
El elenco estable del proyecto artístico conformado por Gabriela Perera, Lorena Penón y Damián Barrera dialogó en exclusiva con Diario NCO acerca de qué implican sus roles, cómo los abordan, cuál es la importancia de la palabra, qué piensan sobre el poder de las cartas como medio de comunicación y de qué forma atraviesan la pandemia producto del Covid-19.
El lenguaje teatral y cinematográfico se fusiona para generar una alianza en tiempos donde las plataformas digitales son una alternativa para las diversas propuestas culturales y/ o artísticas. Perera, inició sus estudios como actriz a finales de los 80’ en un centro cultural del Programa Cultural en Barrios que había creado el Gobierno de Alfonsín. Luego, culminó su carrera en la Escuela Metropolitana de Arte Dramática y al igual que su colega, Lorena, es profesora de teatro del Instituto Vocacional de Arte (CABA).
Penón, desde los 14 años comenzó su recorrido artístico cuando un amigo de su padre, observó en ella una facilidad para la actuación cómica. Realizó dos ingresos en la Escuela Metropolitana de Arte Dramático (EMAD) y desde el año 1991 que es docente de teatro en instituciones estatales y privadas.
Barrera, estudió cine en el Instituto de Arte Cinematográfico de Avellaneda, donde actualmente ejerce la docencia. Fue asistente de dirección de Miguel Mirra y Fermín Rivera en varias películas, guionista del largometraje “Axiomas”, de próximo estreno, y director de “Esas mujeres”, que se encuentra en proceso de postproducción.
Ellxs son lxs pilares del ciclo y tienen el honor de compartirlo con artistxs y músicxs invitades, por lo tanto Penón y Barrera coincidieron en que la experiencia es “magnífica y una gran oportunidad de aprendizaje”. Por su parte, Perera explicó: “Es el vértigo de cambiar de elenco una vez por mes y adaptarse a nuevas formas de trabajo junto a otras estéticas y miradas”.
NCO: Gabriela, Lorena y Damián, ¿cómo transita cada unx sus roles?, ¿de qué manera los trabajan?
GABRIELA PERERA (G.P): La microdramaturgia es la idea inicial, que en este caso, consiste en contar una historia breve y vinculada a lo epistolar para tres personajes. La síntesis requiere de una gran claridad en el trazado del relato y es un proceso que lleva muchas horas de lectura e investigación porque hay que encontrar el material adecuado, recortar, rearmar y amalgamar para que cuente esa historia. En el pequeño formato encontré más ventajas que desventajas ya que su corta duración invita a ser mirado y le permite a los espectadores reflexionar.
En cuanto al trabajo actoral, lo primero que conozco es la voz, su forma de decir, sus inflexiones, lo que decide callar, lo que desearía gritar. Hay un trabajo con los subtextos desde la dramaturgia que se refleja en la actuación y me resultaría difícil elegir entre mis criaturas.
LORENA PENÓN (L.P): La interpretación de cada personaje se logra a partir de la información que el mismo texto me brinda. Cada uno tiene su impronta, personalidad, gesto y voz. A partir de ahí, pienso en su vestuario y maquillaje, que es consultado a Damián. El que más me conmovió fue el de “Palabras escondidas” porque la lucha de las mujeres sigue en pie. Además, me movilizó ver a mis hijas, emocionadas y agradecidas, por interpretar a éstas mujeres escritoras que tuvieron que utilizar el seudónimo de un hombre para publicar sus libros.
DAMIÁN BARRERA (D.B): En cuanto a mi rol como director, cuando leo los textos de cada capítulo, anoto las primeras sensaciones que me generan que suelen ser las más auténticas porque escapan a lo “racional”. Luego, aparecen imágenes, o por lo menos, un criterio general de cómo se va a ver y ya cuando están grabadas las voces queda definida la duración exacta. A partir de ese momento, puedo trabajar con lxs músicxs y artistxs invitades, a quienes les envió “planitos” con las posiciones de la cámara, luces y un video de muestra, bastante esperado por mis compañeras, donde me pongo en el rol de todos los personajes.
Con respecto al proceso de edición, según las necesidades del capítulo, puede ser más o menos complejo. Asimismo, demanda unas cuantas horas ya que a veces hay que integrar y lograr cierta uniformidad en el mismo cuadro de actrices o actores que se grabaron por separado, con celulares y luces muy diferentes.
NCO: ¿Cuál es la importancia de la palabra?, ¿y el valor de plasmar en letras?
G.P: Frente a la cultura del desapego, de lo efímero; recuperar el valor de la palabra con su peso, volumen, ritmos y claroscuros me parece apostar al compromiso y la memoria. Hay un refrán que dice “A las palabras se las lleva el viento”, a las cartas no, permanecen como testigos fieles de nuestra intimidad.
L.P: Valorizar la palabra, su forma, decir, no decir y ese silencio donde permite pensar, reflexionar, sentir. La cadencia, el sonido, la fuerza y dulzura de un sentimiento. Pero además, y lo que más me interesa, es la posibilidad de leer a otros porque lo considero el acto de amor más bello y puro.
D.B: La gente escribe cada vez menos y en estos tiempos la red social favorita es Instagram, donde la palabra ya no tiene ningún valor. Estoy seguro de que plasmar la palabra en la escritura nos ayuda a reflexionar, ¿cómo estaremos pensando en estos tiempos de palabra devaluada?
NCO: ¿Qué rol ocuparon las cartas en sus vidas? Hoy, ¿optan por este modo de comunicación?
G.P: Eran un modo fundamental para comunicarse con lxs que estaban lejos, con quienes compartimos algún secreto o con aquellos que no queríamos olvidar. Ante las formas de comunicación actuales, lamentablemente, es muy difícil optar por este formato. Yo elijo hacer de ellas un ejercicio dramatúrgico.
L.P: Ocuparon un lugar muy importante en mi vida porque mi papá era músico y viajaba mucho. Entonces, lo sentía al lado mío, esperaba una respuesta y compartíamos vivencias, sentimientos, consejos, y hasta dudas.
D.B: Llegué a escribir cartas para amigos, familiares lejanos; e incluso algunas de amor. Después, vino el email, y es todo mucho más práctico e inmediato, aunque, ya no tiene esa magia y romanticismo.
NCO: Frente a un contexto alarmante para los trabajadorxs de la cultura, ¿cómo transitan en lo personal la pandemia?, ¿de qué manera definen al teatro en el 2020?
G.P: Hay un cuento de Ray Bradbury que se llama “Bailando para no estar muerto” y en medio de tanto dolor, incertidumbre, de la pérdida de lo que creíamos conocer, la necesidad del cuerpo y la mirada de lxs otrxs; actuar y aferrarse al acto creativo es mi manera de bailar.
L.P: Trabajar en el escenario, en un teatro; es la vivencia más fuerte y bella que hay. La conexión con el público y el ida y vuelta que existe; no se puede reemplazar. Creo que ante las circunstancias que estamos atravesando, no debemos paralizarnos.
D.B: Soy un privilegiado porque puedo trabajar desde mi casa y sigo cobrando un sueldo, pero no hay que olvidar que hay gente que no está en la misma situación. El teatro sufrió un cimbronazo del que tiene que acomodarse y el distanciamiento social contradice a un arte que por definición es “acercamiento social”. De todas maneras, sostengo que genera la oportunidad de repensarse.
Equipo “Cartas”:
-Idea original / Dramaturgia /Actriz: Gabriela Perera
-Actriz: Lorena Penón
-Dirección General y Edición: Damián Barrera
-Link Facebook: https://bit.ly/351llRd
-Canal de YouTube: https://bit.ly/350DBu2
-Disponibles: capítulo 1, 2,3 / capítulo 4: 30 de octubre
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Edición fotos: Damián Barrera.
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