábitos de sueño peligrosos.
El documento enfatiza que “el lugar más seguro donde puede dormir un bebé es en su cuna, al lado de la cama de los padres”. Los especialistas recomiendan que los recién nacidos duerman boca arriba, en un colchón firme y sin almohadas, peluches ni acolchados sueltos.
En sintonía con lo planteado anteriormente, el documento señaló que además, si se opta por el colecho, se aconseja hacerlo bajo supervisión médica y siguiendo pautas precisas para minimizar riesgos.
Factores que aumentan la vulnerabilidad
El estudio indica que otros elementos, como hacinamiento (presente en el 70 % de los casos), tabaquismo en el hogar (27 %), bajo peso al nacer o prematuridad, contribuyen a agravar la vulnerabilidad del bebé.
Asimismo, el escrito puntualizó que wstas condiciones son frecuentes en diversas zonas del conurbano y del interior del país, donde el contexto social y material puede limitar las posibilidades de cuidado.
En este punto, la doctora María Florencia D’Agostino, pediatra de la SAP, subrayó en el reporte que “no se trata de culpas, sino de cuidados. Las familias hacen lo mejor que pueden. Nuestro trabajo es ayudarlas a que ese amor se traduzca en prácticas seguras”.
Prácticas preventivas y trabajo comunitario
El informe también remarca acciones concretas que ayudan a reducir riesgos: no abrigar en exceso al bebé, no cubrirle la cabeza, mantener la lactancia, ofrecer el chupete durante el sueño y cumplir con controles y vacunaciones, incluida la vacuna contra el virus sincicial respiratorio (VSR) durante el embarazo.
Además, la campaña se articula con universidades y equipos de salud comunitarios que recorren barrios y centros de salud. En el primer cordón del conurbano, los pediatras organizan talleres para madres primerizas, visitas domiciliarias y charlas sobre cómo preparar cunas seguras con los recursos disponibles, consolidando la prevención como una política social.
Fuente fotografías: redes sociales.
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