
Juan Paulenko analizó el poder dentro del peronismo bonaerense y los movimientos que comienzan a tensar las relaciones entre intendentes, dirigentes históricos y las nuevas figuras que buscan liderazgo. En ese escenario, sostuvo que el jefe comunal de La Matanza, Fernando Espinoza, quiere ser gobernador y que su estilo político, más cerrado y personalista, generó resistencias dentro del propio espacio.
Por Giuliana Salmonte Siciliano
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“Hace bastante que viene trabajando por este tema, pero no supo cosechar buenas amistades entre los intendentes”, explicó para describir el clima que rodea al dirigente. Al mismo tiempo, analizó que “con Alberto Balestrini era distinto: era más solidario, trabajaba en equipo, era más pícaro políticamente. En cambio, Fernando cuando va a negociar, lo hace solo por La Matanza. Entonces, si bien aportó una cantidad enorme de votos, eso genera broncas entre los demás intendentes porque él ya quiere negociar como si fuese un gobernador”.
El periodista recordó que esa lógica de autonomía dentro de la tercera sección electoral le valió a Espinoza tanto reconocimiento como tensiones ya que él integra la tercera sección, pero cuando hay reuniones prefiere no ir, pero cuando se dan las fotos o las difusiones, siempre aparece en los primeros lugares. Esto es parte de su forma de hacer política.
Sobre la relación con Verónica Magario, actual vicegobernadora bonaerense, Juan sostuvo que hay una convivencia compleja: “Él está contento con cómo creció Verónica y lo que logró, pero también tiene una espina porque a ella se le abren todas las puertas y a él no. Eso lo dejó entrever en alguna charla muy discreta con gente cercana. Verónica tiene formación de grado, es rubia, de ojos celestes, sabe hablar y es tiempista”.
La disputa por el liderazgo del peronismo bonaerense se traslada también a la conducción del Partido Justicialista provincial. Según sus averiguaciones, Verónica Magario va a ser la candidata a presidenta del PJ el próximo 18 de diciembre, representando no solo al gobernador Axel Kicillof, sino también a los intendentes, pero del otro lado, se encuentra Máximo Kirchner, que promete dar pelea, aunque hoy por hoy no tiene votos a su favor. Para evitar una derrota, algunos sectores mencionan a Federico Otermín, intendente de Lomas de Zamora, como posible candidato también.
“Yo creo que parte de la moneda de pago es que le siguen inflando los carpetazos a Espinoza, lo ayudan en el mundo judicial, pero le dicen ‘no podés ser candidato’. Entonces, le dan La Matanza como reconocimiento al gran aporte que hizo al peronismo bonaerense”, señaló Juan Paulenko, en referencia a los equilibrios internos que atraviesan al movimiento.
Los intendentes, el poder real del conurbano
El peso de los intendentes en el tablero bonaerense vuelve a ser determinante. Con Axel Kicillof consolidado como referente provincial, los jefes comunales buscan recuperar protagonismo frente a la centralización de las decisiones.
En la tercera sección electoral —que concentra a los distritos más populosos— la coordinación política se mantiene tensa. Cada reunión, cada foto compartida, exhibe los equilibrios frágiles entre quienes reclaman mayor autonomía y quienes responden directamente a La Plata. Figuras como Federico de Achával (Pilar), Gastón Granados (Ezeiza) o Nicolás Mantegazza (San Vicente) reflejan una generación que intenta combinar gestión territorial con proyección política.
En referencia a las últimas elecciones, el periodista sostuvo que el peronismo pierde por mala interpretación y por caprichos de los mismos ya que al haber creado otros partidos peronistas, provocaron la división de votos.
Massa, el articulador que observa desde el centro
Sergio Massa aparece nuevamente como mediador entre los distintos bloques del peronismo y conserva diálogo tanto con el kirchnerismo como con los sectores más moderados.
Para algunos intendentes, sigue siendo el puente posible entre Axel Kicillof y los referentes nacionales. Sin embargo, su futuro político depende de las señales externas: “Massa tiene buena relación con Estados Unidos, pero sabe que ese vínculo puede ser un límite o una oportunidad”, advirtió Juan.
En ese doble sentido, el dirigente de Tigre mantiene su estrategia que es no romper con nadie, pero tampoco subordinarse del todo, y siempre apoyando a Cristina.
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