
Como cada viernes, el economista desarrolló su columna y brindó un panorama actualizado de la situación financiera del país; la suba del dólar, las medidas para frenarla y sus consecuencias a futuro.
La economía argentina es tema principal tanto en la agenda política y social y es que todos los presagios no estaban equivocados: caída de la industria, aumento de desempleo, el consumo por el suelo y una inflación que no para de crecer.
El dólar fue, nuevamente, el centro de atención en la semana. El jueves llegó a 43,5 pesos y el viernes tuvo caída de 3,15 por ciento y pasó a ubicarse en 42,13. Una vez más, el Banco Central redobló la apuesta en lo que venía haciendo con la tasa de interés para buscar bajar el precio de la moneda.
“Cuando el FMI hizo un desembolso a la Argentina le dijo que no podía tocar el tipo de cambio, es decir, la compra -venta dólares y que la divisa la ubique donde quiera. Por eso, lo que hace el Banco Central es dejar fluctuar libremente al dólar, pero interviene indirectamente subiendo la tasa de interés”, indicó Banga en “Haciendo Radio” (lunes, miércoles y viernes de 13 a 15).
Esto significa que la entidad financiera nacional “vuelve hacer un desdoblamiento con las letras de liquidación, si antes hacía una semanalmente, ahora van a hacer dos liquidaciones de intereses de letras por semana”, manifestó.
“Es como si dijeran ´yo le pongo la tasa de interés alta y si quieren venir a comprar bonos o letras voy a pagar un interés alto con el peso, es decir, vale más si me invertís en pesos´. Eso hace que de todos los billetes y monedas que están dando vuelta, el 20 por ciento salga de circulación y eso genera un problema real en la economía”, explicó Banga.
El temor a una corrida
“Si lo analizamos, la Argentina cuenta hoy con 60 mil millones de dólares, esa es la economía real en dólares, de los cuales, 23 mil millones son reservas en el Banco Central, 28 mil millones lo tiene en un préstamo el Fondo Monetario Internacional y 9 mil lo tiene de la exportación”, detalló el economista.
Como que venía sosteniendo Darío Banga, “el problema futuro que va a tener el país, a la hora de costear los intereses de liquidación de letras, es que va a tener que pagar 2 billones de pesos. Eso equivale a 65 mil millones de dólares.
El día que haya una corrida, es decir, que todo ese mercado deje de invertir en esa tasa de interés y vaya corriendo a comprar dólares, el Banco Central tiene que desembolsar 65 mil millones, pero tiene en total 60 y, sin embargo, 28 no los puede tocar porque son prestamos del FMI que los pidió para el pago de la deuda solamente” alertó.
Un camino inviable
Para Banga, el Gobierno no tiene un rumbo definido. El desafío aún está en cómo bajar la inflación y no lo han podido lograr sino al contrario: “Generaron algo, en los libros de economía todavía no se conocía, que es la depreflación. Es decir, una depresión económica con tasas elevadísimas de inflación. Ese término no se utilizaba en ninguna parte del mundo porque era inaudito”.
“Hoy en día, el Gobierno tiene base monetaria cero y, sin embargo, sigue teniendo inflación. Rompe con los propios pronósticos que los liberales siempre llevan adelante. La alta tasa de interés destruye la economía real causando, primero, que el vecino que está pagando el mínimo la tarjeta pase a pagar el doble de interés, 140 por ciento.
Una Pyme, que tiene que tomar un crédito, va a abonar una tasa de interés alrededor de un 60 a 70 por ciento. Lo que es la cadena de pago en el mercado se rompió porque no la pueden pagar. La economía real, esas tasas altísimas, las sufren, impactan en el corazón de la economía del ciudadano y siguen apostando a ese modelo”, desarrolló el profesional.
Pesada herencia, ¿la que dejaron o la que van a dejar?
Cuánto se ha dicho, desde el oficialismo, que parte de la culpa sobre la actualidad económica la tienen las políticas que se implementaron durante los gobiernos kirchneristas. Pero muchos no lo creen así y Banga tampoco.
“Cuando venga otro gobierno, va a tener que hacer política de mayor producción y volcar al mayor consumo que, para muchos economistas, es el motor de la economía. Todos los gobernantes que quisieron salir de grandes crisis hicieron planes de obras públicas que son, a su vez, el motor del consumo, ves un camión, el cemento, ves que hay que pagar salario.
Con estas tasas que estas teniendo, ninguno va a querer producir en la Argentina si lo que le conviene es meter la plata en el banco y generar un interés mucho mayor. Tiene que haber una vuelta de timón, inyectar mayor producción, que la gente no pierda poder adquisitivo de salario, que los chicos vuelvan a estudiar, que haya inversión en tecnología, en Educación.
El Estado tiene que estar presente. Que tenga que salir de la economía y que lo maneje el mercado es una mentira que se terminó en 1929. El Estado tiene que ayudar a la sociedad a través de los municipios y a nivel nacional sin eso no hay vuelta que la haga salir, la Argentina vuelve a entrar en colapso”, remarcó.
Cambiar el modelo
¿Qué camino tomar para evitar el colapso de la economía del país? El columnista dejó entrever cuál es y significa retomar políticas anteriores, cosa que el Gobierno de Mauricio Macri también lo sabe y por eso no ha dudado en volver a aplicar medidas tales como el aumento de asignaciones sociales y familiares, tarifas sociales, “Ahora 12” o “Precios Cuidados”. Sin embargo, todas han sido en pos de “calmar las aguas” y amortiguar el estallido social.
“Las variables macroeconómicas las hay que desglosar, tenés el consumo, la inversión, el gasto público y la balanza comercial, que es la importación y la exportación. En cada variable hay que hacer política. En la política de consumo, tratar que la gente consuma haciendo que no pierda poder adquisitivo del salario, que, si la inflación fue de un 23 por ciento, no puede ganar nadie menos que eso.
Cuando hay consumo vas a tener inversión de capitales. Los ministros que van a desarrollarse y hablar con entidades privadas para que vuelvan a invertir y puedan confiar en el consumo. Hoy, una empresa en vez de venir a la Argentina se va a Chile si acá no te consume nadie, no tiene previsibilidad.
Sobre el gasto público, hay que aumentarlo. Para muchos economistas liberales, la palabra es el diablo, pero tiene que estar presente en la economía ayudando en la inversión en salud pública, educación, etc.
Lo que respecta a la balanza comercial hay tratar de desarrollar la industria nacional. Si hay productos que los estas importando y estas matando a la pequeña y mediana empresa, tratemos de no importar estos productos y después, cuando sos competitivo, que entren y competís mano a mano”, propuso Banga como forma de salir de esta profunda crisis a la que vamos.